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2018, el costo Albores (y II)

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que una vez más, la política en Chiapas se empapa en traiciones y lucha de poder de grupos, componendas y vendettas. La unción informal del priista Roberto Albores Gleason, como candidato de la alianza PRI-Partido Verde en Chiapas, partió a los verdes en el estado, que están en abierta rebeldía. Eduardo Ramírez, el dirigente de los verdes en Chiapas que rompió con el partido por la imposición de Albores Gleason, deslizó la semana pasada hacia dónde se irían los miles de renegados. A Morena y a Andrés Manuel López Obrador, a quien, de gira en el estado, le envió un mensaje en Twitter: “Discutamos la reforma educativa que propone, para que haya paz en el estado”. Este domingo lanzó el Movimiento por la Dignidad, para combatir la candidatura del priista. Traducido en votos, un millón 200 mil que aportaría el Verde a la campaña de José Antonio Meade, se pusieron al mejor postor.

La insurgencia de Ramírez no fue súbita. Durante semanas de pláticas sobre la candidatura a gobernador, expresó su oposición insalvable con Albores Gleason. No había razones, sino emociones. En 1999 lo apoyó para que llegara a su primera senaduría, y cuando la logró, volteó a verlo y le dijo: “A ti no te debo nada”. La forma como se dio el desconocimiento provocó que se liaran a golpes. La traición a Ramírez no ha sido ajena en la familia Albores, que llevan casi 20 años ejercitando la poco escrupulosa fórmula de cambiar de lealtades en función de sus intereses particulares. La diferencia en este proceso es que Albores Gleason no fue la causa, sino el síntoma. La traición al Partido Verde, que gobierna Chiapas, y cuyo gobernador Manuel Velasco recibió las garantías del presidente Enrique Peña Nieto que él decidiría quién sería el candidato, se gestó en Los Pinos, donde la memoria es corta y los intereses particulares grandes.

Albores Gleason es hijo de Roberto Albores Guillén, quien sustituyó interinamente a Julio César Ruiz Ferro, en enero de 1998, tras la matanza de indígenas en Acteal. Albores Guillén se enfrentó durante su mandato con el senador Pablo Salazar Mendiguchía, quien denunciaba continuamente actos de corrupción en ese gobierno. El PRI castigó a Salazar Mendiguchía y no lo hizo su candidato, pero e l senador armó una alianza con los ocho partidos de oposición y ganó la gubernatura. En el poder, Salazar Mendiguchía persiguió a Albores Guillén. Varios miembros de su gabinete fueron encarcelados por presunta corrupción; el exgobernador enfrentó un proceso por presunto enriquecimiento, y su esposa, madre del virtual candidato, fue acusada de haber distribuido como desayunos escolares soya de consumo para animales, cuando era presidenta del DIF estatal. No fueron y Albores Guillén buscó la gubernatura en 2006.

Su hijo ya había iniciado una carrera legislativa y fue suplente para la senaduría que iba para otro hijo de un exgobernador, Juan Sabines. El senador declinó porque optó por la gubernatura, pero no por su partido, el PRI, sino por el PRD, PT y Convergencia, que hoy es Movimiento Ciudadano. Albores Gleason fue senador sin tomar protesta, pero como su padre, se corrió hacia la oposición. Albores Guillén no obtuvo la candidatura y apoyó a Sabines, por lo que fue expulsado del PRI en 2006. Sabines pagó la traición incorporando a Albores Gleason a su gabinete y persiguió a Salazar Mendiguchía hasta ponerlo tras las rejas. Ahí estuvo durante 18 meses, tras lo cual, mediante un acuerdo político con el gobernador, salió libre y exonerado, con la condición que no lo demandara.

