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Ajustes tácticos

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que la penúltima tanda de ajustes en el equipo del presidente Enrique Peña Nieto, rumbo a la elección presidencial en verano, fue concretada este miércoles. No hubo sorpresas, salvo que canceló el nombramiento de Vanessa Rubio, que, al finalizar el año, iba a la cartera de Desarrollo Social, y designó a Eviel Pérez Magaña, un operador político oaxaqueño, que alguna vez perdió la elección para gobernador de su estado. El presidente no le entregó la cartera al precandidato presidencial José Antonio Meade, como antes le concedió Hacienda, el Seguro Social y la candidatura al gobierno de Veracruz, y empezó a preparar la maquinaria electoral para tener una candidatura competitiva. Los primeros cambios del año son estratégicos, sin concesiones: la gobernanza y los programas sociales.

No podía mantener a un político herido en el manejo de la política interna, ni a un incompetente administrando programas sociales. A Miguel Ángel Osorio Chong lo enviará a Hidalgo para que, ganando el Senado, se comprometa con la candidatura de Meade, evitando el error de Carlos Salinas, cuando dejó sueltas las ambiciones de Manuel Camacho, a costa de la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio. A Luis Enrique Miranda, que quiere una senaduría, lo tiene en espera. Peña Nieto irá deshojando a su gabinete y a sus cercanos, y colocándolos en posiciones donde, o le llevarán votos, o los cuidará por los servicios prestados.

En el último caso hay que apuntar la próxima salida –si los planes se mantienen– de Gerardo Ruiz Esparza, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, para una diputación plurinominal. Ruiz Esparza, dentro y fuera del gobierno, es considerado como el emblema de la corrupción. Justa o injusta la imputación, Peña Nieto tiene que cuidarlo por lo más importante que puede agradecer: nunca abrió la boca para señalar hacia dónde se encontraban los hoyos negros de la obra pública, y se tragó todas las acusaciones que se le hicieron. Dentro de la misma categoría se encuentra la definición sobre otra diputación, bajo los colores del Partido Verde. Peña Nieto se encuentra aún en el dilema de a quién se la va a entregar, si a Alejandra Lagunes, que estuvo muy cerca de él durante la campaña y cinco años de gobierno, como responsable del área digital, o a su esposo, el secretario de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano.

El presidente ha reservado dos senadurías plurinominales para los líderes del PRI, Enrique Ochoa y Claudia Ruiz Massieu, pero necesita manos con mayor experiencia para que le ayuden a sumar votos para Meade. En su entorno hay dos mexiquenses sobre los cuales están pensando en Los Pinos y el superasesor político en las sombras, Luis Videgaray. Uno es Eruviel Ávila, el exgobernador del Estado de México, que está trabajando en la precampaña de Meade, y el líder del PRI mexiquense, Ernesto Nemer, quien ha trabajado para Peña Nieto en anteriores elecciones. Dentro del gabinete hay una senaduría para el exgobernador de Chihuahua y director del ISSSTE, José Reyes Baeza, y pendiente otra para el exgobernador de Querétaro y secretario de Agricultura, José Calzada.

El abanico apenas se está desdoblando y las listas de candidatos o candidatas potenciales las están revisando en Los Pinos, Ochoa, Videgaray y el coordinador de la campaña de Meade, Aurelio Nuño. Los perfiles no sólo provienen de sus propias propuestas, sino de las que están haciendo los gobernadores y los sectores del partido, que siempre tienen cuotas en los cargos de elección popular. Habrá algunos compromisos presidenciales en ese listado, como el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, que quiere construir su plataforma para llegar a la gubernatura de Nuevo León, o el secretario de Educación, Otto Granados, que sustituyó a Nuño al irse a la campaña presidencial. Dos más son parte del staff de Los Pinos: Francisco Guzmán, el jefe de la Oficina de la Presidencia, y Eduardo Sánchez, el vocero y director de comunicación social de la Presidencia. Sin embargo, la necesidad primaria es la generación de votos.

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Candidato sustituto, misma operación, misma mano

Joaquín López Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, señala que sus fortalezas son las mías. Florestán

El miércoles le contaba a usted la similitud, calca, de la campaña que a partir de 1994 inició Manuel Camacho Solís, con su operador Marcelo Ebrard, contra la candidatura presidencial priista de Luis Donaldo Colosio, que nunca reconoció, bueno, sí, en la víspera de su asesinato, la tarde del miércoles 23 de marzo de 1994.

Todo comenzó a develarse el jueves 25 de noviembre de 1993, cuando en Ciudad Obregón, Sonora, tierra de Colosio, que lo acompañaba como secretario de Desarrollo Social, en un mitin nocturno Carlos Salinas, que había llevado su candidatura de la mano, dejó ver que él sería el candidato, como se confirmó al día siguiente, viernes 25 en una reunión que le organizó en Aguascalientes con gobernadores, empresarios, legisladores, líderes sindicales, donde le dejó el espacio para presentar un plan de gobierno.

