Los refugiados en Kenia se ven obligados a abandonar el país
Los refugiados en Kenia se ven obligados a abandonar el país. Foto: Foreign policy

Los refugiados en Kenia se ven obligados a abandonar el país
Los refugiados en Kenia se ven obligados a abandonar el país. Foto: Foreign policy

En Kenia, hogar para 489 mil 71 refugiados, en su mayoría somalíes, las personas se han visto obligadas a huir, debido a que desde 2014 ha entrado en vigor un acuerdo de repatriación voluntaria que se acompaña de disminución de servicios para los refugiados.

Luego que el gobierno realizó el acuerdo y después anunció el cierre de un campo de refugiados por cuestiones de seguridad nacional, se ha presentado un éxodo de exiliados quienes tienen que regresar a sus casas las cuales no son seguras, por temor a su estado en suelo keniano.

Aunado a lo anterior, en el pasado mes, la población local ha llevado a cabo protestas en las que se oponían al término de contratos de trabajadores para la Agencia para los Refugiados de la Organización de las Naciones Unidas (Acnur) y al deterioro que los campos para refugiados provocaban en el ambiente.

La situación de los refugiados que han abandonado Kenia es grave, ya que ponen en peligro sus vidas al volver a países como Somalia, donde la sequía, pobreza y guerra contra el terrorismo han ocasionado un escenario desolador.

Asimismo, muchos de ellos no sólo han abandonado el país africano por la incertidumbre, ya que un estudio de Amnistía Internacional (AI) concluyó que las personas habían salido de dicha nación porque cada vez les ofertaban menos servicios y menor cantidad de alimentos.

La misma organización informó en los últimos días del año pasado que: “los retornos de Daadab a Somalia se han acelerado de manera masiva desde que el gobierno keniano anunció que iba a cerrar el campo en mayo de 2016”.

Dos factores

Con ello, Kenia ha enfrentado dos flujos de refugiados principalmente; el primero corresponde a quienes huían de la guerra civil en Somalia y un segundo hace referencia a quienes abandonaron sus hogares a causa de la sequía en el mismo país vecino, parece estar motivando la salida de quienes necesitan protección.

Prueba de lo anterior es lo dado a conocer por el portal Relief Web, afirmando que desde el 2014 cuando se signó el acuerdo, 71 mil 792 personas han regresado a Somalia; sin embargo, 400 de ellos han regresado a Kenia, debido a la situación riesgosa de su país de origen.

El país africano ha tenido una tradición de recepción donde se acogen diversas nacionalidades, sin embargo, la somalí es la más extensa población que, de acuerdo con la Acnur, representa el 58.4 por ciento.

Mientras que el 22.7 por ciento es de sursudaneses; 7.3 por ciento, de congoleses y 5.7 por ciento, de etíopes.

El 6 por ciento corresponde a nacionalidades como la eritrea o ugandesa entre otras. La ciudad de Dadaab alberga al 49 por ciento de todos los refugiados.

Según Acnur, Dadaab tiene una población de 238 mil 617 refugiados y solicitantes del estatus, además de que es una ciudad con más de dos décadas de recepción, ya que el primer campo de acogida fue abierto en 1991 en el marco de la guerra civil somalí.

En contexto, Kenia ha sido golpeada por la sequía que, de acuerdo con la organización humanitaria CARE, le provocó emergencia en 23 de las 47 divisiones regionales y dejó a 3.4 millones de personas en un estado de inseguridad alimentaria.