Han pasado ya tres semanas del asesinato del joven antorchista y presidente municipal de Huitzilan de Serdán, Puebla, Manuel Hernández Pasión, y es la fecha en que la Fiscalía General del Estado no ha detenido a ninguno de los autores materiales e intelectuales de este crimen, a pesar de que hay suficientes pruebas para identificarlos plenamente.

En efecto, como lo consignó la mayoría de la prensa poblana, el asesinato de Manuel Hernández Pasión, ocurrido el 10 de octubre de 2017 en las cercanías de Zacapoaxtla, fue un crimen político, planeado hasta sus últimos detalles por el cacicazgo de la Sierra Nororiental de Puebla y ejecutado por pistoleros a su servicio.

Las cámaras de seguridad de varios locales comerciales de la cabecera municipal de Zacapoaxtla han dejado al descubierto un complejo operativo de seguimiento a la camioneta en la que se transportaba Manuel Hernández, previo a que fuera ejecutado. Los vehículos en que se movían los sicarios han sido plenamente identificados y se sabe que, al menos uno de ellos, fue robado la mañana de ese mismo día, lo que indica que la planeación de este crimen fue obra de grupos de poder geográficamente más extensos que la demarcación de Huitzilan y con mucho más poder que un cacicazgo meramente municipal. Se trata, pues, de una alianza de cacicazgos locales que han formado un poderoso grupo: el cacicazgo de la Sierra Nororiental de Puebla, cuyos alcances son bastante amplios, a nivel geográfico y a nivel de influencias en algunas áreas del gobierno poblano. Además, en la escena del crimen, como también lo ha reportado la prensa poblana y nacional, los pistoleros abandonaron un automóvil blanco tipo Jetta en el que se encontraron prendas, y sobre el asfalto fueron hallados los casquillos percutidos de los rifles R15 y de las pistolas 9 mm usadas para cometer el asesinato; tanto del carro, como de la ropa abandonada y los casquillos, es posible extraer pruebas de ADN e impresiones dactilares que determinen quiénes son los dueños o quiénes las usaron.

Pues nada de esto ha servido a la Fiscalía General del Estado para dar con los autores materiales del cobarde y artero asesinato de Manuel Hernández Pasión. La opinión pública poblana conoce otros casos de asesinatos, igualmente condenables, en los que la justicia actúa expedita y eficazmente para investigar y encontrar a los culpables en cuestión de días, cosa que nos parece la actitud más correcta y plausible. Pero reprobamos enérgicamente que no se actúe de la misma manera en los 14 crímenes políticos que el Movimiento Antorchista ha denunciado ante la prensa poblana y ante quienes el gobierno ha designado como interlocutores para atendernos. Particularmente, condenamos que no sean aún castigados quienes asesinaron a nuestro compañero Manuel Hernández Pasión y que la Fiscalía General del Estado tenga archivadas las denuncias de otros casos en los que la vida de algunos líderes antorchistas corre peligro inminente. ¿Se trata de ineptitud de la justicia o de un acto deliberado de impunidad? En cualquiera de los dos casos, la omisión de la justicia es censurable en alto grado y un acto de absoluta irresponsabilidad: el asesinato de Manuel Hernández Pasión es una pistola apuntada a la cabeza de cada antorchista en Puebla y en México, pistola que conoce bastante bien la impunidad reinante. ¿Qué tan empoderados están quienes movieron los hilos del crimen de Manuel? ¿Qué tan bien acomodados o apadrinados están quiénes orquestan esta embestida de liquidación contra el Movimiento Antorchista?

