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Divisiones del PRI y PAN favorecen a Morena en Puebla

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que los enfrentamientos entre los grupos locales dominantes del PRI y el PAN está siendo el mejor caldo de cultivo para que el partido de Andrés Manuel López Obrador, Morena, se convierta en el gran triunfador en las elecciones de 2018, aún sin contar con grandes figuras para esos comicios.

Localmente el PRI se encuentra fracturado, dividido y sin un líder que unifique a los principales grupos que lo componen, varios de los cuales han comenzado a tender puentes con los operadores de López Obrador ante el previsible escenario de que el PRI siga estancado en el tercer lugar de las preferencias electorales.

De los grupos priístas, el dominante es el encabezado por el ex gobernador Mario Marín Torres, quien sin cargo sigue recorriendo el estado y reuniéndose en comidas y encuentros pueblerinos con diferentes liderazgos regionales y municipales, lo mismo en Tehuacán que en la Sierra Norte, la Mixteca o la Sierra Negra.

En los hechos, Marín se ha quedado como la única figura priísta capaz de convocar y sumar a diferentes grupos y estructuras del tricolor, sobre todo del interior del estado. El ex gobernador Melquiades Morales ha perdido esa capacidad, sobre todo por la activa y abierta participación de familiares suyos, como su hijo Fernando Morales Martínez o su sobrino Jesús Morales Rodríguez, en operaciones encaminadas a dividir al PRI en beneficio de los candidatos del PAN o del ex gobernador Rafael Moreno Valle.

La partida del ex gobernador Melquiades Morales Flores hacia Costa Rica, donde fue nombrado embajador, marca también el epitafio de su corriente política representada por el grupo 24 de Mayo.

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“Morena busca organizarse”, el mensaje de Manzanilla

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, señala que desde la dirigencia estatal del PAN y lo que queda del morenovallismo, que aún es mucho, deberían seguir con especial atención los pasos que da Fernando Manzanilla Prieto al interior del partido de Andrés Manuel López Obrador, Morena.

Saber de su participación en el mitin de la Plaza de la Democracia celebrado el 18 de febrero debió encender las alarmas en la presidencia del blanquiazul, y así ocurrió, pero más lo tendría que haber logrado el hecho de que en los días posteriores a ese acto público se confirmara el fichaje de Manzanilla como uno de los principales operadores de Morena en territorio poblano.

Manzanilla Prieto, ex titular de la Secretaría General de Gobierno y cuñado del ex gobernador Rafael Moreno Valle, con quien tiene serias y evidentes diferencias, es uno de los personajes encargados de preparar la estructura electoral de Morena para los comicios de 2018 en el estado.

El ex funcionario y (¿aún?) militante panista quiere ser candidato, no a gobernador, como se ha especulado, sino a senador, lo que podría llevarlo a competir de manera directa con Moreno Valle, en caso de que este no consiga hacerse de la candidatura presidencial en el PAN.

Pero más que eso, lo que muestra la inclusión de Manzanilla como operador de Morena es el deseo de algunos dirigentes de este partido político (¿acaso López Obrador?) por ordenar y organizar a sus seguidores.

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Un hermafrodita político

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intoleramcia Diario, indica que las modas en la política parecen no tener límites. Hace unos años era disfrazarse de chapulín, saltando de un cargo de elección a otro, sin terminar el anterior.

Así veíamos a decenas de presidentes municipales, diputados locales y federales y hasta senadores, solicitando licencia para buscar cargos también de elección, pero de mayor envergadura.

Después vinieron los camaleones, que empezaron a cambiarse de partido como se cambiaban de calzones. Sin importarles verse como meretrices, hay políticos que en su haber suman la friolera de cinco partidos en su currículo. Que por cierto, de esos en Puebla hay un puñado.

Pero ahora llegó la moda de la doble personalidad. Por lo visto, para nuestros políticos ser chapulín o camaleón no les fue suficiente y ahora algunos buscan ser dos veces animal.

Anteriormente brincaban de un puesto a otro o cambiaban de partido de un día para otro. Pero ahora lo hacen de manera lenta, al igual que las orugas se transforman en mariposas. Y en ese trance hay un tiempo en el que no saben si son orugas o ya son mariposas.

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Alejandro Armenta, entre la indefinición y el oportunismo político

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que los que conocen de cerca a Alejandro Armenta Mier saben que su principal problema es que es un político irascible e indeciso, sin convicciones, que es crítico en ciertos momentos y luego se retracta. Por eso en el presente no sabe decidir si entrar al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) o quedarse en el PRI. Esa condición provocó que hace siete años no fuera candidato a la gubernatura del estado o la alcaldía de Puebla, pese que tenía el respaldo de la entonces dirigente nacional del tricolor, Beatriz Paredes Rangel.

A eso se debe que esté dando el espectáculo de acudir a la ciudad de México a un acto público de Morena, de tomarse una foto sonriente con Andrés Manuel López Obrador y firme un acuerdo con esa fuerza política, para después aclarar que no deja el PRI y que no apoya a López Obrador en su proyecto de ser candidato presidencial. Dicho de otra manera, el legislador tiene una revoltura de pensamientos y no sabe poner orden a sus ideas.

Y se exhibe como un político que se acerca a Morena para presionar al PRI, y que al final lo único que le interesa es obtener una candidatura de alguna de esas dos fuerzas políticas. Lo cual lo coloca como un mercenario, un personaje que no tiene convicciones.

