Columnistas-VeronicaMastretta

Oficialmente el proceso electoral 2018 inició el 8 de Septiembre pasado, aunque en realidad arrancó hace muchísimos meses disfrazado de las maneras más tramposas. Ni para que recordar de cuántas formas. El presupuesto 2018 fue enviado a la Camara de Diputados a finales de agosto y venían incluídas las partidas que el INE tendría que entregar a los partidos para mantener y operar sus estructuras partidistas. Desde el congreso de Jalisco hubo un destellito de esperanza con la aprobación de la iniciativa Kumamoto de acotar los criterios de entrega del dinero a los partidos, pero era improbable que permeara al congreso federal. Con más dinero que nunca y con unas gigantescas pautas en radio y televisión gratuitas, los partidos estaban a punto de empezar sus majaderías y tenían a la ciudadanía contra las cuerdas.

El 7 de septiembre un primer terremoto con epicentro en el sureste sacudió Oaxaca,Chiapas y Morelos dejando decenas de muertos y miles de casas y edificios públicos y privados colapsados. Después fluyeron los datos del dineral que se necesitaría para fondear su reconstrucción y los números prendieron un foco amarillo en la opinión pública. El dinero del Fonden, de por sí mermado por los ciclones, ahora también tendría que alcanzar para reconstruir el sureste. Oí al secretario Meade en el radio hablando de “la robusta arquitectura financiera del fondo de desastres ” y los números eran inciertos y desde luego menores a los cerca de siete mil millones que se les entregarían a los partidos en el 2018.

López Obrador salió a ofrecer un donativo de Morena del 20 por ciento, de la parte que recibirían el año entrante, dinero inaplicable porque cuando se entrega viene etiquetado y con reglas de operación. De lengua los demás partidos también empezaron a comerse un taco del dinero público que aún no había llegado. Ningún partido ofreció otro dinero que no fuera el que viene de recursos públicos.

Fuera de la ciudad de México todo es Cuautitlán. La república se acomodó como pudo sobre los datos duros del poco dinero para reconstruir lo indispensable en lugares remotos.

El 19 de Septiembre a la 1.14 pm tembló otra vez. El epicentro se ubicó a solo 120 km de la ciudad de México, que junto a los estados de Puebla, Morelos y Guerrero tuvieron daños materiales enormes y mas de 250 muertos. La destrucción alcanzó una visibilidad inesperada.

Muchos esperamos que el desventurado martes 19 de septiembre a la 1.14 pm se haya iniciado la demolición de los partidos políticos tal cual funcionan hoy. En la noche del martes 19 de septiembre miles de chats circularon con la pregunta de si seguiríamos como país manteniendo sus gastos diarios y operativos cuando las prioridades eran evidentemente otras. En la noche del mismo martes se inició una petición en la página de change.org solicitando que todo el dinero destinado a los partidos fuera retiquetado desde el Congreso de la Unión y dirigido al Fonden.

Las elecciones de 2018 debieran ser de excepción. Nadie quiere ver cientos de espectaculares con caras y frases repetidas. Nadie quiere ver ni saber de mítines carísimos. Todos estamos cansados de la repeticion millonaria de anuncios vacíos. Tienen mucho tiempo aire de manera gratuita y los oiremos a fuerza.No queremos verlos en entrevistas a modo y en revistas sociales. Todo cuesta. Lo que sí quisiéramos es ver y oir debates duros, por tema y obligatorios para quienes aspiren a gobernar al país o a los estados.

Quisiéramos que desaparecieran los plurinominales que solo representan a los intereses de grupos de poder. Vean cuantos pluris se largan a otro lado a la menor provocación. Hubo un tiempo en que fueron necesarios, hoy son injustificables.

Quisiéramos un solo senador por estado. No se necesitan más.

Necesitamos partidos acotados, austeros, serios. En estos días he visto muchos funcionarios públicos comprometidos e invisibles trabajando incansables. La mayoría se merecen mejores mandos, ubicados en el servicio a la comunidad y no en el estúpido culto a la personalidad que arranca desde las campañas.

La petición del 19.9.2017 es muy clara: que todo el dinero público destinado a los partidos se destine al FONDEN. Que los partidos se mantengan solos y si no, como los dinosaurios, que se extingan.

A la petición se han adherido más de tres millones de personas en solo cuatro días. Es la campaña más exitosa que ha habido en México desde la plataforma de change.org y aún no ha terminado. Aún puedes firmar.

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