Sabines se hizo amigo de otro gobernador, Enrique Peña Nieto, quien lo era del Estado de México, quien como presidente, al terminar el sexenio en Chiapas, le perdonó una deuda pública de 40 mil millones de pesos y lo protegió como cónsul en Orlando. También dejó arreglado para que el nuevo gobernador, Manuel Velasco, no lo persiguiera. Las complicidades políticas mantuvieron la estabilidad en las élites del poder. No había nada que permitiera imaginar que eso iba a cambiar al final de la administración chiapaneca.

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Anaya ganándole a Meade el polo antiAMLO

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, indica que hoy amanecemos con una actualización del Modelo Poll of Polls de oraculus.mx, sitio especializado en elecciones en México. En más de un mes después del primer cálculo que se hizo a finales de diciembre del año pasado, nada se ha movido en el primer lugar de la contienda. Hoy, terminando enero de 2018, López Obrador tiene un 99% de probabilidad de ser el líder en la competencia electoral, con un 37% de las intenciones de voto efectivas, esto es descontando a los encuestados que no revelan preferencia por alguno de los candidatos.

Lo que sí se ha movido es la lucha por el segundo lugar. En diciembre había una probabilidad del 61% de que este sitio lo ocupara Ricardo Anaya y un 38% José Antonio Meade. Las probabilidades se han movido. Ahora se le está dando un 82% a Anaya de estar en el segundo lugar y un 17% a Meade. El panista tendría un 28% de las preferencias efectivas; Meade un 25 por ciento.

Ésta es, quizá, la nota de las mediciones en encuestas. Anaya está logrando su propósito de convertirse en el candidato que pase a la “final” en contra de López Obrador. Si la elección, efectivamente, se polariza entre los que quieren votar por AMLO y los que no quieren votar por él, resulta muy importante que se defina quién es el candidato con más chance de ganarle al tabasqueño. Hoy, ese candidato es Anaya; Meade se estaría rezagando.

Otra noticia es la caída en las intenciones de voto a favor de Margarita Zavala. En el Modelo Poll of Polls de diciembre aparecía en el cuarto lugar con un 10% de las preferencias efectivas. En el de finales de enero sigue en el mismo lugar, pero con 7%. Jaime Rodríguez, El Bronco, continúa en el quinto lugar, manteniéndose con un 4% de las intenciones de voto. En el modelo ya se incluyó, por primera vez, a Armando Ríos Piter, quien estaría en el sexto lugar con un uno por ciento.

El Modelo Poll of Polls, desarrollado por Javier Márquez, estima las tendencias de las encuestas científicas serias, tomando en cuenta los errores muestrales y no muestrales de las casas encuestadoras. Es un modelo estadístico dinámico, jerárquico y bayesiano que utiliza un filtro de Kalman para suavizar el ruido y los errores de las distintas mediciones. En el caso del modelo que se está publicando hoy en oraculus.mx, se tomaron en cuenta tres encuestas publicadas en enero de 2018 y otras cuatro publicadas en diciembre del año pasado para suavizar las tendencias. Las encuestas utilizadas son aquellas que aparecieron en algún medio de comunicación, pagadas por dicho medio y cuyos datos y metodología se depositaron en el Instituto Nacional Electoral, de acuerdo con la legislación vigente en materia de encuestas preelectorales.

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¿Por qué voto van los candidatos a EU?

Joaquín López Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, señala que la verdad fragmentada es un engaño completo. Florestán

Cuando se dio el voto a los mexicanos en el extranjero, en forma mayoritaria a los que viven en Estados Unidos, se consideró, como yo lo sigo considerando, un acto de justicia para nuestros paisanos a los que gobiernos y sociedad mexicanas han considerado como de segunda, víctimas de una vergonzosa discriminación allá, pero también aquí, invisibles e indocumentados en ambos países.

Ante esta apertura, los precandidatos y candidatos presidenciales comenzaron a visitarlos en busca de ese voto que ya tenían de acuerdo con la ley, pero no en los hechos.

Y lo documento.

