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PejeLeaks

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que pejeLeaks es la nueva pieza en la contienda presidencial mexicana. Amaneció en la red el 4 de febrero con claridad en su objetivo. “Durante los últimos 20 años, Andrés Manuel López Obrador ha buscado posicionarse como el líder que apunta el reflector hacia las deficiencias y errores de la democracia mexicana y de la clase gobernante, ocultando sus propias contradicciones y actos de corrupción”, estableció en su manifiesto. “PejeLeaks responde a la necesidad de poner a López Obrador bajo ese mismo reflector, estableciéndose como una plataforma que documenta y pone en evidencia, a través de investigaciones periodísticas, su faceta más oscura y desconocida”. Desde entonces, han publicado dos investigaciones documentadas sobre el primogénito y el hermano de López Obrador, y 11 pequeños videos contra colaboradores del candidato, ubicados en dos categorías, ‘Los Impresentables’ y ‘Los purificados’.

El portal de PejeLeaks esconde su origen y financiamiento, pero no su misión. De antemano, aunque no todas las categorías de información tienen contenido aún, establecen sus prioridades: AMLO, Familia, Colaboradores. En los primeros días la familia ha sido objeto. Este domingo publicaron la relación sentimental entre el hijo mayor de López Obrador, José Ramón, con la asistente por más de 15 años de la directora de La Jornada, Carmen Lira. La relevancia pública expuesta por el portal es cómo durante el gobierno de López Obrador en la Ciudad de México ese diario fue el mayor beneficiado en publicidad, al sugerir un conflicto de interés. En descargo, a La Jornada no le fue tampoco mal durante los gobiernos de Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera. El domingo anterior, el blanco fue Pedro Arturo, su hermano, a quien le documentaron su enriquecimiento a partir de haber obtenido contratos públicos de manera, afirma PejeLeaks, “ilegal”.

PejeLeaks exhibe sus recursos. Su diseño es limpio y fresco, mientras que su programación permite navegar fácilmente. Hasta ahora no ha mostrado ninguna filiación partidista, que no sea el ir pegando con un piolet la muralla que protege a López Obrador –su siguiente investigación, anuncian, aparecerá el próximo domingo–, ni ha llamado al voto por nadie. De hecho, no hay información sobre ningún otro actor político salvo el tabasqueño. Pero sobre de él, todo lo que pueda lastimarlo. Videos de menos de tres minutos ya aparecieron sobre Ebrard y Miguel Barbosa, sobre Lino Korrodi, Napoleón Gómez Urrutia y Evaristo Hernández, donde el portal exhibe las contradicciones de López Obrador. En 2015 lo llamó “político corrupto”, pero un año después lo abrazó con elogios en Morena. El video más dañino, sin embargo, es sobre Héctor Díaz Polanco, miembro de la dirección de Morena, a quien le encontraron un discurso en donde dice que su partido busca formar parte de “la transformación de América Latina que se inició en Venezuela”.

La aparición de PejeLeaks forma parte de uno de los nuevos fenómenos mediáticos en México, donde el precursor más sobresaliente es Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad, que con capitales privados –no se sabe si el portal contra López Obrador los tenga detrás– impulsan una agenda como organización no gubernamental, pero a través de la poderosa plataforma de un equipo de investigación periodística que genera materiales que publica en distintos medios de comunicación mexicanos. Es una evolución importante de una ONG, cuyo modelo surgió de ProPublica, “una redacción independiente y sin fines de lucro que produce periodismo de investigación con fuerza moral”, y cuya misión es “exponer los abusos del poder y las traiciones a la confianza pública del gobierno, el sector privado y otras instituciones”. ProPublica fue creada en 2007 y su trabajo es financiado en buena parte por fundaciones de multinacionales, que es el modelo de operación que tiene Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad.

