Puebla: simulación y promiscuidad electoral
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que tal como se están configurando las coaliciones y los candidatos de éstas, da la impresión de que el PRI no quiere ganar en Puebla la presidencia, ni la gubernatura, ni la mayoría de los cargos de elección popular que estarán en juego.
De entrada es claro que sus dos aliados nacionales, el PVEM y el Partido Nueva Alianza (Panal), no irán con él en los comicios para gobernador, presidentes municipales y diputados al Congreso del estado.
A diferencia de las alianzas Juntos Haremos Historia —conformada por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES)— y Por México al Frente —integrada por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano—, la coalición Todos por México va en Puebla separada, es decir, el PRI con su propio candidato a la gubernatura, lo mismo que el PVEM y el Panal.
Tal decisión implica dos cosas: que el CEN del PRI no está haciendo lo necesario para ganar, o al menos para obtener una alta votación en la entidad con el quinto padrón más grande del país, ni para sumar localmente a sus supuestos aliados; o que de plano no ve posibilidades de triunfo en la gubernatura de Puebla y va a dejar en manos del ex gobernador Rafael Moreno Valle la victoria de José Antonio Meade en la elección presidencial.
Cualquiera que sea el caso, lo más probable es que la votación del PRI en el estado siga cayendo y que tal situación lejos de ser capitalizada por Moreno Valle y su esposa Martha Erika Alonso Hidalgo termine favoreciendo a Morena y a los candidatos de este partido.
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Déjà vu
Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, señala que “Como volver a empezar”.
Así debería titularse la historia de los morenovallistas llevada al guión cinematográfico en caso de que Martha Érika Alonso Hidalgo y Eduardo Rivera Pérez materialicen en las urnas las preferencias electorales que ahora mismo dan la ventaja al PAN y sus partidos aliados en Puebla.
Si estos dos panistas se alzan con la victoria el 1 de julio, los integrantes del grupo en el poder que llegaron a la gestión de Rafael Moreno Valle con amplias expectativas acerca de su futuro político se trasladarán al pasado en un ambivalente deja vu.
Mirarán con ánimo hacia el futuro y volverán a tejer proyectos personales encaminados a conquistar Casa Puebla y el palacio municipal, pero recordarán también el infructuoso trabajo de siete años y medio que no los condujo a ningún lugar, salvo a sitios dorados dentro de la administración pública, diputaciones y más diputaciones.
En febrero de 2011, los morenovallistas gestaron una nueva clase política que incluía entre sus miembros a personajes con ambiciones y aspiraciones individuales que se pusieron a batallar, desde el primer día de gobierno, por los principales puestos de elección popular que se disputarían más adelante.
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Suspirantes en capilla
Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que en plena recta final para definir a sus candidatos, hasta la noche de ayer no había nada claro en el PRI nacional, pese a que desde el viernes creció la versión de que Jorge Estefan será el candidato a gobernador por el tricolor.
La emisión de la convocatoria la noche de ayer, representa el banderazo final para conocer a quién será el contendiente de Luis Miguel Barbosa y Martha Erika Alonso para apoderarse de las llaves de Casa Puebla.
Si bien es cierto que la posibilidad de Estefan por su cercanía con Meade existe, también es un hecho que la popularidad de Enrique Doger y la estructura de Juan Carlos Lastiri se sigue valorando por la cúpula del PRI.
Y es aquí en donde no hay que darle vueltas al asunto, en el partido tricolor sólo hay dos personajes que palomean las candidaturas a gobernador y ellos son Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade.
Y hasta la noche de ayer ninguno de los tres se ha reunido con estos dos personajes, ni con el presidente del CEN del PRI.
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Carrancá tiene medio cuerpo fuera de la FGE; lo sustituiría Armando López
Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que cuentan los bien enterados que ya se habría tomado la decisión, en el más alto nivel, de generar en los próximos días la salida de Víctor Antonio Carrancá Bourget como titular de la Fiscalía General del Estado (FGE). No se ha producido su cambio debido a que no había consenso de quién los debe sustituir y al parecer, ya se aceptó que el relevo debe de recaer en Armando López Aguirre, un hombre con una larga carrera en el ámbito de la procuración de justicia y actual consejero jurídico del gobierno de José Antonio Gali Fayad.
