Cartas a Gracia

Me da gusto saber que, como cada semana santa regresas a tu lugar de origen aprovechando el receso de primavera y en el que por este motivo, se cierran todas las escuelas públicas y privadas del país. No sé a qué debo poner más atención de lo que me whatsapeas: si a la conferencia que “dictarás” (se escucha rimbombante) en Tijuana y en tu posterior visita a San Diego o, a las fotografías que me adjuntas y con las que enmarcas una conversación sobre las tradiciones de la región. Son espectaculares. Me defino por las fotografías. Me impresiona la fusión de elementos españoles con los propios del terruño que aparecen en diferentes lugares. Destaca la efigie del jaguar, ícono que siempre aparece entre los diablos y los rubios (algunos son negros) y quienes desde la semana del carnaval, desfilan con mucha algarabía por los diferentes barrios. Los recorridos de los Huehues -como les nombramos por acá- o de los Chilolos -como los nombran por allá-, siempre causan expectación, lo mismo que la procesión de encapuchados portando una imagen religiosa. Tras la procesión, se acostumbra un paseo por la laguna, sitio al que acuden las comunidades aledañas y que, por la noche -mencionas- asistirás a la ceremonia de la petición del agua, a cargo de los comuneros de Santo Domingo. Ceremonia que mezcla ritos nativos y católicos y que se realiza en el nacimiento de agua de dos ríos. Ahí se ofrecen bailes y un chivo al ojo de agua.

Pero mientras te reencuentras con tus orígenes Gracia, Otto, el encargado del despacho educativo prosigue con su labor cotidiana. Pronunciando arengas, discursos -y aunque cambia el tono festivo de las semanas previas-, aparece resignado y acepta que la otrora “augusta” reforma educativa se podría “caer si al siguiente gobierno no le gusta, no le interesa y si manda iniciativas de alcance constitucional y de pronto se las aprueban; la Reforma pasará a formar parte de la historia”. Se pensaría, Gracia, que la reflexión del encargado del despacho educativo podría derivar de una percepción –personalísima-, en la que vislumbraría un triunfo electoral del abanderado del Movimiento de Regeneración Nacional. Empero, Pepe Mead el candidato de la alianza “Todos por México”, jefaturada por el Partido Revolucionario Institucional, reconoce en un spot del PANAL que circula en medios desde hace algunos días, un compromiso tácito por incrementar de manera sustancial los salarios –acorde a su responsabilidad-, y respetar los derechos laborales de los trabajadores de la educación y, en consecuencia –podría suponerse-, daría marcha atrás a la evaluación punitiva.

Pero, pasando a otras cuestiones Gracia, debo confesar que coincido contigo. Las campañas políticas que iniciaron el pasado viernes 30 de marzo, permitirían evaluar lo realizado en los diferentes rubros por la administración que concluye y de la misma forma, valorar las propuestas alternativas que plantearán quienes aspiran a ejercer la primer magistratura de la nación y en consecuencia, emitir –o no- un sufragio por la propuesta que más nos convenza.

Pero Gracia, la conseja popular señala que obras son amores y no buenas razones. Cierto que tenemos –por el momento- el balón en nuestra cancha y que disponemos “por un momento” -sin considerar trampas y manipulaciones- de la posibilidad para definir nuestro futuro. En materia educativa, valdría la pena considerar que al margen de los compromisos adoptados por las recientes administraciones con los organismos internacionales y de lo que se dice que se ha hecho –mediante costosas campañas mediáticas-, la realidad en el sector educativo y en las escuelas, es otra. Mientras que el gobierno de Peña Nieto destaca un gasto educativo multimillonario cercano a los 700 mil millones de pesos anuales y recalca que su crecimiento -entre 20l3 y 2016- equivaldría a un 21% (Evaluación del gasto educativo en México, Omar Cortés, CESOP), datos del Instituto de Estadística de la UNESCO publicados por Banco Mundial, ubican al Gasto público en educación en un 5.3% del PIB, porcentaje muy lejano al 8% que establece el artículo 25 de la Ley General de Educación. Y ojo, Gracia, como justamente señalas, un porcentaje mayor del PIB dedicado al gasto público en la materia permitiría obtener mejores resultados. Mientras que en 2014, Estados Unidos gastó 14 629 dólares por alumno, la administración de Peña Nieto invirtió sólo 2 598 por cada una de las personas que asistieran a las escuelas públicas (CESOP). La resta arroja 11 671 dólares menos por cada persona que asiste a la escuela en nuestro país.

Y seguiría la mata dando. La administración Peñista destaca la inversión multimillonaria para mejorar la infraestructura física escolar. Los millones “danzarían” al ritmo de lo que se les ocurra. De los 75 mil millones de pesos “originales” que se emplearían en 6 años, pasarían a publicitar inversiones por 120 mmdp destinados al rubro. Deuda pública por donde se le mire. Ocultan, sin embargo, bajo el garlito de no estar catalogada como deuda pública legalmente, que 50 mmdp de los anunciados como inversión por la administración federal, se obtendrían por recursos bursatilizados cuyo rendimiento estaría garantizado con los recursos del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM) y que, a pesar de disminuir las participaciones federales por este concepto y por el lapso mencionado, sólo beneficiaría a 1 de cada 6 instituciones públicas de educación obligatoria. El 45% del total de escuelas censadas (CEMABE) al inicio de la administración bajo el justificante de la recuperación de la rectoría de la educación, carecían de algún servicio básico y la situación en esas escuelas en general, aún persiste.

Gracia, bajo las opiniones que intercambiamos planteo la siguiente cuestión: ¿merecería la administración -emanada del PRI- continuar al frente del gobierno o mejor jalamos pa´ otro lado? Tenemos la última palabra. Baste recordar que el que promete, se compromete.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.