Antes de pasar al tema que titula este escrito, quiero dejar sentada la posición del Movimiento Antorchista en Puebla con respecto al boletín de la Fiscalía General del Estado, enviado a los medios de comunicación el día martes 28 de noviembre a eso de las 9:00 pm, que se titula: “La Fiscalía identificó a responsables del homicidio del edil de Huitzilan de Serdán”, mismo que finaliza con la siguiente súplica: “Se exhorta a que quienes cuenten con información del paradero de ambos, la hagan del conocimiento del Ministerio Público”.
Primero. Se trata de una respuesta puramente mediática a las acciones de protesta de nuestra organización a nivel nacional, que incluyeron, ese mismo día, una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados federal ofrecida por un grupo de huitziltecos, entre ellos la viuda de nuestro compañero Manuel Hernández Pasión, y los diputados federales antorchistas. Sostenemos que no es labor de la justicia hacer declaraciones mediáticas sino hacer valer la ley con acciones concretas.
Segundo. Los datos que ahora hace públicos la Fiscalía General del Estado sobre los asesinos materiales no son nuevos; se trata de datos que, según lo que dijeron en una reunión en los días inmediatamente posteriores al crimen en la que estuvo presente el Gobernador, ya tenían científicamente probados, y por eso se comprometieron a hacer las detenciones en dos o tres días hábiles a más tardar. De donde resulta que estamos en las mismas: sabedores de quiénes son los asesinos, pero sin ellos en la cárcel ni recibiendo el castigo que marca la ley.
Tercero. En esa reunión con el Gobernador a la que hemos aludido en artículos, notas y conferencias de prensa, la Fiscalía General del Estado aseguró que los asesinos no sólo estaban identificados, sino que estaban vigilados por personal de la justicia para evitar una fuga. Ahora resulta que la propia Fiscalía pide información del paradero de los asesinos. Es claro que la inacción de la justicia permitió su huida o, cuando menos, que sus patrocinadores los escondieran mejor para impedir su captura.
Cuarto. Sostenemos que los patrocinadores de los sicarios son gente muy poderosa, que pertenece a una mafia caciquil en la Sierra Nororiental que ha tendido sus redes en niveles de poder muy altos; por eso pueden frenar la acción de la justicia.
Quinto. El día miércoles 29 de noviembre, la prensa poblana reportó que los dos asesinos serían parientes cercanos del edil de Zacapoaxtla, Guillermo Lobato Toral. Exigimos que la Fiscalía General del Estado investigue estos nexos y la probable participación intelectual del acalde de Zacapoaxtla en el crimen. Esto no descarta, desde luego, la investigación judicial sobre otros caciques de la zona, quienes a través de La Jornada de Oriente, en enero de 2016, lanzaron amenazas de muerte.
Dicho esto, paso rápidamente al asunto de mi escrito. El lunes 27 de noviembre pasado, mientras 15 mil campesinos antorchistas de Huitzilan de Serdán y el interior de Puebla exigían cárcel para los asesinos de Manuel Hernández Pasión y que la justicia deje de ser rehén de grupos de poder que impiden que el crimen sea castigado conforme las leyes de la Constitución Mexicana, el periódico La Jornada de Oriente volvía a insistir, en una nota escrita por el vulgar ganapán de los caciques de la Sierra Nororiental Martín Hernández Alcántara, en que los “integrantes del Consejo de Huitzilan acusan a Antorcha de homicidios, intentos de asesinato y represión”.
Es verdaderamente asombroso el cinismo con que se conducen por la vida y el periodismo Martín Hernández Alcántara y La Jornada de Oriente, ambos acostumbrados a ganarse el pan mintiendo de forma descarada. Quien revise la nota con cuidado, jamás encontrará una sola queja del Consejo Ciudadano sobre las supuestas amenazas de muerte contra cualquiera de sus militantes. Martín Hernández Alcántara se ha guardado muy bien de reconocer que, el día 12 de enero de 2016, él firmó una amenaza de muerte contra nosotros, lanzada por boca del cacique Alonso Aco y que puede ser consultada en internet o en el impreso de La Jornada de Oriente. Tras el crimen de Manuel Hernández Pasión, el periodista Martín Hernández Alcántara y su medio, boca de ganso de los caciques, han buscado por todos los medios defender a Alonso Aco para quitarse de encima el peso de sus propias palabras que, a la postre, resultaron ser el anuncio de un homicidio. Nosotros vamos a solicitar que la Fiscalía General del Estado inicie una investigación contra Martín Hernández Alcántara por ser partícipe activo en el clima de terror contra Manuel Hernández Pasión, mismo que terminó con su asesinato el pasado 10 de octubre. Y que Martín Hernández responda ante la ley por haber escrito las amenazas de muerte.