El sábado 27 regresó a Los Pinos, donde tenía citado a Colosio para confirmarle que sería candidato y que se anunciaría al día siguiente, domingo 28.

Ya sabemos que, el lunes 31, Salinas designó a Camacho, que seguía, como seguiría, sin reconocer ni saludar siquiera su candidatura, secretario de Relaciones, adonde se llevó como segundo a Marcelo Ebrard, como había sido en el Departamento del Distrito Federal y siempre. Luego, el 10 de enero de 1994, a 10 días del alzamiento del EZLN, lo designó, le contaba, comisionado sin sueldo para la Paz y la Reconciliación de Chiapas, desde donde, con los suyos, desarrolló la campaña del candidato sustituto, él, porque la campaña de Colosio, aseguraban, no levantaba.

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El fantasma de Colosio

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, indica que juegan con fuego los precandidatos presidenciales que, de manera deliberada o como simple herramienta electorera invocan al fantasma de Luis Donaldo Colosio.

Juegan a la destrucción institucional y la demolición de la democracia misma, cuando suponen, especulan y propagan la especie de que el PRI estaría preparando en el relevo de su candidato presidencial y que, por tanto, pudiera darse el cambio de José Antonio Meade.

Y juegan al peor juego electoral —el de la “guerra sucia”—, cuando siembran la duda sobre decisiones políticas que no competen a su partido, a su esfera de influencia y, sobre todo, cuando inventan groseros bulos sobre la candidatura del PRI.

Parece que no entienden que el único capacitado para calificar el acierto o el error en la postulación de un candidato es el ciudadano, investido en el traje de elector. Y que de eso se tratan las elecciones; de que el elector premie o castigue la selección de tal o cual candidato presidencial.

Sin embargo —como todos saben—, tanto Andrés Manuel López Obrador como Ricardo Anaya, parecen empeñados no en plantear propuestas y soluciones a los grandes problemas nacionales, sino en convertir las precampañas electorales en una competencia de mentiras, inventos y supuestas persecuciones de quién sabe que grupo mafioso.

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Alfredo Castillo y los timadores

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, señala que los timadores llegaron a la oficina del ex procurador mexiquense Alfredo Castillo, ahora titular de la Conade. Nos cuentan que unas personas con credenciales apócrifas de la institución encargada del deporte nacional se presentaron en las oficinas de don Alfredo, para tratar de obtener algún tipo de beneficio económico. Pero cometieron un grave error: se toparon con el sabueso Castillo. Los simuladores, nos cuentan, fueron sorprendidos en flagrancia y, de manera inmediata, se hizo el operativo para ponerlos a disposición del Ministerio Público federal, quien los consignó ante un juez por la utilización de documentos falsos. Los ingenuos timadores duermen ahora en el Reclusorio Norte, nos comentan. Y al margen de este episodio, ¿hay algún informe sobre los resultados en el deporte nacional?

Ve AMLO venir guerra sucia

Nos dicen que Andrés Manuel López Obrador ha advertido sobre la publicación de un documental que habla del populismo y que tratará de ser utilizado en contra suya. Nos comentan que el trabajo al que se refiere AMLO saldrá a la luz en la etapa de campaña, y que está dividido en cuatro capítulos que tratan de varios personajes, entre ellos, Hugo Chávez, ex presidente de Venezuela y, por supuesto, como estrella de la película, don Andrés. El líder de Morena está viendo venir más ataques como este documental o como las bardas que aparecieron en Venezuela, con un supuesto apoyo para él del partido del actual presidente Nicolás Maduro.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que el Washington Post publicó un artículo de Frida Ghitis, especialista en asuntos internacionales, quien hace suyas las advertencias de un asesor gringo de seguridad nacional quien ve “sofisticadas campañas rusas de desinformación y propaganda” en la elección mexicana, especie negada ya por el embajador ruso Eduard Malayan.

“En una elección que puede ser cerrada, un poco de ayuda de los rusos amplificando el mensaje en las redes sociales podría terminar marcando una diferencia decisiva (…) Si Andrés Manuel López Obrador gana, VladímirPutin tendría una razón más para sonreír, porque no sería una buena noticia para EU”, escribe la experta del Post.

Primero la amistad del PT y Corea del Norte, luego las pintas de supuestos simpatizantes de AMLO en Venezuela y ahora Putin. ¿Qué sigue para cuadrar otro eje del mal? ¿Vivas de los villanos del #metoo al tabasqueño?

Que las cuentas para transferir recursos presupuestales y fiscales entre Hacienda y Chihuahua en 2017 fueron cuatro: en tres hubo problemas por una cuenta inexistente y no se depositaron 44 millones 777 mil pesos, y en dos casos más por falta de disponibilidad no se entregaron 700 millones y 35 millones 334 mil pesos.

El lunes pasado el gobierno de JavierCorral presentó una cuenta validada para recibir los más de 44 millones, pero Hacienda no puede hacerlo ahora porque no se han renovado los convenios al encontrarse bajo revisión judicial.

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