Cesar perez gonzalez

Un hombre que basa sus actos rodeado de lirismo, pensamientos que dibujan posibilidades tantas que al cumplir una son reducidas al olvido las anteriores; indefinición subrayada en el lirismo; obra del poeta que decida trasgredir fronteras y probar suerte con más géneros, aunque sus rasgos de escritura, paradójicamente, lo devuelvan a su origen.Un hombre que basa sus actos rodeado de lirismo, pensamientos que dibujan posibilidades tantas que al cumplir una son reducidas al olvido las anteriores; indefinición subrayada en el lirismo; obra del poeta que decida trasgredir fronteras y probar suerte con más géneros, aunque sus rasgos de escritura, paradójicamente, lo devuelvan a su origen.

“Dama de corazones”, de Xavier Villaurrutia, es prueba del interés generacional que apuntó a ingresar a nuevos caminos en su naciente carrera literaria durante la década de 1920, en el siglo pasado. Impregnado por la atmósfera vanguardista, esta obra se aparta del camino poético para ofrecer la única narración formal que a la fecha se le conoce.

Al igual que sus estadios como dramaturgo y ensayista –este último de mayor engranaje–, Villaurrutia acentúa una de sus características en la novela, el empleo del “yo” a manera de pretexto, desarrollando así la historia. Estilísticamente hablando, está hermanada con “Invitación a la muerte”, dada a conocer en “Letras de México”, en 1944 –estrenada en Bellas Artes tres años después–.

Uso de lenguaje fino, empleo de frases largas y dubitación constante, entre otros rasgos, las aproximan, pese a que “Dama de corazones” fue publicada en 1928. Como ejercicio literario ofrece hallar en el joven escritor un marcado interés por las acciones en primera persona, así lo demuestra también gran parte de sus “Nocturnos”, piezas fundamentales en su trabajo.

Sin embargo, la novela –escasamente corta– tiene como todo lo que rodea a Xavier Villaurrutia un halo de misterio: si bien apareció en 1928, las fechas de escritura al final corresponden a 1925-1926. De esta afirmación se desprenden dos hechos: “Dama de corazones” fue terminada de escribir antes que apareciera “Reflejos”, el primero de sus poemarios.

Asimismo, ante ello, ha observado la crítica, Villaurrutia habría decidido –terreno de las posibilidades– fecharla en esos días para hacer cuadrar su novela con otras narraciones que el grupo de Contemporáneos ofrecía y/o estaba por dar a prensa. A pesar de eso, testimonios del también dramaturgo indican que si bien no estaba lista, el ejercicio al menos se encontraba en diseño.

Aunque en sentido estricto hay antecedentes con Gilberto Owen y “La llama fría”, de 1925, es decir, con el ajuste cronológico Xavier Villaurrutia no asume el papel de quien inaugura una inquietud –bandera de “Ulises–, sino opta por el sitio que le incumbe para no entrar en polémicas, incluyéndose en la línea de estilo que orienta a la generación a seguir otras vías creativas.

En esta rúbrica quedarán inscritas “Margarita de niebla”, de Jaime Torres Bodet; “El joven” y “Return ticket”, de Salvador Novo, y del mismo Owen, “Novela como nube”, serie de relatos que de 1925 al final de la década mostraban a quienes se agruparon en Contemporáneos como autores versátiles, aunado a que todos practicaron la crítica.

Precisamente, los elementos en que por separado se ligan estas narraciones indican la preocupación de los escritores jóvenes, buscando ejercer hasta donde fuera posible en libertad su quehacer literario. En el caso de Villaurrutia es el ámbito menos abordado junto a la labor como guionista, de los que menos se tratan en la esfera cultural.

Incluso, se puede explicar debido a que continúa siendo más seductora su poesía y ensayos, cuestión de enfoques. Sin embargo, “Dama de corazones” y las subsecuentes novelas de la generación señalan cómo fueron asimilando movimientos vanguardistas y qué rescataban de ellos para beneficio propio. En lo lírico, Salvador Novo daba cuentas, pese al localismo Carlos Pellicer también rescataba fragmentos.

En contraste, ninguno de los Contemporáneos dio el siguiente paso, y en el caso de Villaurrutia apenas se conservan fragmentos de sus diarios en las “Obras” que rodeados –nuevamente– de ambientes separados acceder a ellos implica cierta reserva, tal vez por eso observar “Dama de corazones” a la distancia requiere por fuerza mayor referentes globales.

Al igual que su obra dramática, la novela ofrece a un escritor que no cesa en intentos por definirse: ahonda y repliega, se atreve denotando inquietud. La poesía no sembrará dudas del camino elegido, pero su narrativa lo expone ágil en lenguajes y proclive a la narración; en lo argumental y disposición del subgénero opiniones se agrupan, hecho que comprueba su importancia en la literatura mexicana actual.

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.