ProPublica no es tan relevante para los estadounidenses como la ONG encabezada por Claudio X. González Guajardo, porque mientras aquella entra en un universo de medios que sí invierten recursos para realizar investigaciones y producir un periodismo de calidad, en México se llevan varios años de desinversión en ese campo, ocasionado más por intereses particulares y conflictos de interés que quedarían expuestos o motivarían a la autocensura, que por razones financieras. Las dos organizaciones son esencialmente lo mismo en su arquitectura y misión, pero operando en ecosistemas distintos. Por ello, la ONG de González Guajardo tiene un impacto superior a nivel nacional que ProPublica, por las debilidades de los medios, aunque sus motivaciones políticas parecen en ocasiones superiores a las del bien común de la información.

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¿Ya cambió López Obrador?

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, señala que ante la fortaleza de López Obrador en las encuestas, escucho a muchas personas que están tratando, desde ahora, de racionalizar un posible triunfo del morenista. Creen que no sería tan malo para la República como Presidente. Uno de los argumentos que más se escucha es que el tabasqueño “ya cambió”. Que el AMLO de 2018 ya es diferente al de 2006 y 2012. Que ha aprendido. Que ha madurado y crecido. Que ya es un pragmático. ¿Será verdad?

Lo primero que quiero decir es que este argumento es exactamente el mismo que escuché hace seis años con respecto al PRI. Lo recuerdo perfectamente en voz del entonces coordinador electoral de la campaña de Peña Nieto, Luis Videgaray. El hoy canciller afirmaba que, como el tricolor había pasado doce años en la oposición, había aprendido a hacer política de manera diferente. Éste era un nuevo PRI que había hecho su Camino a Damasco. El partido autoritario y corrupto se había convertido en uno democrático y honesto.

Sonaba bien. Era un eficaz discurso de campaña. Sin embargo, hoy podemos aseverar, sin temor a equivocarnos, que era pura demagogia: el PRI no había cambiado. De hecho, había empeorado. Ya en el poder, demostró sus peores vicios históricos incluyendo, en primerísimo lugar, la corrupción. Su época opositora no cambió el PRI. Y los mexicanos hemos tenido que pagar el precio de haber creído que se habían transformado.

Doy otro ejemplo de cómo los políticos no cambian, en este caso extranjero. Muchos decían que, una vez instalado en la Presidencia, Donald Trump cambiaría. Una vez en la Casa Blanca, sería más responsable, moderado y pragmático que lo que había sido en la campaña presidencial. Pregunta: ¿ha cambiado Trump este primer año de gobierno? No lo creo. Sigue siendo el mismo narcisista, demagogo y nacionalista de siempre. Si, acaso, hemos visto cómo las instituciones de Estados Unidos lo han limitado.

Entonces, ¿podemos esperar que López Obrador sea diferente al de siempre? ¿Que, cuando gane, sea un Presidente pragmático, tolerante y no eche para atrás las reformas estructurales?

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Elecciones, riesgo mayor

Joaquín López Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que te pongas como te pongas, el trasero siempre te quedará atrás. Florestán

Cuando los especialistas nacionales y extranjeros se refieren a México.2018, mencionan tres puntos de riesgo: la negociación del TLC; la volatilidad financiera internacional y el precio del petróleo, y las elecciones del 1 de julio.

El diagnóstico es unánime cuando plantean ese mapa en el que solo un factor depende de nosotros: el resultado electoral.

En el caso del TLC puedo decir que México tiene el mejor negociador que pueda existir en este tema, Ildefonso Guajardo, con un equipo, igual que él, actualizado y conocedor del asunto.

Aquí el riesgo está en el imprevisible Donald Trump, que un día dice que sí, otro que no, uno que se levanta de la mesa, otro que se sienta, lo que a fuerza de repetir ha dejado de tener impacto, es más, de sacar a su país del acuerdo, es algo que la economía nacional tiene en parte descontado, aunque habría que superar el shock inicial.

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Mikel, una lección política

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, señala que de nueva cuenta la paliza fue general. Y, de nueva cuenta afloró la doble moral en no pocos espacios de redes y digitales.

Pero ahora el objetivo fue el candidato del PRI a Ciudad de México, Mikel Arriola, quien según sus críticos cometió algo así como “el pecado capital” de proponer a los capitalinos revertir los matrimonios igualitarios, además de dar marcha atrás al aborto y la adopción por parte de personas del mismo sexo.