Esta autoincriminación de Aco y Hernández Alcántara, así como los nombres y el parentesco de los asesinos con el edil de Zacapoaxtla, Guillermo Lobato Toral, hechos públicos por la propia Fiscalía General del Estado, echan por tierra de forma contundente todos los ataques que hemos recibido, ¡otra vez!, en La Jornada de Oriente, algunos medios sin importancia y en algunos perfiles de Facebook, sobre un supuesto autoatentado para convertir a Manuel en mártir y porque “así opera Antorcha Campesina”.
Me quiero referir al escrito de un tal “Víctor Medrano” que en su cuenta de Facebook, afirma parapetado en el viejo truco de la “opinión del humilde ciudadano” que la “supuesta serie de persecuciones políticas sufridas” por Antorcha en Puebla (nosotros hemos documentado 15 y todas han sido denunciados ante la Fiscalía e instancias de justicia con datos irrefutables) no son otra cosa que “montajes perpetrados por ellos mismos para hacerse las victimas y desgarrarse las vestiduras” (sic) y el muy necio cuestiona por qué en todos los ataques contra Antorcha los líderes amenazados o que sufrieron atentados “no corrieron con la misma suerte que Hernández Pasión”. Es decir, la mano que escribe a través del tal “Víctor Medrano” sostiene que para ser ciertas nuestras denuncias debíamos tener ahora más muertos que llorar. ¡Qué lógica tan idiota! … O tan perversa: ¿Quién escribe por boca de “Medrano”? ¿Algún sector del Gobierno? ¿Alonso Aco y La Jornada de Oriente? ¿Quién es el malvado que pide más muertos antorchistas?
Después, en flagrante contradicción, el muy imbécil “exige” todavía “que se investigue y se castigue la muerte de Hernández Pasión, sin presión ni chantaje político” que es, c por b, el mismo rollito mal tirado del partido político Morena y su defendido Alonso Aco, saltimbanqui político por excelencia.
Todavía más. Este jueves 30 de noviembre, La Jornada de Oriente publica otra perla declarativa de Aco: “FGE y AC podrían confabularse para culparme del homicidio del edil de Huitzilan”. ¡Qué bárbaros! ¿No será que Aco ya siente la espada de Damocles de la justicia sobre su cabeza y se apresura a echar nuevas culpas? ¿Por qué el pavor de Aco cada que aparece un nuevo dato sobre los asesinos? A confesión de partes, relevo de pruebas. Y dice más el señor Aco: “que desde hace un mes se rumoraba que Christian Lobato –uno de los dos presuntos sicarios- podría haber sido el homicida de Hernández Pasión”, que “la casa del supuesto asesino permanece vigilada (y que) incluso hay versiones de que él y su cómplice ya estarían detenidos desde hace tiempo”. ¡Qué bien informado sobre las actividades de los sicarios se encuentra el señor Alonso Aco! Sabe desde hace tiempo quiénes eran, en dónde viven y qué hacen. Y, si él sabía todo esto: ¿por qué insistía en acusarnos a nosotros de un autoatentado? ¿No es esto una prueba contundente de sus mentiras, una y otra vez?
Nosotros solo pedimos justicia plena para Manuel Hernández Pasión, cárcel para los autores materiales e intelectuales del asesinato y que la Fiscalía General del Estado investigue a todos los que, de una u otra manera, tuvieron que ver con las amenazas de muerte y el crimen. Que el peso de la ley caiga sobre los que deba caer, sean quienes sean. Nada más, pero nada menos.
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