En Al Hoceima, miles de personas no han dejado de manifestarse desde hace meses para exigir mejores servicios de salud y empleos así como la libertad de su líder Nasser Zefzafi y de otras personas a quienes el gobierno acusa de amenazar la seguridad nacional.
Marruecos, que en 2011 vio cómo su población salió a las calles a exigir mejor acceso a servicios básicos, el final de la corrupción y una menor concentración del poder en manos del reino, vive desde el pasado mes de octubre continuas protestas que en mucho se asemejan al 2011.
Lo anterior, es consecuencia del descontento que ha provocado la muerte de Mouhcine Fikri, un pescador quien buscaba recuperar su producto confiscado por el gobierno y perdió la vida al ser triturado por un camión de basura.
Con lo que miles de personas además de señalar la muerte de Fikri como un hecho inadmisible, evidenciaron la situación en la que se encuentra la población en general, por lo que se creó un movimiento llamado Popular de Alhcemas liderado por Nasser Zefzafi.
A través de esa organización y mediante el uso de redes sociales, se divulgaron noticias y se convocó a manifestaciones, mismas que rebasaron la frontera de, área llamada Rif, comenzando a desarrollarse en Rabat y Casablanca, las dos ciudades más importantes.
Protesta social
La región del Rif, ha sido un referente marroquí en tanto a la protesta social ya que, ahí dio comienzo la Primavera Árabe en el país, contagiada de las revueltas en Túnez, primer suceso de este período.
Rif se distingue por ser una zona activa en la explotación de los recursos del mar, pero también por ser un espacio donde las personas se consideran “marginalizados” al tener una alta concentración de población rural, que de acuerdo con el Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (Cerai), es una de las zonas más empobrecidas y que aún se enfrentan a los estragos de un terremoto en 2004.
Sin embargo, la población manifestante, es considerada por el gobierno como “separatistas” y es acusada de recibir ayuda extranjera. Así que ha emprendido una serie de acciones para detener a líderes del movimiento así como participantes del mismo.
Tras la reciente detención de Zefzafi, quien fue apresado en su domicilio junto con otros manifestantes y a quienes se les imputa el cargo de “amenaza a la seguridad nacional”. Se ha elevado el número de protestas que exigen su detención, pero también ha motivado a que asociaciones de derechos humanos señalen las irregularidades en la detención de manifestantes.
Aplican fuerza pública
Según informa el portal swissinfo, las manifestaciones incluso, han intentado ser dispersadas por equipos antimotines. De acuerdo con las autoridades, el rally de detenciones ha logrado alcanzar a más de una veintena de personas, pero la prensa local ha afirmado que se han aperturado juicio contra 32 manifestantes, señalados como víctimas de tortura y blanco de redadas.
El portal Aljazeera reporta que de acuerdo con la Asociación Marroquí de Derechos Humanos han llevado a cabo hasta 70 arrestos en toda la zona y 50 en las últimas horas, lo que contradice la cifra otorgada por el gobierno.
A pesar que Abdelouafi Laftit ministro del interior, ha realizado una visita a la zona, las manifestaciones no parecen cesar en el futuro inmediato.