En el acto del domingo pasado estuvieron tres poblanos destacados: los senadores Luis Miguel Barbosa Huerta y Manuel Bartlett Díaz, además de Alejandro Armenta Mier. Los dos primeros son políticos de izquierda, que están de lleno con Morena, más allá de que si obtienen o no una candidatura u otra posición, y sin importarles el riesgo de que Andrés Manuel López Obrador pierda su tercera búsqueda de la presidencia de la República. Mientras que el priista actúa como un adolescente, que va a un evento político y no sabe si le gusta o no le gusta.

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Bartlett y su “delfín” Armenta

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que Alejandro Armenta Mier engaña a priistas con su versión de idoneidad ideológica con Andrés Manuel López Obrador, tras la firma del pacto de nación impulsado por el líder nacional de Morena para el 2018.

Y es que en cada oportunidad que tuvo frente al político tabasqueño, Armenta siempre quiso intercambiar su firma en el documento pejista por la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla.

Ya si los priistas se la compran será por ingenuos, por no decir pendejos, pero lo cierto es que Armenta Mier, último líder estatal del PRI con Mario Marín y ex coordinador de la campaña perdedora de Blanca Alcalá en el 2016, recibió un rotundo NO de López Obrador.

Después de la derrota priista en Puebla, Armenta tuvo como interlocutor al senador del PT y ex gobernador de Puebla, Manuel Bartlett Díaz.

Bartlett sumó a su causa a Alejandro Armenta ante la dificultad que representa para su proyecto Rodrigo Abdala. López Obrador y todos los poblanos creen que el sobrino de Don Manuel está muy verde.

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Caso Duarte: el fallo de las instituciones

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, señala que la aprehensión de Javier Duarte en Guatemala ha generado, en tiempo récord, muchas y muy variadas interpretaciones.

Que si se trata de un distractor para desviar la opinión pública de casos de corrupción que salpican a lo más granado de la élite política nacional.

Que si es la tan anhelada arma letal a utilizar en contra de Andrés Manuel López Obrador para cuadrarle una serie de relaciones perversas con el veracruzano y aniquilar el halo de santidad política que lo tiene muy adelante las encuestas rumbo al 2018.

Que es un muy poderoso desinfectante mediático, que busca limpiarle la cara al presidente Peña y su grupo, vendiendo la efectividad de una supuesta cruzada anticorrupción que en teoría intentaría sanear la política y el servicio público nacional y que en el papel serviría para subir los bonos del candidato priista al gobierno del estado de México, terruño del jefe del ejecutivo federal y sus secuaces.

Todas ellas, por diferentes que parezcan, pueden tener cierto grado de razón y se han convertido en la columna vertebral del debate nacional sobre el tema.

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Falta mucho pero Moreno Valle ya alcanzó a Margarita

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, indica que la más reciente encuesta de México Elige de Sergio Zaragoza y Aldo Campuzano, publicada la noche del domingo en SDP Noticias, es la prueba viviente de que la precandidatura presidencial de Moreno Valle goza de cabal salud como los miembros de su equipo pregonan. Aunque entre los panistas todavía le lleva una amplia ventaja, el ex gobernador poblano logró su objetivo de manera más rápida de lo previsto: alcanzar y empatar hasta quien hace tres meses ostentaba una ventaja que parecía inalcanzable.

De acuerdo con el sondeo, a población abierta, Margarita Zavala goza de 26.3 % de las preferencias, mientras que Moreno Valle la empata con 26.0 % de las menciones. Muy atrás ya se queda el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, con 16.5 % de las preferencias.

El cruce de tendencias es importantísimo, pero sobre todo está provocado por el desplome de la esposa de Felipe Calderón, quien viene cayendo de forma consistente mientras que el poblano va a la alza. En un mes, Margarita Zavala perdió 5 puntos de apoyo y cayó de 31 a 25 puntos, mientras que el ex gobernador sólo creció 4 décimas de su 25 % previo, lo que le permitió alcanzar a la ex Primera Dama.

Como ya hemos relatado en este espacio, la metodología de México Elige fue la más atinada en 2016 al medir correctamente los triunfos en 11 de las 12 entidades, no sólo en victorias sino en porcentajes de votación, algo que ninguna de las grandes encuestadoras del país pudieron hacer. Su metodología se basa en entrevistar a usuarios de Facebook, más propensos a decir la verdad a la hora de responder los cuestionarios que los entrevistados en calle.

¿Qué hizo bien Moreno Valle para alcanzar a la que parecía inalcanzable Margarita Zavala?

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Lastiri y Marín entre los Beneficiarios de Javier Duarte

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, señala que concluido el proceso electoral de 2010, y con una Secretaría de Finanzas técnicamente quebrada, Mario Marín y Juan Carlos Lastiri buscaron el apoyo del recién electo gobernador de Veracruz, hoy preso en Guatemala.

La idea era clara: que el líder de los priistas veracruzanos se hiciera cargo de una buena parte de los gastos que representaría la terapia intensiva de un partido sin gobierno.

Una vez que Javier Duarte tomó las riendas del gobierno de Veracruz, y empezó a tejer —como todo gobernador— sus sueños expansionistas, aceptó con gusto el reto y envío a Puebla —previa autorización del hoy prócer de la Democracia: Humberto Moreira, a la sazón líder nacional del PRI—a un delegado afín a Duarte.

¿Su nombre?

Rufino Márquez.

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