El gobierno de Gali está buscando tomar las riendas de los aparatos de procuración y administración de la justicia en Puebla, que registran un elevado deterioro y descrédito. Con ello intenta enderezar su funcionamiento y evitar que sigan siendo el talón de Aquiles de su administración. Por esa razón se dio la repentina renuncia y sustitución –hace un par de semanas– de Roberto Flores Toledano como presidente del Tribunal Superior de Justicia. Ahora, se va por la cabeza de Carrancá, artífice de la represión morenovallista.
Con la salida de Carrancá es posible que se de el último relevo importante en el gobierno de Gali, luego de que se habría decidido que Diódoro Carrasco Altamirano podría continuar al frente de la Secretaría General de Gobierno, pues no está cuajando el proyecto de que pudiera ser postulado como candidato a senador.
La permanencia de Carrancá en el Poder Ejecutivo ya es insostenible, es un personaje oscuro que ha perdido toda credibilidad y confianza. Se dice que desde hace mucho ya se había decidido su relevo, pero no ha se ha podido producir por la complejidad que implica el encontrar un relevo en la figura de alguien que, en muy poco tiempo, logre cambiar el sombrío funcionamiento de la FGE.
Se estableció una terna para elegir al sustituto de Carrancá, la cual estaba formada por: el magistrado Héctor Sánchez Sánchez; por Armando López Aguirre, quien es el consejero jurídico del gobierno del estado; y por Gustavo Huerta Yedra, quien Fiscal de Investigación Metropolitana, de la FGE.
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Meade + Estefan: la suma de ceros
Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, indica que los invitados cuentan que en la boda de Charbelito Estefan la noche del sábado pasado, en lugar de ambiente festivo lo que había era un funeral. Un día antes del festejo el candidato presidencial del tricolor Pepe Meade le pidió a su amigo Jorge Estefan sumarle votos a su campaña desde la candidatura a la gubernatura, desdeñando al mejor posicionado en las encuestas Enrique Doger Guerrero. Lo menos que le dio al presidente estatal del PRI fue casi una diabetes ante la petición.
Jamás imaginó Estefan Chidiac llegar al pináculo de su carrera política rodeado de callejones oscuros. El destape de su amigo Pepe el 27 de noviembre del 2017, incluso desde que ayudó a eliminar los candados para eliminar el requisito de la militancia, lo llevó a un estado de ánimo exultante. Pero las últimas cifras en las encuestas lo tienen deprimido: su amigo Meade se ha consolidado, pero en el tercer lugar. López Obrador le saca ventaja brutal.
Pese a que el PRI cava una zanja profunda con un candidato impopular, Charbel todavía tenía la esperanza de llegar al Senado como primera minoría desde Puebla. La vía plurinominal es imposible, por lo menos en los diez primeros lugares de la lista por la cantidad de intereses y sectores que se deben privilegiar. Por ello, el camino más seguro era la primera fórmula al Senado por Puebla acompañado por Soraya Córdoba de Antorcha para asegurar su lealtad.
Entonces empezó el hundimiento de Meade y las malas noticias se convirtieron en peores. Su rival al Senado sería nada más y nada menos que su sobrino Tony Gali López quien arrastraría el conflicto familiar a la elección y claro, la potencia inigualable del papá gobernador. Pese a ello, en una carrera de dos, no habría problema para entrar a la Cámara Alta como primera minoría pero….
El pero es López Obrador y la postulación de Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra como la fórmula de Morena. El arrastre del lópezobradorismo en Puebla es brutal y como habrá escaso margen de voto diferencia, con facilidad el oriundo de Acatzingo puede convertirse en primera minoría.
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Jorge Estefan y los Ratones que Esperan el Queso
Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, señala que cuando el hipócrita lector tenga estas líneas ante sí —a las 19 horas del domingo 21 de enero—, el presidente Enrique Peña Nieto estará con Enrique Ochoa y Aurelio Nuño decidiendo el destino electoral, entre otros puntos, del estado de Puebla.
El presidente viene de un viaje por Suramérica y tiene como tarea sacar al candidato del PRI a la gubernatura de Puebla.
Seguramente en su escritorio descansa el concentrado de veinte encuestas —en el mejor estilo de López Obrador— que influirán en la trascendental decisión.
También habrá hablado con José Antonio Meade sobre el destino poblano, y seguramente ya sabe que Jorge Estefan Chidiac es quien cumple con sus expectativas emocionales y electorales.
Las rutas de los otros dos contendientes son previsibles, al decir de un escenario maquilado en las oficinas de Juan Carlos Lastiri.
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