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2018, López Obrador (I)

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que como en cada elección presidencial desde 2006, Andrés Manuel López Obrador luce como un rival formidable. Convertido en víctima por el empecinamiento del presidente Vicente Fox, por meterlo a la cárcel por un delito menor –una mejora urbana que causaba una falta administrativa–, lo volvieron en el adversario que sintetizaba la inconformidad con el gobierno y abría puertas a una esperanza de cambio. Poderoso contrincante fue en 2012, y hoy no ha perdido esa categoría, aunque hay señales de que, el López Obrador de esas batallas, dejó de ser el que hoy busca por tercera ocasión la Presidencia. No tiene la estamina de antaño, y el López Obrador de aquellas feroces contiendas ha perdido el toque.

Sus frases han perdido brillo. Las metáforas que llegaban a ser brillantes son repetitivas, y su fraseo se arrastra como si estuviera cansado. Estas observaciones son subjetivas y abiertas a discusión, porque no pueden ser contrastadas con sus ritmos habituales de trabajo, dado que su bitácora de viajes, reuniones y actividades no suelen hacerse públicas. La opacidad, también, ha sido su compañera a lo largo de su vida política. El único argumento contrario es que pese a la operación de corazón que sufrió en 2013, que estuvo a punto de costarle la vida, y los divertículos que padece, se mantiene en campaña permanente, recorriendo el país como hace casi 40 años.

La percepción que se tiene sobre el ritmo actual de López Obrador, y opiniones en su entorno, han hecho que en las últimas semanas se hable entre algunos de sus cercanos sobre la posibilidad de que el candidato virtual ceda su lugar en la boleta presidencial a Marcelo Ebrard, exjefe de Gobierno de la Ciudad de México. Datos concretos sobre el porqué se menciona esa posibilidad no han trascendido, pero Ebrard ha intensificado, aunque discretamente, su actividad política preparando el regreso del autoexilio a principio de diciembre, días después de que los presuntos delitos por los que se investigó en la PGR, prescriban.

Ebrard, un político inteligente y sofisticado, debió haber sido el candidato de la izquierda en 2012, tras haberle ganado en las encuestas a López Obrador, que era el método que definiría al nominado. Pero el tabasqueño incumplió su acuerdo y al dejar claro que él no apoyaría a quien no fuera él, Ebrard optó por ceder el lugar y evitar la división de la izquierda. El exjefe de Gobierno capitalino fue perseguido en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, pero se optó, hasta ahora, dejarlo en paz. En la prensa se ha discutido en dónde entraría Ebrard en el equipo de López Obrador, y lo ubican en el área de seguridad. No obstante, en los círculos lopezobradoristas también lo colocan en el área de la gobernación.

López Obrador, más allá de las lecturas que puedan hacer quienes han trabajado años cerca de él, no ha dado indicaciones de que esté listo para dejar el camino abierto a otro candidato, que, respaldado por él, ponga en marcha su programa de gobierno. Todas las declaraciones públicas del virtual candidato son que él se ve despachando en Palacio Nacional a partir de diciembre del próximo año. La seguridad con la que él se contempla en la Presidencia no difiere de la que mostraba en 2006 y 2012. La diferencia es el contexto. El político más conocido en México –sólo igual está Peña Nieto–, también es uno de los de mayor desgaste.

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El dedazo de Peña

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, señala que Resulta divertido el proceso de elección del candidato presidencial del PRI con sus tradicionales instituciones de los tapados (aspirantes con probabilidades de ser designados), el dedazo (decisión que toma el Presidente a favor de uno de ellos) y el destape (proceso en que el PRI anuncia al favorecido). En vísperas de éste, las especulaciones están a tope. Que si el Presidente ya se inclinó a favor de Fulanito, pero lo está cuidando dándole alas a Perenganito. No, que en realidad el fuerte siempre ha sido Sutanito. Que no se puede descartar un “caballo negro”, pero que, en cualquier caso, el PRI anunciará al candidato el 27 de noviembre, porque Peña es supersticioso y en esa fecha ha tomado decisiones que le han salido bien. Puros chismes sin evidencia empírica. En realidad, tenemos que ser muy cuidadosos con los rumores, informaciones pagadas y encuestas a modo. Esto no quiere decir, sin embargo, que sí podamos analizar el dedazo comenzando con lo que sí sabemos del destape que viene.

