En 2017, el cultivo y la recolección de opio en Afganistán aumentó un 87 por ciento, nivel nunca antes presentado. También alarma a las organizaciones internacionales la situación en Perú y Myanmar.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que en Afganistán, el cultivo y recolección del principal insumo para elaborar heroína, alcanzó hasta 328 mil hectáreas el año pasado.
Lo anterior representa una crisis sin precedente que causó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el pasado 21 de diciembre se dijo que el número de provincias afectadas por la presencia de esta planta ha pasado de 21 a 24, siendo el sur la zona con mayor número de hectáreas destinadas a su plantación.
En dicho evento se exigió que la respuesta a este escenario sea inmediata, pues se advirtió que el consumo y el cultivo del opio seguramente presentará un aumento en muchas otras latitudes del mundo.
Sin embargo, no es el único país en una situación así, ya que el panorama en Perú es similar, pues el Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro) ha informado que en un año, el país sudamericano ha producido 6 mil 400 kilos de opio.
Sudamérica, el mercado
Dicha producción tiene por destino a Ecuador y Colombia, el organismo confirmó que existen áreas potenciales para el cultivo de esta planta lo que en un futuro inmediato podría representar un aumento sustancial en el opio cultivado.
Mientras tanto, Myanmar que fue el principal productor en la década de los 80´s, experimentó una disminución de cultivos con un total de 41 mil frente a los 55 mil 500 presentados en 2015, sin embargo no en todas las zonas del país se ha disminuido la plantación.
Tan sólo el año pasado, el rendimiento de la planta cultivada aumentó de 11.7 por ciento a 13.4 por ciento. Una de las razones por las que sucede lo anterior, se debe a severos conflictos políticos y sociales, así como la pobreza, según lo afirmó la Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen (Unodc por sus siglas en inglés).
En este último país, se han implementado programas para evitar que los campesinos continúen plantando opio y en su lugar, sean productos como el café, bien cuya compra ha sido acordada en el mercado europeo.
