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Las razones del PES

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que en la última reunión de la Conago el pasado miércoles, la cara del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, era la de pocos amigos. “Estaba muy enojado”, confió uno de los gobernadores que fue al acto en el Castillo de Chapultepec. Había una explicación. Poco antes de iniciar la sesión, el Partido Encuentro Social había firmado una alianza electoral con Morena y el Partido del Trabajo, y su dirigente, Hugo Eric Flores Cervantes, se había retratado, levantándole la mano, con Andrés Manuel López Obrador. Esa alianza fue interpretada en la prensa política y las redes sociales como la demostración de la molestia de Osorio Chong con el presidente Enrique Peña Nieto por haberlo hecho a un lado en la sucesión presidencial, y como una forma de cobrarle facturas. Después de todo, Encuentro Social tenía como huella de identidad la de Osorio Chong.

El 22 de mayo de 2015 se publicaron en este espacio los orígenes sospechosos de Encuentro Social, cuya principal base electoral son los cristianos. Las estrategias y decisiones las tomaban, desde Pachuca, Alejandro González, secretario general del PES, y Natividad Castrejón Valdez, líder del partido en el estado. González es sobrino de Jesús Murillo Karam, exgobernador, exprocurador, exconsejero político de Peña Nieto y exsecretario de Desarrollo Urbano y Territorial. Castrejón Valdez creció en Hidalgo de la mano de Osorio Chong. “La relación que pueda tener el PES con la Secretaría de Gobernación o si les está sirviendo de parapeto para fines ulteriores, no ha sido probada –se apuntó–, pero los indicios de que el PES sea un nuevo partido patito… van creciendo”.

Gradualmente se fue confirmando la relación orgánica de Encuentro Social con Osorio Chong. Una de las iniciativas más públicas fue el reclutamiento de Cuauhtémoc Blanco, el alcalde de Cuernavaca, para que compitiera bajo su bandera en las elecciones para gobernador en Morelos, que fue interpretado por el mandatario Graco Ramírez como un intento del secretario de Gobernación para intervenir en las elecciones del próximo año. Previamente, ese partido que nació en 2015, fue en alianza con el PRI en varias elecciones, la más importante en el Estado de México, donde sus votos, más los del Partido Verde y Nueva Alianza, le dieron la victoria a Alfredo del Mazo, a quien los votos del PRI no le daban el triunfo.

Pero la relación de Encuentro Social con Osorio Chong no fue la razón de la alianza con López Obrador. Encuentro Social se salió del establo del PRI porque los mensajes que llevó el secretario de Gobernación a Los Pinos sobre las intenciones del partido para 2018, fueron tratados con desdén. Encuentro Social quería lanzar como candidato a la Presidencia al popular actor y productor Eduardo Verástegui, quien por razones de trabajo mantiene una buena relación con la primera dama, Angélica Rivera. Sin embargo, la respuesta del Presidente, respaldada por la opinión de su consejero político, Aurelio Nuño, coordinador de la campaña presidencial de José Antonio Meade, fue que no presentara candidatura individual. La respuesta incluía, según personas que saben detalles de lo que sucedió, que buscaran otras alianzas, incluso con Morena.

Flores Cervantes ya había socializado la posibilidad de llevar a Margarita Zavala como su candidata a la Presidencia, y al ver que podrían obtener entre 8 y 10% del voto, se lo propuso. Pero Zavala prefirió ir por una candidatura independiente. El líder de Encuentro Social se había ido alejando del PRI, porque después de la victoria en el Estado de México los acuerdos a los que había llegado en la Secretaría de Gobernación por haber participado en la alianza, nunca se los cumplieron. Con la mala respuesta de Los Pinos, se acercó a López Obrador.

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Una elección inédita sin la izquierda

Joaquín López Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que estamos para el Atayde pero sin animales. Florestán

Las del uno de julio serán las primeras elecciones federales sin presencia partidista de la izquierda mexicana desde 1988, con Cuauhtémoc Cárdenas y el Frente Democrático. Siguieron las de 1994, de nuevo con el ingeniero en la presentación oficial del PRD en un proceso presidencial, en que volvió a participar en 2000 con su mismo candidato y en 2006 y 2012 con Andrés Manuel López Obrador, que quedó segundo, en 2006 con apenas .56 de diferencia con Felipe Calderón, lo que nunca reconoció, y en 2012 con 6.62 por ciento debajo de Enrique Peña Nieto, en ambos casos colocando al PRD como segunda fuerza política.

La salida del tabasqueño del sol azteca para crear Morena escindió al partido al punto de llevarlo, en estas elecciones, a una alianza con el PAN, agua y aceite, y con la franquicia de Movimiento Ciudadano, que ya lo había hecho en el pasado con López Obrador de la mano del PT.

Así que el PRD, por primera vez en su historia, no participará con un candidato propio y se alió, por su fragilidad, por un cálculo de sobrevivencia, con su antítesis, el PAN, en lo que disfrazan de pragmatismo.

