“Mientras haya personas sabias hay esperanza de un futuro mejor”.
Abel Pérez Rojas.

Las personas sabias no tienen cabida en el sistema porque estorban a quienes detentan el poder, son símbolo que recuerda a todos que hay formas de convivencia y organización alternativa.

El sistema imperante está dirigido por personas sin escrúpulos que en muchos casos son cultas e inteligentes, y que tienen por prioridad perpetuarse en el poder para beneficio propio.

No se confunda, no es lo mismo ser una persona culta o inteligente a ser sabio.

Las primeras, los cultos, son personas con una formación sólida en historia, en arte, en ciencias, en diversos campos del conocimiento y la cultura, por eso están “cultivados”, pero no necesariamente son sabios.

Las personas inteligentes han desarrollado en cierta medida sus capacidades cognitivas, psicológicas y se adaptan a los cambios de distinta índole, por otra parte resuelven eficazmente problemas y son diestros en la abstracción.

Por otra parte, las personas sabias se han adentrado a la naturaleza humana, a la propia y a la de los demás, tienen una visión recóndita de lo que les rodea, están hermanados con el todo. Las personas sabias son profundamente éticos.

A diferencia de las personas sabias, los cultos y los inteligentes no necesariamente son éticos.

Por ejemplo, esto explica por qué muchos de los que se han enriquecido a costa de los pobres son personas cultas e inteligentes.

Muchos de los que han amasado fortunas desviando recursos para las personas más harapientas han estudiado en las mejores universidades del mundo, hablan varios idiomas, algunos hasta practican destacadamente algún arte, pero no se tientan el corazón para saquear las riquezas naturales y dejar en el desamparo, por ejemplo, a los pueblos originarios.

Por supuesto que no estoy diciendo que sea excluyente entre sí ser sabio, culto o inteligente; lo que le estoy diciendo es que debemos clarificar las diferencias entre los distintos tipos de personas para entender por qué las personas sabias son excluidas y marginadas del sistema porque estorban a los ambiciosos.

Las personas sabias siempre han sido incómodas y han sido consideradas, desde el poder político y económico, un peligro para las sociedades de todos los tiempos, porque un ser sabio no permite ser esclavizado, ni explotado, ni manipulado, ni da cabida a las guerras, ni es consumista compulsivo, ni se satisface con las limitaciones de la escolarización; por ello el sistema imperante aplica todos sus mecanismos para excluir a quien está en un permanente despertar… porque son incorruptibles.

Una persona sabia está en un permanente despertar y eso le convierte en un “peligro” para las estructuras de control establecidas por siglos.

A propósito quiero compartirle un texto que viene muy bien al caso, autoría del controvertido gurú hindú Osho:

Ninguna sociedad quiere que seas sabio.

Esto va contra los fundamentos de todas las sociedades.

Si las personas son sabias no pueden ser explotadas.

Si las personas son inteligentes no pueden ser manipuladas, no pueden ser forzadas a vivir mecánicamente, a vivir como robots.

Ellos buscarán su individualidad.

Ellos llevarán a su alrededor la fragancia de la rebelión.

Ellos amarán vivir en libertad

La libertad viene con sabiduría y ninguna sociedad quiere que seas libre.

La sociedad comunista, la sociedad fascista, la sociedad capitalista, la hindú, la musulmana, la cristiana, ninguna sociedad.

Porque en el momento en que una persona empieza a usar su propia inteligencia, se vuelve peligroso.

Peligroso para el sistema, peligrosos para las personas que están en el poder, peligrosos para los eruditos, peligrosos para todo tipo de explotación, opresión y supresión, peligrosos para las iglesias, peligrosos para el estado, peligrosos para las naciones.

De hecho un hombre sabio es fuego viviente, una llama.

Pero él no puede vender su vida, él no puede ser un sirviente, él prefiere morir antes que convertirse en esclavo.

La transición de la conciencia ha comenzado.

Hasta aquí la extensa cita que no tiene pierde.

¿Está usted de acuerdo conmigo y con Osho en que las personas sabias son excluidas por el sistema porque para algunos son una especie de “piedra en el zapato”?

Vale la pena atreverse a ir en búsqueda de la sabiduría porque la situación en que vivimos ya no da para más y es necesario cambiarla.

No nos conformemos con ser cultos ni con ser inteligentes, es necesario buscar la sabiduría.

¿Qué le parece?

Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

Nació en Tehuacán, Puebla, el 6 de enero de 1970. Es poeta,conductor de programas de radio, académico y gestor de espacios educativos. Funda y coordina Sabersinfin.com