Hasta el 2017, sólo 14 municipios (6.45 por ciento) de 217 en el estado fueron encabezados por una mujer, según datos presentados por Ana Jetzi Flores Juárez, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género de la Ibero de Puebla.
Lo anterior, en el ciclo de conferencias “La Parole” que organizó la Alianza Francesa Puebla, a donde el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (Idhie) fue invitado a participar por su trabajo en pro de las garantías individuales.
Durante su intervención, hizo una revisión histórica del concepto de ciudadanía, visto a partir de una perspectiva de género, para entender la participación política de las mujeres en México que atraviesa tanto el tema del voto, como el asunto de la representación en puestos de elección popular.
La especialista del Idhie comentó sobre los orígenes de la noción del ciudadano a través de la obra de Jean Jacques Rousseau, quien es uno de los pilares en la fundación del Estado moderno y recordó que “bajo la ley de la naturaleza”, las mujeres están destinadas al cuidado, lo que configuró la idea de que ellas no podían participar en el espacio público.
Se les encomiendan asuntos de cuidado
Asimismo, reveló que dentro de las comisiones que han presidido los Congresos local y federal, ellas no revisan asuntos de seguridad ni presupuesto, sino que sus encomiendas están asociadas, como se ha hecho históricamente, con asuntos de cuidado.
De igual forma, habló del tema de la paridad de género como un requisito reciente para la postulación de candidaturas por parte de los partidos políticos, así como de las herramientas para evitar las estrategias que ponen a las mujeres al frente de las candidaturas para posteriormente renunciar y dar paso a un suplente hombre.
Flores Juárez finalizó la charla señalando algunos retos para darse cuenta de estos hechos, como dar seguimiento a los mensajes de las campañas políticas, pues tienden a utilizar discursos de discriminación contra candidatas mujeres, así como a la cobertura mediática, ya que también es común que les destinen menor tiempo de promoción.
Recordó que aún existe un sistema político permeado por “prácticas masculinizadas” de poder, supremacía, subordinación y violencia que afecta a cualquier mujer u hombre que se inscribe en estos mecanismos de participación, por lo que también es necesario dar cuenta de esas prácticas.
Editado por Diana Lizeth Pérez Morales