La idea de “posesión” en parejas adolescentes fomenta la violencia
BC, Jalisco y Quintana Roo, con más incidentes de violencia de pareja. Foto: Conacyt

La idea de “posesión” en parejas adolescentes fomenta la violencia
La idea de “posesión” en parejas adolescentes fomenta la violencia. Foto: Conacyt

Entre las parejas jóvenes, los celos son la razón principal para ejercer violencia e incluso algunas adolescentes los consideran como “muestra de cariño”, sin embargo, estos, al igual que los celos y la dependencia no son sinónimos de amor.

De acuerdo con Gabriela Josefina Saldívar Hernández, investigadora del Departamento de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (Inprfm), la mayoría de las investigaciones sobre violencia, hasta hace diez años, se enfocaron en las relaciones de pareja en jóvenes adultos.

“Se empezó a tener interés en los adolescentes porque las encuestas revelaron que es en esta etapa cuando se inician las primeras relaciones de pareja y conforme crecemos se inicia la vida sexual”.

A decir de María del Pilar González Flores, investigadora de la Universidad Veracruzana (UV), una posible explicación a la violencia es la dificultad que tienen los adolescentes para reconocer que son víctimas de este fenómenos y la falta de habilidades para establecer una comunicación exitosa y manejar conflictos.

En la Universidad Veracruzana, implementó una encuesta que reveló que, 78 por ciento de los entrevistados, de una muestra de más de 7 mil estudiantes, consideró mantener una relación sana; sin embargo, el dato contrastó con la información recabada: los resultados revelan que 60 por ciento de los alumnos de secundaria ha experimentado alguna forma de violencia leve.

La violencia no es una moda

A decir de González Flores, los celos fueron la razón principal para ejercer violencia, y para algunos adolescentes las agresiones se consideran como muestra de cariño.

“No es algo para estar tranquilos, hasta parece que la violencia se ha puesto de moda y esto es preocupante. Uno puede suponer que la etapa de noviazgo es para conquistar al otro y no ser violento; sin embargo, hay mucha presencia de violencia. Hay que hacer visible estos actos que ocurren en estos niveles de escolaridad”.

La violencia en el noviazgo en edades tempranas genera estragos importantes en la salud y el desarrollo social de la víctima, que pueden perdurar durante toda la vida.

Si bien existen diversos factores psicológicos, sociales y culturales implícitos en la problemática, Saldívar Hernández explica que la violencia en la familia durante la infancia y la adolescencia temprana (entre los 10 y 16 años de edad) juega un papel importante en ejercer o recibir violencia durante el noviazgo.

Sin dejar de lado la influencia que ejercen los programas televisivos con alto contenido de violencia, González Flores enfatiza la importancia de la educación y la formación en valores dentro del núcleo familiar, elemento clave para evitar la violencia durante el noviazgo en adolescentes, o de cualquier otro tipo, y es que de acuerdo con las investigaciones realizadas por la especialista, quienes ejercen o son receptores de violencia en su relación de noviazgo han presenciado o sido víctimas de violencia en su familia.

Cambiar la idealización del amor

La propuesta de la investigadora Saldívar Hernández versa en el tratamiento de temas que afectan la salud mental de los adolescentes; se trata de un manual que permite identificar puntos específicos para abordar la problemática en estudiantes de secundaria. El proyecto consta de ocho módulos entrelazados que abarcan desde la sensibilización de género, cómo identificar la violencia en sus relaciones personales de pareja, el desarrollo de habilidades sociales como una comunicación asertiva, empatía, negociación, respeto, regulación de emociones, por ejemplo.

Para la Saldívar Hernández, la idealización del amor en los adolescentes es un factor modificable que también debe abordarse, porque es en esta etapa cuando se reconoce la estructura de los roles de género tradicionales.

“Tenemos que empezar a desmontar la construcción del amor que se ha generado: hay mujeres que piensan que no valen nada sin un hombre en su vida, se tiene miedo a la desolación que la propia sociedad nos orilla a sentir como mujer. Los hombres son demasiado protectores, posesivos y tienen la idea de que ellos deben proveer en la relación; y si una chica los deja, es un drama para su masculinidad. Debemos fomentar en los adolescentes la autonomía, la independencia, y dejar de lado el apego dañino, la posesión, los celos”, explica.

El ideal de la especialista es la creación de un programa académico que fomente en las materias los componentes autoestima, resiliencia, empatía, por ejemplo, y prevenir problemas que afectan la salud mental de los adolescentes. “Hacer pequeños ejercicios dentro de las materias académicas y enseñar a los alumnos que la violencia no es buena en ningún ámbito de la vida. La escuela es un buen lugar para trabajar estas problemáticas, pero también es responsabilidad de la comunidad y de la familia”, agrega.