Los últimos acontecimientos sucedidos al interior del PAN y del PRD dejan en claro que la figura de Ricardo Anaya ha salido fortalecida luego del precario embate iniciado por Rafael Moreno Valle y Miguel Ángel Mancera para intentar detener el proceso donde el Frente Cívico por México deja muy claro que todo está diseñado para que la elección interna, negociada o acordada, privilegie al dirigente panista para la presidencia y a Alejandra Barrales por la Ciudad de México.

Con ello se quedarán truncadas las aspiraciones y el movimiento interno en el panismo y el perredismo que buscó el cobijo de Margarita Zavala en un intento más para captar el foco periodístico más que el interés por los militantes.

Quienes acudieron al consejo panista del pasado sábado 18 de noviembre coinciden que Moreno Valle salió desencajado, los consejeros están unidos por un proyecto que no converja con el diseño priísta del sistema.

Hacia el interior del grupo morenovallista queda clara la actitud de que en el corto plazo Rafael acabará por no respetar los acuerdos internos y justificará su salida o su no intervención a favor del frente.

Dos caminos le quedan, sumar a los pequeños partidos en otro frente para alcanzar la candidatura o sumarse, como sería lo más lógico, a favor de José Antonio Meade con quien le identifican más asuntos ideológicos y pragmáticos.

En aras de presentarse como el político salvador del país y en contra de lo que él mismo llama “imposición” y del avance de López Obrador, Rafael debe tener muy claro que su paso a favor del sistema no está lejano, es más sería cómodo y aceptable, terminar de intentar dividir al PAN para que el privilegio del goce del poder siga en las mismas manos.

No se tratará de que renuncie al PAN o se afilie al PRI, más bien de formar una tercera vía, una corriente alterna en favor de su concepción del sistema-país para erigirse como un factor de salvación, por que como decía su abuelo: “quien no puede en lo poco no puede en lo mucho”, aunque la frase es del evangelio de San mateo, 25,21: “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.

Pero don Rafael nunca leyó a Lucas, 16-10: “si no habéis sido fieles en el uso de las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas?”

Cuestión de exégetas, de lealtades y de principios éticos y morales, pero a final de cuentas si Rafael no es candidato le apostará a que pierda Ricardo Anaya y con ello buscar después apoderarse del partido.

O por lo menos, así me lo parece.

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Video en: https://youtu.be/4ZB5GsMoaT0

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