Columnistas-GuillermoAlbertoHidalgoVigueras

Preocupantes y en momentos realmente alarmantes, son las condiciones en que se encuentra sufriendo nuestra sociedad por esa violencia desmesurada, desencadenada en un principio por aquella “Guerra contra el Narcotráfico” desatada por Felipe Calderón que nada bueno trajo, y ahora, por esa “Lucha frontal contra el robo de los Hidrocarburos” que seguramente nada bueno traerá de nueva cuenta a nuestro México.

Muchos, ¿cientos, miles, centenas de miles de muertos? vaya usted a saber cuántos más se necesitan para estas acciones salvajemente planeadas, por aquellos que poco o ningún amor tienen por nuestra Patria.

Nadie puede o quiere ver la realidad de estos problemas, nadie queremos o podemos darnos cuenta, de cómo empezó esta vorágine que ahora todos lamentan y que, si me apuran mucho, los partidos están usando como argumentos de una u otra forma con fines electorales, o electoreros en camino al 2018.

No queremos, o no podemos darnos cuenta, que eso que ahora tanto está de moda en los políticos de toda cepa decir: “el desmembramiento del tejido social” no ha sido provocado por otra cosa que no sea por la impunidad, por la corrupción y el cínico destrozamiento logrado por muchos políticos de nuestros glamoros partidos en contra de nuestra sociedad, y que ahora, no sólo se burlan de la ciudadanía y de los que menos tienen, sino que en la actualidad, ellos se dejan agarrar o provocan sus detenciones peliculescas (que es lo mismo) a sabiendas que de todas maneras nada podrá este sistema de justicia penal nuestro, que nació podrido, o cojo por alguna tenebrosa y perversa razón.

Mientras tanto, mueren ciudadanos a diestra y siniestra, soldados, policías, civiles, delincuentes o no y entre todos ellos, niños, mujeres, jóvenes, hombres y ancianos y no se ve que nadie sienta remordimiento o deseo de acabar con esto, que no sea mayor que el salir en los medios a jugarle al Mesías y son pocos los que saben, conocen, o aceptan, que esto que lleva seguramente décadas con la complacencia de políticos, partidos, sindicatos y grupos delincuenciales, no se puede resolver de un día para otro y que la estrategia, no es frontal sino de inteligencia, ¿combate? sí por momentos y atención, sobre todo, mucha atención a los que menos tienen y que han sido arrastrados por este fenómeno en poblaciones enteras.

Si usted se quiere dar cuenta y sólo por hacer un símil, utilizaron las mismas estrategias que usa el narcotráfico para atraer clientes, pushers, dealers, crean la necesidad les dan el remedio y luego, es imposible que dejen las drogas.

Así se hizo aquí, fueron metiéndose sobre las rutas de hidrocarburos, con los poblados de los que menos tenían, de los menos atendidos y les fueron dando necesidades, soluciones, beneficios y hasta lujos, y como bien mencionara el gobernador Antonio Gali “hasta encontrarnos con “halconcitos” mexicanos menores de edad ganando más de 12 mil pesos” desmembrando así su núcleo familiar, y con esto el social de cada comunidad.

Y ahora, todos se asustan, ahora todos tiemblan, ¿o solo temblamos los que no estamos metidos en esto?, pero queremos al país, los que no votamos por ninguna ley educativa, en la cual se quitaran materias formativas como las de civismo, o valores, o tantas actividades que nos vinculaban con la patria y con el respeto a los demás.

¿A quienes conviene un México destrozado e ignorante?, ¡porque ahora nos estamos enfrentando en encarnizadas luchas con nuestro ejército emanado del pueblo?, que mucho hace cuando se le necesita y nada nos pide, ¿quién hizo que se odiaran a los policías? como si todos fueran corruptos, no dándose dan cuenta que la mayoría vive en cinturones de miseria y que solo algunos personaje asquerosos y especiales que de ninguna manera podrían justificar lo que tienen no están en esas condiciones y nada les hacen.

¿A quien le interesa un México débil, desangrado y enfermo, porque no se analiza como llegamos hasta aquí, y sólo se inventan estúpidas estrategias que nos enfrenta cada vez más entre mexicanos?, subiendo el volumen a la violencia, de la destrucción a muerte, ¿quién quiere gobernar sobre ruinas y jóvenes envenenados, sobre familias deshechas y pueblos incendiados?, ¿porque ahora nos odiamos los que siempre nos dijimos hermanos?, ¿porque no unirnos pueblo y gobernantes, policías, civiles y soldados, hombres y mujeres, jóvenes y viejos…
en contra de esos desgraciados.

¿o no?
Juzgue Usted
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