La madrugada del 3 de agosto, un aparatoso operativo destruyó violentamente los puestos semifijos con los que se ganan la vida 100 antiguos comerciantes a un costado del mercado municipal de Ciudad Hidalgo, Michoacán.
El despliegue de 600 elementos, estuvo compuesto por Rubén Padilla Soto en persona policías y peligrosas células de civiles armadas que trataban de confundirse entre ciudadanos y empleados del ayuntamiento.
Desde el 15 de mayo, los comerciantes que ya estaban amenazados, junto con sus representantes del Movimiento Antorchista Michoacano, encabezado por el presidente del comité directivo estatal, Omar Carreón Abud, en una reunión celebrada en la Casa de Gobierno, recibieron la promesa del gobernador, en el sentido de que no se usaría la fuerza pública para resolver ese delicado problema social.
El pasado 10 de febrero, a unos días de que el Movimiento Antorchista decidiera otorgar su apoyo a los comerciantes amenazados, también en horas de la madrugada, fue baleado con 80 disparos de arma de alto poder, el auto del dirigente seccional en Hidalgo, Víctor Gaytán Reyes.
La denuncia de hechos está presentada ante la PGJE y nada ha pasado, no hay ni detenidos ni sospechosos
El movimiento recibió de parte de la Dirección Nacional de la organización las garantías de apoyo y solidaridad necesarios para que proceda a exigir al gobierno del estado una salida viable al conflicto y el pago inmediato por daños y robo de mercancías por el operativo policiaco-civil armado que encabezó Rubén Padilla Soto.
Informamos, asimismo, que el plantón absolutamente pacífico y ordenado que sostienen cerca de 600 hidalguenses a las afueras del Palacio Municipal, seguirá en su sitio hasta que se resuelvan las justas peticiones de los más desprotegidos de este municipio michoacano.