Pero no fue todo el ex director del IMSS también cuestionó la despenalización de la mariguana, salvo para uso medicinal.

En todos esos temas, Mikel Arriola propuso un debate entre los capitalinos, que sería el punto de partida para proponer una controversia constitucional —entre la Carta Magna y la Constitución de CdMx— que dado el caso podría desembocar en la inhabilitación de esos postulados en la capital del país, sin pasar por la Asamblea Legislativa.

Y es que, como todos saben, la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos está por encima de la Constitución de CdMx.

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¿Lupillo Acosta se va con AMLO?

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que uno de los artífices del llamado Frente —consejero de Ricardo Anaya para pelearse con los medios de comunicación— está a punto de abandonar el barco frentista para subirse a la ola de Andrés Manuel López Obrador. Nos cuentan que Guadalupe Acosta Naranjo, dirigente de la corriente Galileos, ha tenido contactos con personajes cercanos al precandidato presidencial de Morena, ante la cerrazón que ha encontrado en la alianza PAN-PRD-MC para ganar espacios para sus allegados. ¿Cuál es el punto de conflicto? Nos comentan que don Lupillo no ha sido escuchado en sus demandas para obtener candidaturas a puestos de elección popular. De tal suerte que Acosta Naranjo ha hecho algunos contactos con morenistas y ya tiene gente en Oaxaca, Estado de México y Querétaro. En los hechos, su mudanza a Morena representaría un golpe al frente de los anayistas. ¡Ups!

El fake anuncio de Córdova

Alguien en el INE engañó al presidente del Instituto. Ayer don Lorenzo Córdova aseguró que el Memorándum de Cooperación entre Facebook y el INE contempla la identificación de “noticias que están siendo promovidas para contrarrestar información equívoca con información validada”. El Memorándum —que según don Lorenzo no es secreto pero que ambos firmantes habían acordado que fuera confidencial— en ninguno de sus siete puntos habla de identificación de información falsa. Lo que sí dice es que el INE le dará información en tiempo real y espacios en sus oficinas a Facebook, y que la multinacional “tiene la intención —pero no la obligación— de que algunos de sus productos de participación ciudadana estén disponibles en su plataforma para sus usuarios en México”, ni más ni menos que eso. Quizá alguien en el INE le dijo a don Lorenzo que se había firmado un mega acuerdo contra las fake news con Facebook y él le creyó. Ahora ha tenido que salir a explicar que ese pacto que hace unos días vendió en los medios se trata de un acuerdo marco, es decir, lo presumido en días pasados aún no es una realidad, se trató entonces de un “fake anuncio”. Tsss.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que Andrés Manuel López Obrador no sabe de parentescos a la hora de los votos y ayer, durante una reunión con militantes de Morena en el Estado de México, se la pasó entre regaños y reproches a los dirigentes por los nulos avances en algunas regiones, por las disputas internas en torno a las candidaturas y hasta por los mítines en la entidad durante la precampaña, que calificó “de los peores en el país”.

Todo esto lo escuchó a pie del templete y con cara seria su hijo José Ramón López Beltrán, a cargo de la mayoría de los trabajos que su papá cuestionó.

Que el recién incorporado a la campaña de López Obrador, Marcelo Ebrard, comenzó rápido a refrescar lazos y renovar contactos, y ayer se le vio comiendo junto a las cabezas perredistas de Los Galileos, Miguel Alonso Raya y Guadalupe Acosta Naranjo, tribu que es especialmente crítica con el tabasqueño.

Los tres compartían mesa en el restaurante de un hotel capitalino y algunos asistentes que los reconocieron se preguntaban si los perredistas ya están pensando en voltearle bandera a Ricardo Anaya.

Que la dirigencia nacional del Revolucionario Institucional, que encabeza Enrique Ochoa Reza, buscará desmarcarse del nuevo presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Juan Díaz de la Torre, pues ahora que puede aspirar a cargos de elección popular, aseguran en Insurgentes, no será bajo sus siglas.

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