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El Talón de Emilio

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que Emilio Lozoya era más que un colaborador cercano del presidente Enrique Peña Nieto. En la campaña presidencial, junto con el embajador Jorge Montaño, fue el abridor de puertas con líderes del mundo, gobiernos y medios de comunicación. Tras la elección, Montaño fue desplazado y Lozoya pasó a ser el emisario de Peña Nieto en el mundo. Fluente en inglés y alemán, parecía encaminado a ser el próximo secretario de Relaciones Exteriores, pero cuando llegó el momento de las definiciones del gabinete, Peña Nieto le cumplió lo que le había pedido: la Dirección General de Pemex.

Lozoya se convirtió en un funcionario muy cercano al Presidente por razones que, cuando se le ha preguntado a qué se debía, qué hizo por Peña Nieto y su familia, o qué servicios extraordinarios realizó para él, parece que se le atoraran las palabras al no dejar escapar frase alguna. Cuando dentro del gabinete le comían a críticas y denuncias, por lo que consideraban una mala administración en Pemex y corrupción, el Presidente siempre lo defendía. Su principal enemigo siempre fue el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, con quien tuvo fuertes fricciones.

Videgaray se quejaba airadamente que el desorden en Pemex causado por Lozoya había provocado la caída en la producción. Lozoya se defendía, muchas veces enojado, con la explicación que la causa de la baja era porque Hacienda le había quitado recursos a Pemex para producir. Las confrontaciones entre los dos, un diálogo de sordos, creció con los meses. A mitad del sexenio, la autonomía con la que se manejaba Lozoya generó roces con el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, aunque para entonces, a la mala gestión administrativa, se le sumaban imputaciones indirectas de corrupción dentro de Pemex.

En la primavera de 2015, Videgaray solicitó al director del SAT, Aristóteles Núñez, investigar la presunta corrupción en Pemex, que resultó en dos expedientes que Videgaray decía que llevaría al Presidente para mostrar quién era realmente Lozoya. No se sabe si se los llegó a entregar, pero en otoño de ese año el secretario de Hacienda le pidió al Presidente la cabeza de Lozoya. Su petición fue denegada. Lozoya ya le había dado la vuelta a Videgaray y veía al Presidente sin necesidad de la intermediación del secretario. En diciembre de ese año, Videgaray intentó una vez más que Peña Nieto cesara a Lozoya, pero lo atajó el Presidente. No lo voy a hacer, recuerda un funcionario que le dijo Peña Nieto a Videgaray, no me vuelvas a tocar este punto.

En febrero de 2016, Peña Nieto lo cesó, pero no como consecuencia de las peticiones de Videgaray, sino porque un mes antes, por insistencia de Lozoya y contra la opinión de la canciller Claudia Ruiz Massieu –ante la confrontación en ese momento de Arabia Saudita y Estados Unidos por los precios del petróleo–, visitó el reino saudí. Las imágenes de esa gira mostraban a Lozoya como el hombre cercano a los jeques, opacando a Peña Nieto. Su salida abrió la Caja de Pandora que Videgaray afirmaba existía en Pemex. La presunta corrupción en la institución se socializó y el funcionario en el que se centraban las miradas era Froylán Gracia García, coordinador ejecutivo de la Dirección General, muy cercano a Lozoya, a quien había conocido 15 años atrás cuando ambos vivían en la costa este de Estados Unidos.

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La lucha por la CdMx es de Morena

Joaquín López Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que dime quién es tu abogado y te diré quién eres. Florestán

En una frecuencia más baja, pero más decidida que la lucha por la Presidencia de la República, se está dando la batalla por Ciudad de México, donde de nuevo y como siempre, solo la izquierda tiene candidatos, espacio capitalino donde el PRI y el PAN electoralmente no existen.

Es Morena, donde ya con su candidato presidencial decidido desde su fundación, Andrés Manuel López Obrador, se ven más aspirantes al cargo que hoy ocupa Miguel Ángel Mancera: Claudia Sheinbaum, la favorita del tabasqueño, su más fiel y leal escudera y compañera incondicional de sus cruzadas; Ricardo Monreal que, como he dicho, sería el más formidable de los candidatos, y Martí Batres.

Esos son los nombres, que en realidad se reducen a dos, Sheinbaum y Monreal, y luego a uno, Sheinbaum. Esa tómbola ya está echada, aunque debo decir que con cualquiera de los dos Morena ganaría. Esa es su fuerza y esta su ciudad.