De acuerdo con la estadística estadunidense, la mexicana es la primera minoría racial, por encima de los afroamericanos, con más de 50 millones de personas de primera, segunda y tercera generación, con papeles o sin papeles, lo que no se refleja en las urnas estadunidenses y por eso no tienen el peso de otras minorías.

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¡Quieren un muerto…!

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, indica que sin duda que merece un aplauso esa porción social preocupada por el paradero de un joven preparatoriano, como Marco Antonio.

Sin duda se reconoce que ONG y grupos de la llamada “sociedad civil organizada” se movilicen para exigir a la autoridad —sea de CdMx, sea mexiquense— la aparición con vida de cualquier ciudadano.

Más aún, resulta alentador que un desaparecido sea buscado por muchos que se dicen preocupados por la presunta detención ilegal a partir del supuesto delito de robo. En efecto, todo abuso de autoridad merece la atención de toda la sociedad.

Incluso es aleccionador que los medios de todo el país —prensa, radio, televisión, digitales y redes— se hayan volcado y lanzado sus poderosos reflectores a favor de la búsqueda de un desaparecido, cualquiera que sea su nombre.

Sin embargo, el caso Marco Antonio tiene muchas otras caras; la cara de la “sociedad basura”, del oportunismo y —sobre todo— la cara del vulgar manoseo político-electoral de los mismos de siempre; políticos que todo lo pudren, en especial cuando se trata de obtener raja político-electoral.

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AMLO y Anaya, ahora sí les gustó

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, señala que los precandidatos Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya celebraron los resultados de la encuesta publicada ayer por EL UNIVERSAL que los pone en primero y segundo lugar respectivamente en las preferencias electorales para la contienda presidencial del próximo 1 de julio. Esta vez no hubo críticas al trabajo de este diario por parte de ninguno de los dos aspirantes presidenciales, ambos se mostraron satisfechos, quizá López Obrador señaló que él va más arriba, pero no hubo enojos ni insultos como en ocasiones pasadas cuando se habló del caso de la hoy ex diputada de Morena Eva Cadena y sus videos recibiendo fajos de billetes, o cuando se abordó el tema del misterioso y abundante patrimonio de Anaya y su familia. Queda claro que el secreto para no recibir insultos y ataques es no incomodar a la clase política mexicana.

Ebrard deja el sigilo

Nos dicen que Marcelo Ebrard Casaubón, ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, cada vez anda menos sigiloso y se deja ver más a su regreso a la capital del país. Nos comentan que ayer se le vio desayunando en un restaurante del centro de la Ciudad de México. Don Marcelo, nos comentan, tiene las puertas abiertas para unirse al equipo de la precandidata de Morena a la jefatura de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y desde esa posición contribuir no solo al triunfo de doña Claudia en la capital del país, sino también apoyar para que Andrés Manuel López Obrador obtenga el mayor número posible de votos en la CDMX.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que en el último encuentro con la militancia priísta en Chilpancingo, Guerrero, José Antonio Meade decidió acercarse a los reporteros para decirles que a él las encuestas no le dan miedo, que si lo quieren colocar en primero o último lugar, no importa, porque aún faltan 11 días de precampaña y la disputa electoral está por comenzar.

Confiado, recomendó, ante el tercer lugar que se le da ahora, ser “pacientes”, pues aún faltan cinco meses de campaña y eso es una eternidad.

Que el precandidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, no termina de convencer a algunos senadores perredistas, quienes consideran que su discurso aún es frío y “le falta llegar no solo al intelecto de los militantes, sino también a las emociones”.

No obstante que se pusieron poéticos, confían en que todo se modifique antes de que arranquen de manera formal las campañas.

Que los detractores del gobernador Javier Corral ven “puro sospechosismo al estilo chihuahuense” en la Marcha por la Dignidad, que consideran una simulación cuyo verdadero objetivo es apoyar la campaña de Ricardo Anaya, precandidato de la coalición PAN-PRD-MC.

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