Sobre los autores intelectuales del crimen hay pruebas contundentes también. El día martes 12 de enero de 2016, el reportero Martín Hernández Alcántara de La Jornada de Oriente publicó una entrevista con el cacique Alonso Aco Cortés en la que, palabras más palabras menos, dice textualmente: “Por último les decimos, con todo el respeto que se merecen: Cuídense mucho, no vaya a ser que alguien de ustedes aparezca por ahí muerto o malherido”. Más claro ni el agua: una amenaza de muerte en forma y con destinatario. Cualquiera que dude de que estas declaraciones fueron publicadas en La Jornada de Oriente no tiene más que revisar la edición impresa o consultar la nota en Internet. Las saña enfermiza de Martín Hernández Alcántara -que es boca de ganso de los caciques- contra nuestra organización es conocida de sobra por los poblanos. No hay asunto en Huitzilan del que no escriba para denostar el trabajo realizado por Antorcha, siempre dándole voz a los enemigos del progreso, a los caciques, a quienes se enriquecen de explotar la mano de obra de los huitziltecos, seguramente porque con esa misma riqueza le han de pagar sus oficios de ganapán. Pero no habíamos leído, como en esa ocasión, que Martín Hernández Alcántara le diera publicidad, sin rubor, a una amenaza de muerte al más puro estilo de las narcomantas del crimen organizado: “no vaya a ser que alguien de ustedes aparezca por ahí muerto o malherido”. Y aunque ante nuestra acusación directa, Alonso Aco Cortés intentó deslindarse, con estas declaraciones el lector puede sacar sus propias conclusiones.

No es el único crimen en el que los autores están plenamente identificados. Una semana después del asesinato de Manuel Hernández Pasión, Manuel Valencia y Martín Gallo Islas comandaron el ataque a balazos contra las oficinas del Movimiento Antorchista en San Martín Texmelucan, en el que tres antorchistas indefensos resultaron heridos. Uno de ellos, hay testigos oculares que lo pueden probar, recibió de Martín Gallo tres navajazos en el abdomen lo que le ocasionó perforaciones en el intestino que lo tuvieron al borde de la muerte. La prueba irrefutable de su participación en esta embestida criminal la ofreció el propio Manuel Valencia en una conferencia de prensa el día miércoles 18 de octubre, cuando afirmó: “Martín Gallo entró a recuperar sus oficinas que tenía. Se sintió con el derecho a recuperar sus oficinas y por supuesto que lo hizo. Respaldamos a Martín Gallo en la acción que tomó. Desde aquí le digo que tiene todo el apoyo”. Una vez más, el pez por la boca muere.

¿Por qué no se encarcela a los asesinos de Manuel? ¿Por qué no están tras las rejas Martín Gallo y Manuel Valencia en San Martín? ¿Por qué no se detiene y enjuicia a quienes atentaron contra la vida de Nibardo Hernández Sánchez en Cuayuca, caso que también hemos documentado de sobra? ¿A dónde quieren llegar? ¿A que sigan asesinando antorchistas impunemente? ¿A que el pueblo deba defender su vida con todos los medios a su alcance? Porque al parecer no le van dejando otro remedio.Pero una cosa es segura: a la organización de los pobres de México ya no la van a parar con balas, porque Antorcha es el pueblo hermanado, consciente y en lucha por su derecho a tener una vida digna. Antorcha está prendiendo en el pueblo, grandes masas populares se suman a ella todos los días y no pasará mucho tiempo antes de que todas las afrentas sean borradas.

El antorchismo nacional está atento a los sucesos en Puebla y ha dado muestras de su solidaridad práctica, lo que confirma nuestro lema: unión, fraternidad y lucha. No hay un solo antorchista en México que no esté al corriente de los actos criminales cometidos contra los poblanos y están prestos a acudir a la lucha pacífica, pero enérgica, en caso de ser necesario. Hace unos días, la viuda de Manuel, Beatriz González, declaró al diario español El País: “Antorcha Campesina tiene fuerza y me siento acompañada porque sé que se van a movilizar para reclamar justicia, si no estaría sola en mi casa llorando”. Así es, no está usted sola: los antorchistas de México vamos a luchar hasta que se haga justicia.

Durante estos días, haciendo uso de nuestro derecho a la manifestación pública, realizaremos cadenas humanas y protestaremos 15 mil antorchistas en la Fiscalía General del Estado y en la Secretaría General de Gobierno en Puebla, exigiendo cárcel para los asesinos de Manuel Hernández, fin a la impunidad en los crímenes cometidos contra los antorchistas y alto a la ola de terror desatada en los últimos años, pero particularmente en el último mes, contra nosotros. Si no obtenemos respuestas rápidas, concretas y efectivas del Gobierno de Puebla, comenzaremos marchas nacionales hasta que haya justicia. Que conste.

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