El Congreso de Estados Unidos debe aprobar una ley que proteja los derechos humanos de los “dreamers”, sin que esto implique violentar a otros migrantes ni fomentar la discriminación, xenofobia, intolerancia y odio en contra de este sector de la población.
Así lo planteó este lunes la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y, en consecuencias, solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgir a los legisladores estadounidenses para que regulasen el estatus de los beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) o “dreamers”.
Dicha legislación –remarcó– debe salvaguardar los derechos humanos, pero no condicionar la regularización de migrantes a la aprobación de medidas para la seguridad fronteriza ni a destinar fondos para la construcción de un muro en la frontera con México.
Tampoco debe establecer obstáculos legales para la reunificación familiar, sino ofrecer a los dreamers estatus migratorio condicional después de un tiempo razonable de estancia en Estados Unidos y la residencia legal permanente de acuerdo con sus circunstancias de entrada, la duración de su estancia y consideraciones relacionadas con su situación familiar.
Dreamers fortalecen a EU
La CNDH sostuvo que los jóvenes afectados por la terminación de DACA son parte de la fortaleza de Estados Unidos y, si bien por el momento existe una suspensión provisional de dos jueces federales a la terminación de este programa, ésta es temporal y requieren una solución estable y duradera prevista por ley.
Destacó que, en este sentido, se han pronunciado diversos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quienes manifestaron, el 20 de febrero pasado, que la terminación de DACA ofrecía una oportunidad única para la regularización de la situación migratoria de diversos migrantes que tienen vínculos económicos, sociales, culturales y familiares importantes en Estados Unidos y cuya contribución a la sociedad norteamericana era incuestionable.
Por lo anterior, el organismo mexicano confió en que la intervención de la CIDH ante los Estados Unidos contribuirá a la certeza de la situación migratoria y protección de los derechos humanos de los dreamers.
Editado por Luis Alberto Palacios