José Antonio Meade Kuribreña, precandidato presidencial de la coalición PRI-PVEM-Panal, se jactó a través de Twitter de no tener “cola que me pisen” y hacer “propuestas serias” mientras “otros ocupan su tiempo en defenderse de denuncias por corrupción”.
Lo anterior, en referencia implícita a Ricardo Anaya Cortés, precandidato de la alianza “Por México al Frente (PAN-PRD-MC), cuyas finanzas volvieron a ser tema de polémica luego de que Proceso revelara una presunta “triangulación” de recursos a su favor a través de una fundación que creó en Querétaro en 2009.
Asimismo, al remar sus “propuestas serias que le sirvan a la gente” evocó sus críticas a Andrés Manuel López Obrador, precandidato de la coalición Morena-PT-PES, a cuyas promesas de campaña ha calificado como “disparates”, “inviables” y “un peligro”.
Desde el inicio de su campaña presidencial, a fines de noviembre de 2017, Meade ha sido presentado como un “hombre honesto”, un “servidor público con experiencia” y un ciudadano sin filiación política, quien, sin embargo, aceptó ser abanderado del tricolor para continuar con las reformas estructurales de la administración de Enrique Peña Nieto.
No obstante, un reportaje de Animal Político sobre el desvío de 540 millones de pesos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), cuando Rosario Robles Berlanga y él fueron titulares de esta dependencia, puso en entredicho esta imagen impoluta, al grado de que sus abogados amenazaron al medio con una demanda por difundir tal dato, pese a que se sustentó en una investigación de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Editado por Luis Alberto Palacios