En el marco del Día Mundial de la Medicina Tradicional, la CNDH exhortó al Estado mexicano a reconocer la medicina indígena como pilar fundamental en la protección y atención a la salud, e incorporar esta práctica en el Sistema Nacional de Salud.
Señaló que pese a los avances en la disminución de la pobreza en el país, aún existen 19.1 millones de personas que carecen de acceso a los servicios básicos de salud, lo que transgrede el ejercicio pleno de sus derechos fundamentales.
De acuerdo con cifras del Coneval 2016, el tema de salud y seguridad social es la segunda carencia que presenta mayor reducción, sin embargo, los servicios de salud aún no logran la cobertura total en el país, indicó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Aseveró que con frecuencia ha detectado que la medicina indígena es subestimada y las personas que la practican son discriminadas y aisladas del sistema de salud.
Ante ello, aseguró que este tipo de prácticas es el único recurso con el que cuentan personas de muchas comunidades, además de que está protegida por órdenes jurídicos nacionales e internacionales, por lo que “es obligación del Estado mexicano promover su conocimiento, desarrollo y práctica en condiciones adecuadas”.
En ese sentido, subrayó que el reconocimiento formal de la medicina tradicional indígena se encuentra en el artículo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Ley General de Salud.
Parteras también cumplen necesidades culturales
La CNDH recordó la importancia de las parteras en la atención materno-infantil y la prevención de la violencia obstétrica, establecido en la Recomendación General 31, Sobre la Violencia Obstétrica en el Sistema Nacional de Salud.
Lo anterior, a través del “Modelo de Atención a las Mujeres durante el Embarazo, Parto y Puerperio con Enfoque Humanizado Intercultural y Seguro”, de la Secretaría de Salud, el cual propone una estrategia alternativa para erradicar la violencia institucional y coadyuvar a la atención oportuna y eficaz de las mujeres embarazadas
“Es significativo que la partera o partero tradicional que ha acompañado a la mujer durante el embarazo pueda colaborar con el sistema de salud durante el parto, pues además de las cuestiones fisiológicas, esas personas atienden las necesidades culturales y espirituales de la mujer embarazada”, explicó la organización.
Asimismo, sostuvo que la situación de discriminación y negativa de acceso a las instalaciones de los centros de salud de las parteras y parteros repercute en las mujeres gestantes, “quienes tienen derecho a un parto humanizado e intercultural”.
Editado por Gabriel Díaz Romero
