En República Dominicana, haitianos y descendientes viven en amenaza
En República Dominicana, haitianos y descendientes viven en amenaza. Foto: BBC

En República Dominicana, haitianos y descendientes viven en amenaza
En República Dominicana, haitianos y descendientes viven en amenaza. Foto: BBC

Los migrantes haitianos y sus descendientes han perdido en muchas ocasiones su nacionalidad; algunos han sido deportados mientras que otros viven apátridas, además de que son blanco de un discurso de odio en la República Dominicana.

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se tiene evidencia de que desde 1952 la República Dominicana solicitó mano de obra haitiana que, por ser barata, beneficiaba a los dueños de sembradíos, con lo que un corredor migratorio fue creciendo año con año, de modo que miles de trabajadores llegaron al país vecino y allí formaron familias.

Sus descendientes no habían enfrentado muchas complicaciones, pero en 1980, según informa la CIDH, los registros civiles comenzaron a negar las actas de nacimientos a los bebés en suelo dominicano, con lo que miles de niños crecieron sin tener ninguna identificación, lo que impactó negativamente su acceso a educación, trabajo y servicios de salud.

El panorama ya desolador empeoró cuando en 2010, se emitió una reforma para que únicamente fueran dominicanos los hijos de padres con residencia; años después, el máximo tribunal del país caribeño concluyó que la reforma sería retroactiva, poniendo en riesgo de pérdida de nacionalidad entre 200 mil a 300 mil descendientes.

Ante la presión internacional y en un intento por remendar los daños provocados a esta población, se implementó la Ley de Naturalización, sin embargo, sólo unos cuantos pudieron recuperar su nacionalidad, mientras que miles han sido deportados y otros viven apátridas en suelo dominicano.

Sociedad, parte del discurso de odio

La propia CIDH afirma que: “a lo largo de los años, autoridades en República Dominicana han ido adoptando una serie de prácticas, normas y decisiones judiciales dirigidas a desnacionalizar a las personas nacidas en este país que descienden de migrantes haitianos”.

Hoy en día, la incertidumbre reina en los hogares de haitianos y sus descendientes. Hasta el verano de 2016, había 3 mil de ellos desplazados, sin embargo, también la sociedad dominicana ha ido construyendo un discurso de odio para quienes han laborado por mucho tiempo en su sector agrícola.

Mientras que los nacionalistas manifiestan: “los haitianos atentan de manera desafiante y pública la soberanía dominicana de forma provocadora (…) en República Dominicana los haitianos se tragan el presupuesto de salud pública, teniendo el local que recurrir a centros privados”. Los medios locales también han jugado un papel importante, difundiendo incluso el término “invasión haitiana”.

Hasta exjueces como Hugo Antonio Ysalguez consideran que los haitianos “contaminan al país con el Sida”. En tanto, la propia página electrónica de la presidencia dominicana afirma: “De Haití huyen y cruzan como Pedro por su casa a República Dominicana”.

En la actualidad, diversas asociaciones civiles y observatorios de derechos humanos locales, han denunciado que los haitianos y sus descendientes han visto violados sus derechos humanos en manos de la policía dominicana, tanto en la detención como en la deportación, así como en las redadas llevadas a cabo en distintas locaciones del territorio dominicano.

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