Número uno: que el presidente Peña decidirá quién será el candidato presidencial del PRI. Podrá levantar muchas encuestas y consultar las opiniones de gente de su confianza pero, al final del día, él solito tomará la decisión de hacia dónde apuntar su dedo.

Otra cosa que sabemos es que, a diferencia del pasado, Peña no elegirá a quien será el próximo Presidente. Por fortuna, el régimen político ha cambiado, de tal suerte que el Jefe del Ejecutivo sólo designará a la persona que aparecerá en la boleta bajo el emblema del PRI. Este candidato igual gana, igual pierde.

Por eso, el dedazo será diferente de los que hacían los presidentes en el pasado. Peña ahora tiene que poner a un candidato que, por un lado, sea competitivo, con posibilidades de ganarle a López Obrador y Anaya, y, por el otro, que le sea leal en caso de ganar, es decir, no lo vaya a perseguir ni política ni judicialmente por los errores cometidos durante este sexenio. Los presidentes de antes no tenían que preocuparse porque su “delfín” fuera popular, ya que éste siempre ganaba en las urnas gracias al sistema de partido hegemónico. Ahora no. Ahora la oposición puede triunfar y, por tanto, Peña debe elegir a un candidato competitivo, lo cual significa un juego distinto al pasado.

Quizá la mejor crónica de cómo operaba el dedazo en el pasado sea la de Jorge Castañeda en La herencia: arqueología de la sucesión presidencial en México. Publicado en 1999, el libro presenta la historia de los vencedores por medio de entrevistas con Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, quienes cuentan cómo fueron elegidos y cómo eligieron a su sucesor. Luego hay seis ensayos sobre “la visión de los vencidos” con base en versiones de varios protagonistas.

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La guerra Calderón-Anaya

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, indica que la de Felipe Calderón y Ricardo Anaya es una guerra a muerte; una guerra en la que no hay lugar para la reconciliación.

Y si lo dudan, la siguiente historia lo confirma.

Como saben, el 9 de julio pasado, a los 85 años, falleció Diego Zavala, padre de Margarita Zavala y uno de los principales impulsores del PAN.

Como era natural, al enterarse del deceso, Ricardo Anaya trató de hacer acto de presencia en la casa familiar de los Zavala Calderón. Para ello calculó el momento en el que estaría la prensa durante su visita, con la intención de enviar un mensaje de unidad en el PAN.

Sin embargo, cuando en la casa de los Zavala Calderón se enteraron que Anaya pretendía acudir a ofrecer el pésame, ordenaron cerrar el acceso a visitas y —de manera amable—, convencieron a los periodistas para que se retiraran.

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El nuevo agandalle de Anaya

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, señala que ahora, el presidente del PAN, Ricardo Anaya, utiliza tiempos oficiales para promoverse y tatar de limpiar su imagen. Y lo peor es que lo hace con mentiras. En un spot que el PAN registró ante el Instituto Nacional Electoral para que sea subido a medios esta semana se asegura que un juez federal le dio la razón a don Ricardo y que la información que EL UNIVERSAL publicó sobre su patrimonio y el de su familia política “no era verdad”. Lo que no es verdad, es lo dicho en el spot, pues el juez, en primera instancia, le otorgó a Anaya el derecho de réplica, pero nunca dijo que la información publicada por este diario no fuera verdad. En otra mentira, el spot dice que el diario estuvo “ataque y ataque a la dirigencia del PAN y a su presidente Ricardo Anaya”. La información periodística siempre se refirió a Anaya y a su familia política, jamás a la dirigencia de Acción Nacional. Tras aparecer la imagen de Anaya en el anuncio publicitario, el spot cierra presentando una encuesta en la que aseguran que la alianza PAN-PRD-MC va arriba de Morena y el PRI en las preferencias electorales. Promoción de imagen y control de daños personales con recursos públicos, un agandalle que sólo se puede dar el presidente de un partido político.

