En 5 años, bajará abasto de agua en Puebla, Tecamachalco e Izúcar: BUAP
En 5 años, bajará abasto de agua en Puebla, Tecamachalco e Izúcar: BUAP. Foto: Especial
En 5 años, bajará abasto de agua en Puebla, Tecamachalco e Izúcar: BUAP
En 5 años, bajará abasto de agua en Puebla, Tecamachalco e Izúcar: BUAP. Foto: Especial

Puebla, Tecamachalco e Izúcar de Matamoros, los municipios con mayor población en el estado, tendrán problemas de abastecimiento de agua en cinco años; la BUAP elaboró un Plan Estatal Hídrico para mejorar la gestión de líquido vital en el otro sexenio.

Así lo aseveró este miércoles Ernesto Mangas Ramírez, investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien señaló que las principales causas de las escasez de agua serán el incremento habitantes y la veda de los mantos acuíferos de las cuencas de Cerrada, Tehuacán y río Salado.

Esta último cuerpo hídrico –detalló– abarca la zona meridional de la entidad (con municipios como Amozoc, Puebla, Calpan y Totimehuacán), y el distrito de riego de Esperanza, Palmar de Bravo y San Andrés Chalchicomula.

Advirtió que, actualmente, de los 14 acuíferos en Puebla, los de Tecamachalco, Tehuacán y Libres-Oriental están en veda, debido a que su recarga es muy pobre, lo cual significa que no se generarán más pozos para abastecer de agua potable a la población de estas regiones.

Asimismo, enfatizó que las ciudades han crecido hacia lo ancho, lo cual aumenta el área urbana y obliga a tener un mayor crecimiento de infraestructura en tuberías hacia asentamientos cada vez más alejados.

Hay 320 plantas, pero sólo operan 60

Abundando en la problemática, el también coordinador del Laboratorio de Ecología y Restauración de Sistemas Acuáticos señaló que el abastecimiento se complica debido a que en el estado existen 320 plantas de tratamiento de agua, pero sólo operan 60 y ninguna está dentro de la norma.

Lo anterior, pese a que el aumento de hogares produce mayor demanda de agua y aumento del volumen de descarga de contaminantes hacia los cuerpos acuíferos. En este sentido, refirió en río Atoyac se vierten aproximadamente 28 toneladas diarias de contaminantes, procedentes “de la ciudad de Puebla hacia Valsequillo”.

Indicó que, para combatir el estrés hídrico, se necesita generar una proyección de crecimiento sustentable de las ciudades, para que el abastecimiento de agua no sea tan problemático.

Programa plantea acciones para cada región

Ante este panorama, el integrante del cuerpo académico de Ecotoxicología Ambiental destacó que el Plan Estatal Hídrico integra las cuencas en unidades de gestión hídrica, para conocer qué acciones deben realizarse en cada región del estado, con miras a mitigar el rezago y hacer frente a las necesidades locales.

En este sentido, se plantea “un programa de obras para 21 localidades prioritarias”, el cual “actualiza la situación de la mayoría de lagos y presas en cuanto a su capacidad de almacenamiento y vida útil, e integra escenarios futuros en cuanto al crecimiento demográfico, demanda de agua, aumento de temperaturas, disminución de lluvia y riesgo de inundaciones, lo que permite modelar programas de acciones preventivas”.

Asimismo, se proponen programas para el rescate de las presas, generar un sistema de georeferencia de las plantas de tratamiento y conocer su estado físico, realizar censos de los acuíferos para conocer la disponibilidad de agua en el subsuelo, tener conocimiento sobre los volúmenes de extracción y profundidad de los pozos, así como trabajar en un marco legal para sancionar a empresas contaminantes.

Como ejemplo de los efectos de la escasez de agua, el experto comentó que Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más poblada de Sudáfrica, será la primera urbe en el mundo en quedarse seca, por lo que, desde el 1 de febrero, el límite de este líquido para sus habitantes es de 50 litros por persona al día y a partir del 11 de mayo los grifos se cerrarán, por lo que su población hará fila para recibir una ración diaria de 25 litros.

Editado por Luis Alberto Palacios