Aquiles Montaño Brito, vocero del Movimiento Antorchista
(*Artículo publicado el día 15 de enero de 2016)

El pasado martes 12 de enero, el reportero de La Jornada de Oriente Martín Hernández Alcántara publicó una nota intitulada así: “Advierte Comité de Huitzilan que AC podría atentar contra sus propios militantes”. El título por sí mismo es escandaloso y es un intento del reportero para engañar a los poblanos sobre el verdadero significado de la nota que escribió. El título palidece ante las graves y serias amenazas de muerte que, a través de La Jornada de Oriente, lanza el cacique Alonso Aco Cortés contra los líderes e integrantes del Movimiento Antorchista en Huitzilan de Serdán. Veamos.

Según el diario, tras despotricar una y otra vez contra Antorcha, Alonso Aco Cortés declaró lo siguiente: “Por último les decimos, con todo el respeto que se merecen: Cuídense mucho, no vaya a ser que alguien de ustedes aparezca por ahí muerto o malherido para inculpar a otros”. Más claro ni el agua: una amenaza de muerte en forma y con destinatario. Y cualquiera que dude de que estas declaraciones fueron publicadas en La Jornada de Oriente, por el seudoperiodista Martín Hernández Alcántara, sólo debe revisar la edición impresa del pasado martes o consultar la nota en Internet.

Las saña enfermiza del reportero Martín Hernández Alcántara -que ahora se ha convertido en boca de ganso de los caciques de Huitzilan- contra nuestra organización es conocida de sobra por los poblanos. Prácticamente no hay asunto en Huitzilan del que no escriba para denostar el trabajo realizado por Antorcha, siempre dándole voz a los enemigos del progreso, a los caciques, a quienes se enriquecen de explotar la mano de obra de los pobladores, seguramente porque con esa misma riqueza le han de pagar por sus excelentes oficios de ganapán. Pero jamás habíamos leído, como ahora, que Martín Hernández Alcántara le diera publicidad, sin rubor, a una amenaza de muerte al más puro estilo de las narcomantas del crimen organizado: “no vaya a ser que alguien de ustedes aparezca por ahí muerto o malherido”. ¿Es que ahora La Jornada de Oriente se ha convertido en vocera de criminales? ¿Es que el periodismo que se practica en ese antro de la ignominia se ha prostituido a tal grado que ahora se dan el lujo de publicar amenazas de muerte sin el más mínimo remordimiento? Ellos que, como dije, a cada paso nos acusan de todo lo que se les viene en gana, ahora resulta que utilizan prácticas de propaganda para generar terror entre la población, comparadas apenas con las que usa el Estado Islámico o las que en su momento utilizó el nazismo. Martín Hernández es de la misma calaña que ellos, porque el que con lobos anda a aullar se enseña.

¿Cuántas veces ha ido el señor “periodista” a Huitzilan para constatar las mentiras que dice sobre Antorcha? Ni una. ¡Jamás ha visitado Huitzilan! ¿Por qué? Porque para ser el escribano de la mentira, el recadero de Alonso Aco, el ganapán de los criminales, no hace falta ir al lugar de los hechos a comprobar nada. Basta con que le den “una entrevista telefónica”, como él mismo confiesa en su nota, y que le unten bien la mano. Por eso, Martín Hernández no se toma la molestia de revisar que, entre el título de su nota y el texto, hay una contradicción evidente, que lo deja ante sus lectores no sólo como un escritor ignorante y vulgar, sino, además, como un aliado de criminales.

Pero hay otras dudas que saltan a la vista: ¿Por qué el señor Alonso Aco se siente con la libertad de amenazar públicamente a los integrantes del Movimiento Antorchista? ¿Por qué lo hace a través ¡de un periódico!? ¿Por qué no siente temor de la ley? Es claro que si llega a suceder un atentado contra cualquier antorchista, esta declaración en La Jornada de Oriente lo hundiría en la cárcel durante muchos años. ¿Y por qué, pues, declara lo que declara sin temor a la ira de la justicia? Porque el señor no actúa solo. Porque detrás de él existen grupos políticos poderosos que buscan desestabilizar a Huitzilan para regresarlo a los tiempos de la explotación brutal del trabajo indígena o para presionar al Movimiento Antorchista a alinearse con miras a las próximas elecciones. Pero ni una cosa, ni otra, van a suceder. Nosotros defenderemos con toda nuestra fuerza política nuestra libertad de acción y el derecho de Huitzilan a progresar.

Las amenazas que el señor Alonso Aco lanza contra nosotros en La Jornada de Oriente no deben ser desestimadas por el Gobierno de Puebla y la nueva Fiscalía General del Estado; no se trata de una bravata de cantina echada al aire sin pensar. Desde hace algún tiempo, corre en la Sierra Norte el rumor de que a los líderes antorchistas en Huitzilan los van a “levantar” porque son “de sangre azul”. Coincidentemente, este rumor del secuestro o crimen ha crecido conforme en el municipio fueron incrementado en furor las agresiones del “Padre” José Martín y Alonso Aco contra los antorchistas, a finales del año pasado, y que hemos documentado plenamente en la prensa poblana y en colaboraciones anteriores.

Por si hicieran falta pruebas de con qué clase de criminales estamos tratando, podemos probar que existen expedientes judiciales abiertos contra varios integrantes de la familia de los Aco, por robo y asalto. Y también es de todos conocido que Jerónimo Aco, tío de Alonso Aco, estuvo preso por el asesinato del líder antorchista Ignacio Gómez Cipriano, cometido hace algunos años. Así que el historial de agresiones de la gavilla que encabeza Alonso Aco contra el pueblo de Huitzilan y sus líderes más valientes e inteligentes es largo.

Por eso decimos que no es casual que las tres cosas se junten: provocaciones para desestabilizar la paz de Huitzilan, encabezadas por el “Padre” José y Alonso Aco; rumores cada vez más frecuentes de un secuestro político y, como cereza del pastel, una amenaza directa en La Jornada de Oriente. ¿Quiénes son los criminales? Y, sobre todo, ¿quién los protege?

Una vez más, porque lo hemos hecho en otras ocasiones y parece que gritamos en el desierto, hacemos el llamado al Gobierno del estado para que intervenga en el delicado problema que se vive en Huitzilan. Una vez más pedimos que se le ponga un alto al clima de terror que intentan imponer los caciques y sus protectores. Una vez más decimos que, si algún atentado ocurre contra cualquiera de nuestros integrantes, el Gobierno será culpable por omisión, pero los caciques, Alonso Aco, el señor José Martín -que se hace pasar por cura- y La Jornada de Oriente serán responsables directos y exigiremos que les aplique todo el peso de la ley. Y decimos desde ahora y para que no quede duda: vamos a defender a Huitzilan, como lo hicimos hace 31 años, con toda la fuerza política de Antorcha. Que conste.

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