Bahá'í, la comunidad religiosa que sufre persecución en Yemen. Foto: UN News
Bahá’í, la comunidad religiosa que sufre persecución en Yemen. Foto: UN News

La ONU ha afirmado que en Yemen, que sufre una guerra civil desde hace 2 años, hay una escalada en el acoso al grupo religioso bahá’í que cree en la igualdad de género y cuenta con unos 300 mil creyentes, de los que al menos 25 han sido encarcelados sin cargo.

El relator sobre la libertad de religión de la ONU, Ahmed Shaheed, expuso que, en la actualidad, la comunidad bahá’í es víctima de persecución y comparó este nivel de acoso con aquel que sufren los creyentes en Irán y afirmó que las acciones del gobierno tienen por fin que el grupo religioso “se retracte de su fe”.

Lo anterior es dicho luego que se haya conocido que el gobierno de Yemen, país que sufre una grave crisis humanitaria derivada de una guerra civil, haya encarcelado a 25 bahá’ís sin cargo alguno.

Ello preocupa a la comunidad internacional debido a que temen los niveles de persecución puedan alcanzar a los presentados en Irán, donde hasta 200 integrantes de la minoría religiosa más grande no musulmana han sido ejecutados.

Los bahá’í creen que Mahoma, Krishna, Jesús, entre otros personajes religiosos, han sido manifestaciones de Dios, reconociéndoles como educadores, sin embargo, piensan que el último de los profetas fue Bahá ´u´llah, fue quien enseñó a la comunidad que las religiones del mundo vienen de un mismo origen.

Los bahá’í apuesta al entendimiento inclusivo

La religión se originó en Irán en el siglo 19 y en la actualidad alberga un aproximado de 300 mil creyentes, de acuerdo con el Observatorio de Prensa de Irán, quienes apuestan a la unión, la educación, la igualdad entre géneros y el entendimiento inclusivo.

En Irán, algunos segmentos de la población y una gran mayoría en el gobierno los considera como herejes, ya que no reconocen a Mahoma como el último profeta. En el marco de la revolución iraní en 1979 y con una exacerbación religiosa, los bahá’í fueron puestos en una situación de vulnerabilidad.

Dicha posición les convirtió en blanco de ejecuciones y discriminación en educación y el plano laboral, que persiste en la actualidad porque no pueden ingresar a algunas carreras militares ni tampoco, como lo informa el diario Wall Street Journal, pueden instaurar lugares de oración, debido a que la ley lo prohíbe.

La situación ha llevado a considerar a este grupo religioso como una población de “segunda clase”, a quienes tampoco se puede documentar, ya que no se les emiten certificados de matrimonio ni tampoco de muerte.

En 2008, fueron arrestados siete de los líderes de la religión a quienes se les imputaron cargos de espionaje y sabotaje. Human Rights Watch, que se ha encargado de investigar acerca de los procesos judiciales de los detenidos, indica que deben ser puestos en libertad por falta de evidencia respecto a los delitos que se les imputan y enfatiza que no han tenido acceso a un justo y público juicio.

Pero la población religiosa en general ha sido víctima del acoso policial y de otro tipo de campañas como el cierre de negocios y los encarcelamientos injustificados que ascienden a 100, según indica la prensa internacional.

Hassan Rouhani no ha llevado paz a comunidad

La Comunidad Internacional Bahá´i aseveró que el recién reelecto presidente Hassan Rouhani no ha cumplido con la promesa de traer paz a esta comunidad religiosa, pues tan sólo en enero de este año arrestaron a 16 personas y se desplegaron más de 20 mil piezas de propaganda en contra de la religión minoritaria.

La organización antes mencionada establece que, desde 2005, se han documentado al menos 68 atentados en contra de algún integrante de dicha religión o a un área de encuentro de la comunidad como lo son cementerios o lugares sagrados.

Recientemente, el gobierno de Estados Unidos, vía la portavoz del Departamento de Estado, ha condenado la detención de bahá’ís a quienes, considera, se les ha imputado cargos de espionaje y propagación de propaganda contra el régimen.