Se busca fiscal que no sea carnal

Esta semana se tiene previsto iniciar el proceso para designar a un fiscal electoral luego del bochornoso tema de la remoción del hoy ex fiscal, Santiago Nieto. Nos dicen que las negociaciones entre las fuerzas políticas comenzarán y que esperan llegar a acuerdos. Sin embargo, no todos son tan optimistas, pues aseguran que la tarea para encontrar una persona con independencia partidista y con experiencia en el tema del combate a los delitos electorales será ardua. Se deberá encontrar un hombre o una mujer que ninguna de las fracciones en el Senado pueda acusar de ser un fiscal carnal, pues en los casos anteriores, los del ex procurador general de la República y el ex titular de la Fiscalía para delitos electorales, ambos fueron señalados, por unos y por otros de ser fiscales carnales de sus adversarios políticos. Así que se busca fiscal que no sea carnal de nadie.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que secretarios de Desarrollo Agropecuario manifestaron su solidaridad con el NAFTA Food & Ag Trade Working Group, organismo integrado por representantes del sector agroalimentario de Estados Unidos que en una carta defendió el Tratado de Libre Comercio, ya que su desaparición implica la pérdida de por lo menos 256 mil empleos, de los que 50 mil corresponden a la producción de alimentos y su procesamiento industrial.

El presidente de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario, AC, Héctor Padilla Gutiérrez, explicó que la misiva dirigida el pasado 25 de octubre a Wilbur Ross, secretario de Comercio de EU, habla de lo negativo que sería terminar con el TLC, que está amenazado por el presidente Donald Trump, quien se queja de que el acuerdo no ha dejado beneficios a su nación.

Que hoy la Comisión de Selección, integrada por académicos como Sergio López Ayllón, Pedro Salazar y Edna Jaime, entre otros, lanzará la convocatoria para sustituir a uno de los cinco integrantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, pues a inicios de 2018 se cumplirá el primer año del encargo. Dicho comité es el responsable de vigilar el correcto funcionamiento del sistema anticorrupción y está conformado de tal manera que, de los cinco miembros, uno se va renovando cada año. En esta ocasión precisamente la doctora Jacqueline Peschard será reemplazada, pues en el diseño de la institución se determinó que una vez ocupado el cargo de presidente del comité, es momento de que cumplido el año sea relevado.

Que los dirigentes de los partidos integrantes del Frente Ciudadano por México, Ricardo Anaya, del PAN, Alejandra Barrales, del PRD, y Dante Delgado, de MC, iniciarán esta semana un ejercicio de interlocución directa con representantes de diversos sectores sociales. Los líderes partidistas irán hoy al foro Jóvenes opinan… ¡Y deciden! en el Centro Histórico de Ciudad de México, mientras el jueves, en Guadalajara, participarán en el diálogo Ciudadanos opinan, cuyo mensaje de apertura lo dará Héctor Aguilar Camín, colaborador de esta casa editorial.

Que tras el puente por el Día de Muertos, la pasarela de presidenciables se reanudará el miércoles en el Palacio de San Lázaro, con las comparecencias de los secretarios de Educación, Aurelio Nuño, y de Salud, José Narro. El mismo día estará también en la Cámara de Diputados el titular de Medio Ambiente, Rafael Pacchiano, todavía en el contexto del análisis del quinto Informe de gobierno de Enrique Peña Nieto.

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