En el PRD deben tener claro que esta capital dejó de ser el santuario, como lo fue desde la primera elección para jefe de Gobierno, en 1997, con Cuauhtémoc Cárdenas, ganando todas una tras otra, 2000 con el propio López Obrador, en 2006 con Marcelo Ebrard y 2012 con Mancera, que ni es militante.

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“¡Pinche Lozoya represor de periodistas!”

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, señala que lo que viene contra Emilio Lozoya es el sambenito de que es “un pinche represor de periodistas”. ¿Por qué?

Porque cometió el pecado capital —junto con sus abogados— de exhibir no solo el pobre periodismo que se hace en México, sino que derrumbó el montaje en su contra y se atrevió a decir que analiza presentar una demanda contra los medios y los periodistas que, más que informar, difaman.

La advertencia de Lozoya y de sus abogados enojó aún más a un puñado de “informadores” que montaron una historia de supuesta corrupción que se cae a pedazos y se desvanece en medio de serias contradicciones.

Se analiza con todo cuidado “la demanda contra quienes han difamado a mi cliente” y contra Odebrecht, dijo uno de los abogados, quien advirtió severo: “Y lo analizamos, porque si se demanda, es para ganar”, dijo. “¡Y no es amenaza!”, remató.

Luego, en tono cáustico, solicitar a los “periodistas” autores del reportaje que detonó el escándalo contra Lozoya, que “por el bien de todos, de México y de la justicia”, entreguen a la PGR las pruebas que tienen y que incriminan a Lozoya. El tono provocó el enojo de algunos reporteros, mientras que otros no pudieron contener la risa.

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Caso Lozoya, rudos 1-técnicos 0

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que sin despeinarse siquiera, el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, señalado de haber recibido sobornos por 10 millones de dólares por parte de la constructora brasileña Odebrecht, entró a la Procuraduría General de la República, declaró como imputado, y salió caminando. Desde el pasado lunes su abogado, Javier Coello Trejo, dijo que su cliente declararía y saldría de la PGR. Incluso se mofó de algunos abogados académicos —a quienes él llamó “técnicos”— que aseguraban que Lozoya tendría que ser detenido y acusado de varios delitos. El caso es que, por el momento, Coello, quien se autodefinió en tono de broma como rudo, parece haber ganado la primera caída de esta lucha. Es decir, puso el marcador rudos 1-técnicos 0. Quizá ahora habrá que revisar el papel que está jugando el réferi en esta pelea.

Calderón y Gil Zuarth, reencuentro

El ex presidente Felipe Calderón tuvo un reencuentro con un antiguo colaborador. Desayunó animadamente con el senador Roberto Gil, quien fuera miembro de su equipo más cercano en Los Pinos e incluso su secretario particular. El tema, nos dicen, fue el Frente Amplio Democrático y la situación interna en el PAN. Gil Zuarth ha sido visto muy cerca de tirios y troyanos, lo que hacía pensar que estaba distante de su ex jefe. “No tengo dueño y hablo con unos y otros”, argumenta el senador panista, que piensa que el frente, más allá del miedo a Andrés Manuel López Obrador, debe tener proyecto. ¿El nombre de Margarita Zavala habrá surgido en la conversación entre Calderón y Gil?

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que la conferencia de prensa de Emilio Lozoya, para responder a los señalamientos en su contra por presuntos actos de corrupción en el caso Odebrecht, le alcanzó hasta para bromear, horas después de que asistió a declarar a la PGR.

Una reportera le preguntó sobre la especie de que posee una casa en Miami, y el ex director de Pemex respondió que si se comprueba que la tiene, se la regala, lo que motivó incluso aplausos de algunos asistentes.

Que el vicecoordinador del Partido de la Revolución Democrática en la Cámara de Diputados, Jesús Zambrano, refutó a Andrés Manuel López Obrador, quien a través de un video en redes sociales aseguró que por lo menos 10 legisladores perredistas y más militantes se unirán a Morena.

Zambrano aseguró que dichas afirmaciones son el resultado del fracaso del tabasqueño en su intento por “desfondar al perredismo” y mantener la percepción entre la opinión pública de que sigue avanzando.

Que, por cierto, el ex delegado en Iztacalco Armando Quintero volverá a competir por esa delegación, pero ahora por los colores de Morena, al ser considerado para participar en la encuesta que se levantará en las próximas horas para ser coordinador de organización en dicha demarcación… y de ahí para adelante.

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