Por su parte Morena, que ante el vacío del PRD se identificaba como la izquierda de este proceso, hizo la asociación impensable para esta fuerza política, no para su fundador y candidato, con el Partido Encuentro Social, de tendencia confesional, su base y dirigencia son evangelistas, deslavando al partido hasta borrar su bandera de izquierda.

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¡Locos de poder…!

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, señala que algo grave está pasando con los políticos mexicanos. Y es que por todas partes aparecen dislates sin que nadie sea capaz de alertar a los ciudadanos sobre el riesgo de las locuras de una clase política que parece sedienta de poder.

Como saben, hace horas arrancaron las precampañas y abundan las evidencias de que asistimos a uno de los más pobres procesos electorales; sin proyecto, sin propuestas y en medio de una confusión total entre las ideologías.

Peor, las groseras coaliciones logradas entre bloques opositores y la del PRI confirman el fracaso de la pluralidad en una contienda que —sin mayor problema— se puede reducir a solo dos bloques. ¿Por qué dos?

Porque en rigor no existe diferencia entre las propuestas programáticas de los dos bloques opositores al PRI. Es decir, que no existe gran diferencia entre lo que proponen en el bloque de PAN, PRD, MC, Morena, PT y PES. Y si no existe diferencia, se podrían enfrentar juntos al bloque del PRI, PVEM y Panal, que igualmente tienen una misma propuesta.

Dicho de otro modo, que en 2018 asistiremos al fracaso de aquel gran engaño de que la pluralidad llevaría a México al primer mundo. Hoy existen nueve partidos con registro, pero solo dos propuestas reales; el populismo nada democrático del PAN, PRD, Morena, MC, PT y PES y el liberalismo de PRI, PVEM y Panal.

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La rebelión gay contra AMLO

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que vaya berenjenal en el que se metió el aspirante a la candidatura presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador. Esta vez no fue la mafia del poder quien lo increpó, sino algunos y algunas de sus más fieles seguidores. Aunque la punta del iceberg se mostró con la aparición de una pancarta sostenida por la escritora Elena Poniatowska y la artista Jesusa Rodríguez con el reclamo por la alianza que AMLO acordó con el Partido Encuentro Social, de ideología cristiana y en contra de temas como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, en realidad algunos miembros de la comunidad LGBTT e intelectuales simpatizantes con el líder tabasqueño vieron con gran decepción la acogida que don Andrés dio al PES. Ahora, parece que el primer control de daños que AMLO tendrá que hacer es entre sus simpatizantes, quienes comienzan a no estar de acuerdo en temas como el de la diversidad o el de la amnistía a delincuentes. Asimismo, nos hacen ver que en la campaña panista debieran poner sus barbas a remojar, pues muchos perredistas que dieron duras batallas por los derechos de la comunidad lésbico-gay y de la interrupción legal del embarazo pronto podrían sacar sus pancartas en contra de las políticas conservadoras del PAN en esos temas.

¡Aguas con Padrés!

En el circuito judicial comienza a sonar con mucha insistencia la versión de una pronta liberación del ex gobernador panista de Sonora, Guillermo Padrés, quien está en prisión desde noviembre de 2016, procesado por delitos federales, delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal. Nos dicen que luego de una encarnizada batalla legal de sus abogados, don Memo puede obtener su libertad para seguir el proceso por el delito de defraudación fiscal. ¿A cambio de qué? Nos cuentan que Padrés colaboró con las autoridades federales en el tema de los manejos ilícitos de recursos de ciertos militantes locales del PAN, que ahora gozan de fama y manejo nacionales. ¿A poco se convirtió en algo así como testigo protegido y aventó a algunos de sus correligionarios?

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que para sorpresa de muchos en Morena, Andrés Manuel López Obrador no fue el único en registrarse como precandidato presidencial, pues también se apuntaron el capitán de la Marina en retiro José Francisco Mendoza Sauceda y otro militante en Ciudad de México cuyo nombre ignoraba la dirigencia partidista.

Para muchos, más allá de competirle al tabasqueño, se trataba de una estrategia para que AMLO pudiera aparecer en los más de 2 millones de spots a que tienen derecho en conjunto Morena, PT y PES en precampaña, pues ya no sería precandidato único.

Sin embargo, ayer Yeidckol Polevnsky, sin entrar en detalles, dijo que estos dos últimos registros no fueron aceptados porque no cumplieron los requisitos y, sorpresa, López Obrador sí.

Que a pesar de que el precandidato de la coalición Por México al Frente, el panista Ricardo Anaya, aseguró que tendrá actividades con dirigentes y militantes de Movimiento Ciudadano y el PRD, algunos legisladores comentaron que ni siquiera los invitaron al arranque de campaña en la Sierra Gorda.

Se espera que a partir de la próxima semana puedan integrarse a las actividades del queretano.

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