En las colonias Bosques de San Sebastián, Amalucan, La Resurrección y Castillotla –en la capital de Puebla– se almacena combustible robado en bidones y cisternas para venderlo; incluso en el último semestre, el 70 por ciento de las tomas clandestinas se halló en domicilios.
Así lo aseguró Álvaro Segovia Cruz, del Consorcio Transdisciplinario de Investigación Secarsos, quien afirmó que, según datos recabados por sus especialistas, el también llamado “huachicol” se vende en gasolineras, además de que se han encontrado tomas en terrenos de empresas como Volkswagen.
Tras participar en el primer foro de seguridad pública en la Casa de la Cristiandad, el especialista consideró que el robo de hidrocarburo es un fenómeno mal controlado con políticas públicas y criminológicas aplicadas de forma incorrecta.
Por lo anterior, aseveró que es necesario que abogados, criminólogos, analistas, psicólogos, trabajadores sociales y ciudadanía se involucren con las autoridades para combatir el delito, para lo que se necesita invertir.
Huachicol ya es una “subcultura”
Para Segovia Cruz, la pobreza alimentaria generó los índices de criminalidad en Puebla, por lo que es indispensable invertir recursos en educación: “es más fácil para los niños robar o ser halconcitos, que poder seguir estudiando ya que no tienen una meta“.
Afirmó que el huachicol se ha convertido en una subcultura, de ahí la urgencia de campañas ciudadanas y empresariales, pues la sustracción ilegal de combustible genera 21 mil millones de pérdidas económicas según datos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Es más, indicó que el delito de orden federal ha alcanzado ilícitos menores como el robo de vehículos que se expandió por todo el estado y Tlaxcala donde se hurtan camionetas.
Cabe mencionar que, del 1 enero de 2012 al 30 de junio, Pemex presentó ante la PGR 20 mil 868 denuncias por robo de hidrocarburos en todo el país; en el mismo periodo, Puebla ocupó el segundo lugar en el número de tomas clandestinas.
