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Lo que no dijo Trump

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que el presidente Donald Trump suele tener un lenguaje oral bastante cáustico y muchas veces fragmentado, donde su mente no se expresa claramente por su boca. Esto sucedió durante su reciente visita a la Mesa de Otay, donde revisó los ocho prototipos de muro fronterizo con México. Ahí dijo textualmente: “Tengo una gran relación con el presidente de México, Enrique, que es un tipo estupendo. Gran tipo. Estamos trabajando y vamos a tratar de resolver las cosas. Ya veremos si salen o no. No sé si va a suceder. Él es muy buen negociador. Ama al pueblo de México y está trabajando muy duro. Tenemos, obviamente, un par de desacuerdos antes de que lleguemos ahí. Ya veremos el próximo mes si podemos lograrlo con este gobierno, o sea con su gobierno, ya que viene una elección”. ¿A qué se refería?

A Trump hay que deconstruirlo para entenderlo. Los dos desacuerdos están en el financiamiento del muro y en el capítulo dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte sobre reglas de origen en la industria automotriz, que es donde nace su discurso de un acuerdo injusto para Estados Unidos, porque es el causante del déficit comercial de su país. El financiamiento del muro es impensable para México, como se lo expresó el presidente Peña Nieto a Jared Kushner, yerno de Trump y su principal asesor, durante el largo encuentro que sostuvieron en Los Pinos la semana pasada, como control de daños por el choque que habían tenido los mandatarios en una conversación telefónica. Kushner viajó a México por instrucción directa de Trump para reparar los puentes rotos que volvieron a posponer un encuentro con Peña Nieto.

El choque se dio cuando, en preparación de una visita a la Casa Blanca, Peña Nieto le habló por teléfono para buscar garantías de que Trump no sacara el tema del muro y su financiamiento. La conversación comenzó bastante amable, dijo un funcionario que supo los detalles, pero Trump se fue enredando en sus propias palabras y subió el tono de la misma. Lo único que quería Peña Nieto es que ese tema, intransitable para los dos por diferentes razones, no surgiera en su visita. Trump ha dicho públicamente que Peña Nieto le pidió una declaración pública donde dijera que el muro no sería pagado por México, que fue una petición que, ciertamente, no existió en esa conversación telefónica.

La idea de la visita a Washington había surgido como una ventana de oportunidad, según sostiene el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, cuando durante una larga sesión de trabajo de 10 horas en la Casa Blanca, la sugirió Kushner. Cuando se la propuso a Peña Nieto, varios miembros del gabinete opinaron que era mejor esperar a los resultados de la negociación del TLCAN que, de acuerdo con funcionarios mexicanos, va por tan buen camino que es posible que México y Estados Unidos puedan alcanzar un acuerdo en principio para la octava ronda de negociaciones, en la primera quincena de abril, en Washington. En los tres capítulos controversiales –reglas de origen, cláusula sunset y resolución de conflictos– han acercado sus posiciones, quedando como único problema Canadá, cuyos incumplimientos en temas acordados en la mesa han exasperado a Estados Unidos. La Casa Blanca está dispuesta a excluir a Canadá y firmar un acuerdo bilateral con México, pero Peña Nieto y Videgaray consideran que la legitimidad del TLCAN depende de la inclusión de esa nación.

La conclusión de la negociación comercial está más cerca de lo que públicamente sugiere Trump, aunque en su mensaje de esta semana en la frontera con México esbozó el punto en el cual se encuentran las pláticas. Con un acuerdo en principio del TLCAN, una reunión Trump-Peña Nieto será fundamental, para que a partir de ese anuncio se pueda dar a conocer lo que vienen trabajando los dos países por meses, que son aproximadamente 30 acuerdos bilaterales en una amplia gama de temas, que incluyen un convenio de cooperación, que le urgen a Estados Unidos, como uno ya acordado –pero no firmado– entre la PGR y la DEA, para combatir organizaciones criminales trasnacionales, con lo cual Peña Nieto podría cerrar el sexenio en materia de su relación con Trump, y una ampliación significativa de visas para trabajadores agrícolas mexicanos.

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El juego de Trump con México

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, señala que la semana pasada escribí, en este espacio, que la exención de los aranceles del acero y aluminio a México y Canadá, así como la visita de Jared Kushner a nuestro país, eran dos razones para incrementar nuestro optimismo de que habrá un buen resultado final en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que esto permitiría destrabar otros temas importantes en la relación bilateral con Estados Unidos. He debatido este tema con varios colegas y mi opinión ha cambiado.

Javier Tello me envió un artículo muy interesante de Edward Alden, miembro del Council on Foreign Relations, think tank especializado en asuntos internacionales de Estados Unidos. Según este experto en competitividad estadunidense, en una pieza publicada en politico.com titulada El juego real que Trump está jugando con el TLCAN, el Presidente del vecino del norte va ganando en las renegociaciones, ya sea porque así lo diseñó o por pura suerte.

El objetivo último de Trump es incrementar las inversiones en su país y, mientras siga manteniendo el TLCAN en el limbo de la renegociación, las empresas mundiales invertirán más en Estados Unidos que en Canadá o México, como una manera de protegerse en caso de que las reglas comerciales cambien. El mensaje de Trump a la comunidad empresarial es clarísimo: inviertan aquí para evitar los riesgos de hacerlo fuera y aprovechen los magníficos incentivos con nuestra reforma tributaria y la desregulación.

