Columnistas-GuillermoAlbertoHidalgoVigueras

Ni hablar,  no todos los problemas de Seguridad tienen que ver con la delincuencia, aunque si con la falta de seriedad y cuidado que todos tenemos, gobernados y gobernantes con nuestras calles y sistemas hidráulicos, independientemente de la mala forma de comportarnos todos, con el destino final de la Basura.

¡Si¡, porque ese papelito que se ve tan pequeño, los vasos de café que se compran en las tiendas de conveniencia, las bolsas de plástico que nos dan en la actualidad en casi toda tienda donde ustedes y yo compramos algo, ¡vamos¡ hasta los sabrosos churritos y las ricas papas tan famosas con chilito y limon, la gente no sabe qué hacer con ellas y de manera cínica o discreta terminan tirándolas simple y sencillamente, a la banqueta o a las calles.

El problema no sólo sería, ese de hacer que todo se vea sucio, sino que aunado al mal sistema de trabajo de las empresas concesionadas para recoger los desperdicios y el pésimo estado en que se encuentran nuestras líneas de alcantarillado, pues se encuentra esta temporada de lluvias que se ha visto particularmente fuerte, que si por el calentamiento solar, que si por que le rezaron a la Virgen de Nequeteje, aquella historia de Pedro Paramo, o que si por esto, o lo otro el problema crece y a todos nos desborda.

Pero no solo nos desborda en cuanto a la cantidad de situaciones que se nos presentan, sino que literalmente nos desborda las calles los ríos, los vertederos, las alcantarillas, y terminan en la mayoría de las eventualidades, en inundaciones de colonias enteras, de pérdidas millonarias para los que menos tienen y a los que tienen mucho, pero no previeron o les valió un sorbete el cuidar buen en donde hicieron sus casas o de la calidad de su sistema de desfogue de aguas.

En otras partes, las calles esas que, desde Rivera Pérez, nos habían jurado y perjurado que con los nuevos sistemas de alcantarillado y el concreto hidráulico en al menos 30 años no nos preocuparíamos por las calles ni las inundaciones, y todo eso resultó ser más falso que un billete de treinta y cinco pesos.

Ahora, no nos queda más que ponernos a colaborar todos y de verdad no andar tirando basura por todas partes, y señalarle a quien si lo haga que tome conciencia puesto tarde que temprano a ese mismo irresponsable, le puede causar un mal que seguramente por su cabeza no le pasa, que puede pasar de sucio e irresponsable a víctima de una inundación.

En fin que no todo se lo dejemos a protección civil, a los gobiernos y mucho menos a la santísima trinidad, seamos responsables y tomemos nuestras acciones diarias en el comportamiento con las calles con la seriedad debida que ya muchos años hemos tenido y la próxima vida que cobre una inundación o deslave por la tala inmoderada, puede ser la tuya, la mía o la de uno de nuestros familiares más cercanos.

¿O no?
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