Luego de la elección presidencial en Honduras, miles de personas han salido a manifestarse en contra de un ejercicio calificado como fraude electoral; las fuerzas armadas han agredido y se ha impuesto un estado de suspensión de garantías así como toque de queda.
Hace ocho días se llevaron a cabo elecciones en el país centroamericano, donde los ciudadanos eligieron entre otros, al presidente. El actual, Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional y Salvador Nasralla del Partido Alianza ostentaron el mayor apoyo de la ciudadanía.
Sin embargo, la población atestiguó un conteo lento de los votos y una sorpresiva remontada del actual presidente, cuando, se mostraba una ventaja de votos obtenidos por el opositor.
En la noche del ejercicio electoral, ambas figuras se declararon vencedoras en las votaciones, con una celebración que llevó a las calles a los que respaldaron al opositor Nasralla, sin embargo, cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) había contabilizado el 95 por ciento de las boletas y habiendo declarado el liderazgo del presidente Hernández, el festejo se convirtió en protesta.
A partir de ese momento y hoy en día, los que apoyan a la oposición han clamado por la legalidad de las elecciones e incluso, Nasralla ha solicitado que las elecciones se repitan con la supervisión de un tribunal electoral internacional.
La presencia de los manifestantes en las vías públicas y el deseo de Hernández de mantenerse en el poder, han llevado a un despliegue de fuerzas armadas con el fin de replegar el movimiento social.
Una de las agresiones más violentas se registró el 30 de noviembre en Tegucigalpa cuando el Ejército disparó en contra de los manifestantes. Según datos actualizados de la prensa local, se han confirmado la muerte de siete personas como consecuencia de las agresiones.
Uso de gas lacrimógeno
Diversas asociaciones defensoras de los derechos humanos denunciaron que la policía ha hecho uso de gas lacrimógeno y cañones de agua en contra de la población, mientras que la entidad de seguridad afirmó que 300 personas han sido detenidas como sospechosas de saqueo.
Medios indicaron que “el régimen de Juan Orlando Hernández desplegó en todo el territorio nacional al ejército y las distintas políticas militarizadas para reprimir las manifestaciones populares”.
En la tarde de este domingo, el TSE, a través de su magistrado presidente, David Matamoros Batson, aseveró que se ha suspendido por segundo día consecutivo el conteo de mil seis actas que determinarían al nuevo presidente electo, sin embargo, información obtenida de la prensa internacional en Twitter, se sabe que se ha reanudado el conteo sin observadores de la oposición que encabeza Nasralla.
Las autoridades han implementado un Estado de suspensión de garantías y un toque de queda con el argumento del mantenimiento del orden.
La situación en general y la medida en particular han llamado la atención internacional: el Papa Francisco ha dado a conocer que se encuentra orando y en espera que “la paz prevalezca sobre una violenta crisis política”.
En tanto, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, han expresado su preocupación por los hechos e instan “al Estado a cumplir con sus obligaciones internacionales de respeto y garantía de derechos humanos”.
Cabe destacar que el escrutinio de las boletas electorales es atestiguado por la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos; hasta la fecha, el presidente Hernández tiene un millón 333 264 votos, mientras que Nasralla del Partido Alianza cuenta con un millón 268 572 votos.
