En una reunión sin precedente, el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, el rey saudí Salman y el primer ministro iraquí Haider al-Abadi acordaron una serie de acciones que contrarrestan la influencia iraní y que significa ganancias para Arabia Saudita.
Los tres políticos se reunieron en la capital saudí, Riyadh, donde acordaron la creación de un Consejo de Cooperación saudí-iraquí.
En el evento, Rex Tillerson solicitó a Arabia Saudita contener la influencia de Irán en Iraq, además de pedirles: “vayan a casa” a todos las milicias que pelearon contra el grupo terrorista Estado Islámico o Daesh y que fueron apoyadas por Irán.
El rey Salman advirtió que países como el suyo e Iraq enfrentan el extremismo y un intento por desestabilizarlos, mientras que el Haider al-Abadi admitió que el encuentro “es un importante paso para el mejoramiento de relaciones”.
En el encuentro se expresó que Arabia Saudita apoya la unidad de su país vecino (haciendo referencia a su oposición a la independencia de Kurdistán), por lo tanto, el primer ministro iraquí aseveró que espera se viva una nueva era de paz, estabilidad y desarrollo en la región.
Los dos países del Medio Oriente sin embargo, acordaron más que eso, así como lo expresó El Secretario de Estado de la unión norteamericana quien aseguró que este nuevo Consejo también se enfocará en la rehabilitación de espacios liberados tras la guerra contra el Estado Islámico o Daesh.
¿Una amenaza?
Aunado a lo anterior y gracias a la influencia de Estados Unidos y su aliado saudí, Iraq ingresará a una era de reformas que faciliten la inversión extranjera en el sector privado.
Además de todos los acuerdos ya mencionados, los diplomáticos acordaron abrir sus puntos de revisión fronterizos.
También se firmó la apertura de un consulado y otras oficinas saudíes en Iraq y se estipuló un plan de desarrollo de áreas fronterizas como zonas económicas. Arabia Saudita ha conseguido un permiso para que su compañía de agricultura pueda hacer uso del suelo.
En el mismo acuerdo se concretó la posibilidad de que representaciones saudíes puedan participar en ferias iraquíes, desde inversión hasta la cumbre del petróleo.
Estos representa una amenaza en el ejercicio de influencia de Irán, porque podría resultar en una alianza más a la coalición de Arabia Saudita (con apoyo estadounidense) ya de por sí significativa en la región.
Este convenio surge en el marco de un mayor acercamiento entre estos dos países de la región que data desde finales de diciembre de 2015 y que ha resultado en un aumento de colaboración incluso en temas económicos.
