Personal de los albergues y casas del migrante en el país señaló a Puebla entre los 11 estados catalogados con nivel de riesgo “medio” para la seguridad de los indocumentados centroamericanos, informó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la UNAM.
Además de Puebla, las otras entidades con nivel medio de riesgo fueron Ciudad de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Morelos, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Yucatán.
Mientras que entre los estados más peligrosos para los indocumentados, según la percepción del personal de albergues para la asistencia de los mismos, estuvieron Baja California, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Guanajuato, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala y Veracruz.
En contraste, aquellos que representan menor peligro para migrantes fueron Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Colima, Durango, Quintana Roo y Zacatecas.
El documento “Los desafíos de la migración y los albergues como oasis. Encuesta Nacional de Personas Migrantes en Tránsito por México”, de la CNDH y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de México (UNAM), que tres de cada diez trayectos fue señalado peligroso por robos y uno de cada diez por presencia del crimen organizado y pandillas.
Otros de los factores que hacen que una región se considere peligrosa para los indocumentados fueron operativos migratorios (30.4 menciones), secuestros (6.4), violencia física (5.6), riesgo en el tren (3.9), lugares inhóspitos (3.5), clima (2.4), extorsión de seguridad privada (1.6) y fauna (1.4).
Migrantes son abandonados
La investigación de la UNAM y la CNDH recabó una serie de testimonios de los indocumentados que atestiguaron las vicisitudes que sufren a su paso por territorio mexicano.
Entre estos se encuentra el testimonio de un hondureño de 36 años, que intentaba llegar a los Estados Unidos junto con su primo, sin embargo al llegar a Puebla el “coyote” que los llevaría les pidió más dinero, como ya no traían les dijo que solo cruzaría a uno de ellos y decidieron que su primo cruzaría por ser más joven.
Ambos se mantuvieron en comunicación hasta que su primo llegó al desierto, poco después el guía se comunicó con él y le dijo que su primo ya no pudo seguir con el viaje, así que lo dejaron ya que no podía arriesgar al grupo por esperarlo. Desde entonces no sabe nada de su primo y está muy preocupado porque desconoce si está vivo o muerto.
