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Sí habrá Frente “Ciudadano” y Ricardo Anaya será su candidato presidencial

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que pese a los malos augurios que lo daban por nonato, el Frente Ciudadano por México (FCM) sí verá la luz el domingo en la Ciudad de México con la participación de los dirigentes nacionales del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC).

El Frente tendrá como candidato presidencial al hoy dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, y como candidata a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México a Alejandra Barrales Magdaleno.

La posición del actual jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, aún no se define pero no se descarta que pudiera ir al Senado aun con la supuesta prohibición legal que tendría.

Se sabe que para la integración de la coalición electoral, el PAN tuvo que ceder —en las negociaciones con el PRD y MC— más distritos y candidaturas al Senado de las que inicialmente había proyectado.

Entre la gente de Ricardo Anaya hay confianza de que el Frente Ciudadano por México pueda repuntar en la campaña y consolidarse en el segundo lugar de las preferencias en el arranque formal de la campaña presidencial.

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El timing fallido de Rafael

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, señala que escribí hace unos días de la sorprendente habilidad de Rafael Moreno Valle para medir los tiempos políticos y de ahí sacar el mejor provecho de sus oportunas decisiones.

Pues parece que ese extraordinario manejo del timing lo fue perdiendo en el camino, toda vez que en su obsesiva ruta hacia Los Pinos, fue dejando pasar las oportunidades de capitalizar su estructura política.

Vayamos por partes.

Salvo quienes se subieron al tren del mame presidencial desde la estación de partida ubicada en Puebla, todos los demás sabíamos que era un sueño guajiro, que podría terminar convertido en una auténtica pesadilla.

Con el trébol de cuatro hojas que lo ha acompañado en su bolsillo desde que retornó a Puebla cuando Melquiades Morales le obsequió al General Moreno Valle la Secretaría de Finanzas para su nieto, siguió su camino confiando en que la suerte es eterna.

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A Moreno Valle le dieron la espalda todos sus aliados políticos

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que al final, Rafael Moreno Valle Rosas va a acabar regresando a su origen: ejercer un férreo cacicazgo en Puebla y olvidarse de brillar en la política nacional. Su periplo para buscar ser candidato presidencial está a punto de concluir y tiene como saldo principal que fue abandonado por todas las fuerzas políticas en que se había cobijado, en las que procuró tener el control y suponía que el sería el que tomaría las decisiones más trascendentes en torno a la sucesión del año 2018, pero al final quedó al margen de todas estas agrupaciones.

La apuesta que Moreno Valle tenía hasta hace algunos meses era la siguiente:

Primero: que en el PAN él sería el candidato presidencial o en su defecto el fiel de la balanza para decidir quién sería el abanderado.

Visto de otra manera: que sería el obstáculo para que Margarita Zavala o Ricardo Anaya, el presidente nacional del albiazul, alguno de los dos, fuera el candidato presidencial. O por el contrario, que cualquiera de ellos necesitaría su respaldo para alcanzar la postulación.

Segundo: en el PRD tendría el respaldo de Nueva Izquierda y de otras tres tribus más que lo impulsarían como candidato de la coalición formada con el PAN, y sobre todo, que le cerraría el paso a Miguel Ángel Mancera, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, para evitar su posible postulación.

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La última patada

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, señala que el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle ya juega su última carta, cuyo desenlace cree –ahora- será quedarse con el PAN y empujar a Miguel Mancera como el candidato del Frente Ciudadano por México.

Ya se sabe que el propósito de publicitar aquella reunión en Polanco con Margarita Zavala y Mancera no era, otra cosa, más que crear un Frente contra Anaya desde el PRD y el ala independiente.

Todos deberían saber, sin embargo, que el target de Moreno Valle es allanar el camino y ayudar a su amigo y aliado, José Antonio Meade.

Moreno Valle apareció en la reunión de respaldo de todas las tribus perredistas a favor de Mancera. Su operador Luis Maldonado Venegas, el diputado federal del PRD, le sirvió para convencer a Los Galileos y Chuchos que la única opción perredista era el jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

La jugada es clara. Empujar a Mancera como una carta para que Ricardo Anaya se enfrente a él y entonces echarle el aparato para descarrilarlo y dejarlo sin el control del PAN.

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La afrenta contra Osorio Chong

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que no, por más que se intente por todos los medios vender que después de la decisión presidencial de mandar a José Antonio Meade como candidato presidencial, no quedaron rencores ni fracturas entre el ungido y el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, lo cierto es que sí existe un profundo resentimiento en el encargado de la política interna nacional.