En este sentido, según Alden, la incertidumbre actual con respecto al TLCAN es la mejor estrategia para Trump. “Si se sale del Tratado, enoja a sus aliados republicanos y atormenta a los mercados. Pero si llega a un acuerdo, tendrá que cambiar su postura para pasar a ser del mayor crítico del TLCAN a porrista del nuevo Tratado en el Congreso, lo cual, con toda seguridad, calificarán los demócratas como inadecuado. Una larga negociación en la que pueda continuar diciendo que está luchando por un mejor acuerdo se visualiza, de lejos, como su mejor apuesta”.

Alden reconoce que eventualmente Trump tendrá que tomar una decisión de si retira a Estados Unidos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte o llega a un compromiso con Canadá y México.

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El reclamo fue por la declaración del muro

Joaquín López Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que hacen gala de una erudición que no tienen. Florestán

Le había contado en este espacio que la estrategia de Los Pinos, ante la anunciada reunión de los presidentes Peña Nieto y Trump, era evitarla, sabedor el primero del riesgo que corría al chocar las dos posiciones contrarias sobre la construcción y financiamiento del muro, que el primero rechaza y el segundo sostiene.

Le dije aquí que la propuesta y condición de Peña Nieto para el encuentro era que Trump aceptara en público que México no pagaría el muro, en lo que se ha sostenido desde aquella visita a Los Pinos del republicano como candidato, el 31 de agosto de 2016.

Así, pues, Peña Nieto marcó a Trump el martes 20 de febrero, que según el comunicado oficial de sus respectivas oficinas fue para intercambiar condolencias por las víctimas de la matanza en la escuela secundaria en Parkland, Florida, el día anterior, que dejó un saldo de 19 jóvenes muertos, y el accidente de un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana en el que viajaba el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, en Jamiltepec, Pinotepa Nacional, Oaxaca, en el que murieron 13 lugareños.

Y ni una palabra del desencuentro.

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Anaya: el montaje, paso a paso

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, señala que la historia comenzó en 2007 con un codiciado predio y un codicioso joven, de 29 años, integrante de una presunta red de corrupción incrustada en el gobierno de Querétaro (2003-2009) de Francisco Garrido.

El joven es Ricardo Anaya, hoy aspirante a ser presidente de México y que podría ser acusado de tráfico de influencias, defraudación y evasión fiscal, triangulación de recursos, lavado de dinero y crimen organizado.

Los anteriores son los delitos presuntamente cometidos en el proceso de enajenación de un predio propiedad del gobierno queretano y que pasó a manos de Ricardo Anaya con una ganancia de 54 millones de pesos.

En octubre de 2007, Anaya era secretario particular de Garrido, quien decreto enajenar un terreno baldío, adquirido en febrero de 2008 por la empresa Tyson —representada por Manuel Barreiro— en 111.4 millones de pesos.

El predio se dividió en lotes, de los cuales 50 fueron comprados en 137.5 millones de pesos por otra empresa representada también por Barreiro, llamada Park Development.

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No hay pleito entre la Corte y el Congreso

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que después de algunos encuentros entre las cabezas del Congreso, el diputado priísta Édgar Romo y el senador panista Ernesto Cordero, los legisladores asumen este jueves el compromiso de sacar adelante la Ley General de Comunicación Social, para reglamentar el gasto en publicidad en los tres ámbitos de gobierno. Nos comentan que don Édgar tuvo un encuentro con el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ministro Luis María Aguilar, para exponer de manera muy cordial que las cámaras de Diputados y Senadores van a acatar el fallo del máximo tribunal del país, para legislar sobre este tema. Por lo pronto, nos adelantan, los líderes en San Lázaro establecen hoy un calendario legislativo para sacar adelante el marco legal. El dictamen estará a cargo de la Comisión de Gobernación, encabezada por la priísta Mercedes del Carmen Guillén Vicente.

El secreto de AMLO

Tan seguro y tranquilo se siente Andrés Manuel López Obrador con la ventaja que le dan las encuestas que ayer se animó incluso a compartir algunos de sus secretos de campaña a sus adversarios. Recoger los sentimientos del pueblo, además de trabajar todos los días, escuchar a la gente y olvidarse de los guardaespaldas, recomendó. Nos hacen ver que don Andrés pasó por alto algunos otros secretos, como el hecho de que casi todos los días, desde hace 12 años, ha recorrido el país haciendo campaña, y que en caso de fraude electoral hay un tigre listo para lo que se ofrezca.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que muy activa está la Red por la Rendición de Cuentas exigiendo a la diputación federal explicar el procedimiento de cómo seleccionó, y por unanimidad, la terna que hoy se votará para elegir al auditor Superior de la Federación.

En todos los nombramientos para los órganos del Sistema Nacional Anticorrupción la misma red no ha pugnado por la máxima transparencia en el proceso de designación y trató de impulsar la candidatura de su ex presidente Mauricio Merino.

La terna de la que surgirá el nuevo titular la integran Arturo Orci, Ángel Trinidad y David Colmenares, los tres con experiencia en la Auditoría Superior de la Federación.

QueEnrique Graue, rector de la UNAM, acudió ayer a la Secretaría de Gobernación a presentar, junto con los otros 190 integrantes de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, la exigencia para que se ponga fin al narcomenudeo y la violencia dentro de las universidades del país.

En la firma del convenio para la seguridad en y alrededor de los campus —durante 2017 casi se duplicó el consumo de drogas entre los adolescentes mexicanos—, Graue fue enfático: “La educación es nuestra única arma para combatir la desigualdad social y la falta de oportunidades”.

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