Independientemente del estilo de vida que llevemos y las creencias que tengamos, por lo menos alguna vez en la vida, hemos tenido el pensamiento o sentimiento de encontrarnos solos y abandonados.
En la actualidad, vivimos en una sociedad donde se tiende a pensar que la felicidad y el bienestar de uno mismo se encuentra en el exterior; ya sea por tener una cierta cantidad de seguidores en redes sociales, por obtener un nuevo trabajo o hasta en tener una pareja estable. Creando así una inestabilidad, dependencia emocional y desconexión de nosotros mismos.
¿A qué voy con esto?
Hace una semana tuve una experiencia que siempre llevaré conmigo. Se la comparto.
Al viajar sin compañía por primera vez a un lugar completamente diferente de mi lugar de nacimiento, donde se habla otro idioma, con una diferente ideología, y la única forma de regresar a tu país es mediante muchas horas de vuelo, me implicó salirme de mi zona de confort y, por supuesto, una gran reflexión, sacar valentía y autoconocerme.
Poniendo en juego todo. Desde la capacidad de disfrutar cada momento hasta la incertidumbre que llegas a sentir como si te lanzaras a lo desconocido. Es una balanza que hay que equilibrar entre las emociones y los pensamientos con la tranquilidad y paz interna, no te confundas, no me estoy refiriendo a que haya que reprimir la marea de emociones que nos acosen.
Despertando así una mayor sensibilidad a la conciencia interna por medio del movimiento y la respiración, da una gran oportunidad de innovarse y estar en sintonía de “mi yo con el exterior”.
Esta experiencia me ha permitido revalorar y aquilatar mi experiencia en la meditación y en la búsqueda interna.
En estas semanas he experimentado el despertar de la conciencia interna por medio del movimiento y la respiración, la gran oportunidad de innovarse y estar en sintonía de “mi yo con el exterior”, y que, al trabajar constantemente en nosotros mismos, nos vamos dando cuenta de que, si estamos bien con nosotros, lo demás puede cambiar. Que aparte de nuestro cuerpo y lo que podemos captar con nuestros sentidos, siempre habrá algo más. Es una búsqueda.
Tan lejos de mi patria he estado sin mis seres queridos, sin mi tierra y sin mi cultura, pero me ha abierto los ojos de que los llevo dentro, que van siempre conmigo y que nunca estaré sola, en el sentido de abandono o soledad.
Siempre me llevo conmigo misma y por eso siempre porto lo que amo.
Nunca estoy, estuve o estaré sola. Se los aseguro.
Ixchel Pérez Hernández es estudiante de música e historia del arte. Dirige Sabersinfin.com Alemania
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