Parte de su molestia se explica, porque el hidalguense sigue creyendo que él era la mejor carta para competir con López Obrador en el 2018 y tiene expedientes enteros con encuestas que demuestran que cumplía mejor que nadie con los requisitos de rentabilidad necesarios para amarrar la permanencia del tricolor en Los Pinos.

Además, en su óptica, considera que cumplió con la meritocracia interna y la institucionalidad requerida, como para haber sido el suceso natural y obligado de su jefe y amigo, Enrique Peña Nieto

Piensa que, a pesar de lo que se maneja en varios de los círculos más importantes cercanos a la élite que lleva las riendas del gobierno federal, él es inocente de las grillas, madrazos internos, complots y demás argucias del juego sucio que “injustamente” se le achacan.

Sin embargo, lo que realmente le duele a Osorio, lo que ha impedido que se sume gustoso y cierre filas en torno a la candidatura de Meade, es que, en su caso particular, siente que se violaron algunos de los protocolos básicos de cortesía y respeto que tradicionalmente habían normado el rito del “tapado”.

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AMLO le saca 2 a 1 a Meade, pero los tecnócratas toman todo

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, señala que Enrique Peña Nieto ha decidido aplicarle a la militancia tricolor la ley de agua y ajo: a aguantarse y a joderse porque los tecnócratas toman todo. Aprovechando su docilidad y escasa rebeldía, las tres principales posiciones han sido entregadas a personajes vinculados a Luis Videgaray que no sólo carecen de militancia, sino de cualquier tipo de experiencia político-electoral: ni como candidatos a puestos de elección popular, ni como cuadros dirigentes, ni como estrategas electorales.

El PRI en 2018 va a tener un solo sabor: Videgaray; Pepe Meade como candidato presidencial; Aurelio Nuño como coordinador de campaña; Enrique Ochoa dirigente nacional y como cereza del pastel, Mikel Arriola como abanderado a la CDMX. Ningún espacio para los priistas de base, para la militancia que hace el trabajo sucio de recorrer las calles.

Habrá que ver si a los priistas primero, a los mexicanos después, les gusta el PRI con sabor a Videgaray. Quizá Peña Nieto calcula que la disciplina que ejerció sobre los grupos es suficiente para mantener la unidad. Quizá cree que la ausencia de berrinches públicos es sinónimo de consenso. Quizá cree que no necesita al priismo tradicional para retener Los Pinos.

Una semana después del destape los números están lejos de darle la razón de acuerdo con la encuesta publicada ayer por El Universal/Buendía Laredo. La cargada tricolor y la enorme exposición mediática no impulsaron a Meade, que con sus 16 puntos de intención de voto se coloca en tercer lugar de la carrera. No es, por supuesto, el peor dato en el sondeo levantado del 1 al 4 de diciembre del 2017.

La peor es que el PRI tiene mejor rendimiento que el candidato presidencial. Mientras que el 23 por ciento de los encuestados tiene una opinión positiva del PRI, solamente el 16 por ciento aceptaría votar por Meade para presidente. Es decir, de entrada tiene un déficit de 7 puntos. Y peor, es el partido rechazado por 61 por ciento de los entrevistados en el mismo sondeo.

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Las Lágrimas de Aurelio Nuño (el “Second Best”) y un Destape para 2024

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, indica que la despedida que el presidente Peña Nieto le dio a Aurelio Nuño en Los Pinos, en ocasión de su obligada renuncia a la SEP, dejó en claro que éste siempre fue, por encima de Miguel Ángel Osorio Chong, su “second best”, tal y como Porfirio Muñoz Ledo lo fue del presidente Luis Echeverría en la sucesión de 1976.

No fue una despedida cualquiera, fue, en términos de la liturgia política mexicana, un segundo destape, según la narrativa que viene tejiendo un presidente obsesionado en repetir los rituales como si se tratara de una antología de éxitos del pasado.

Y fue un segundo destape porque Peña Nieto quiere —así lo dijo su voz, así lo dijeron sus palabras—que Nuño sea el candidato del PRI en 2024.

Peña piensa, ya se ve, en el futuro.

Eso significaron esas palabras con tufo de augurio dichas a un lloroso y emocionado Aurelio Nuño: “Te va a ir muy bien”.

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