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“Divide y vencerás es la máxima bajo la cual opera a la perfección la partidocracia”.
Abel Pérez Rojas

Diferentes asuntos relacionados con la política partidista ocupan los principales espacios de los medios de comunicación en México, lamentablemente esto va en detrimento de otros temas verdaderamente importantes, que frecuentemente terminan siendo llevados a la misma cesta de la lupa partidista.

Como su nombre lo indica, todo aquello que es llevado a los terrenos de la política partidista, termina “partido”, fragmentado por los intereses de grupo y por las pugnas que en el fondo son alimentadas por la avaricia y la sed insaciable de poder y de los suculentos presupuestos públicos.

Todo lo anterior, aunque no sea llevado al plano de lo consciente, es en esencia una de las causas que provoca el hartazgo y alejamiento de muchos ciudadanos de los asuntos que tienen que ver con el bien marchar de la “polis, aquellos que están más allá de las fobias y filias partidistas”.

Te comparto estas líneas después de que en los más recientes meses he dedicado mis artículos y vídeos a revisar distintos asuntos de carácter político, y que ineludiblemente en muchas ocasiones derivan en revisiones de temas partidistas en boga.

Pero, ¡qué alivio es poder acudir en cualquier momento a lo que están haciendo organizaciones no gubernamentales vinculadas con tareas humanitarias!, o darse tiempo para revisar tópicos filosóficos o temas vinculados con la ciencia y la tecnología.

Créame que es reconfortante desprenderse del encasillamiento promovido por un sistema que usa como fachada la partidocracia.

Ese privilegio que todos tenemos, pero que sólo relativamente pocos ejercemos de ir y venir por el saber universal, es antídoto efectivo para la toxicidad electoral.

Si abandonamos el privilegio de discurrir libremente, corremos el riesgo de ser peones en las pugnas fratricidas electorales, que por cierto en nuestro país son constantes.

No se piense que esta libertad que me he tomado para discurrir como lo vengo haciendo, sea una forma de alentar el cierre de ojos frente a los problemas graves de nuestro país, por el contrario, es sólo una forma de tomar aire, conscientes de que el desentenderse de ello sólo empeora la situación.

Ver que no todo es política partidista es una forma de resistencia y de sobreponerse a lo que bien llamó Javier Sicilia: ceguera partidocrática; esa que afecta a la vida política, a los partidos y a los gobiernos, y que bien lo dijo el poeta:

“Empecinados en sus luchas electorales por el poder, encerrados en esa franja intocada de la realidad de sus oficinas, de sus salarios y de su burbuja de clase, han perdido de vista que el país está balcanizado por el crimen y la corrupción de las instituciones; que los ciudadanos, destrozados por la inseguridad y la impunidad, no miramos en ninguno de ellos una alternativa política; que entre ellos y nosotros hay un divorcio y una lejanía cada vez más hondos, y que el país corre el peligro de entrar en un nihilismo sin retorno o en formas aberradas del autoritarismo”.

Así que no perdamos de vista el actuar de los partidos políticos para tratar de cerrarles la llave de las arcas públicas, pero nutrámonos de muchas otras cosas para mantener la esperanza y la posibilidad de cambiar la situación.
¿Qué le parece?

Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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Nació en Tehuacán, Puebla, el 6 de enero de 1970. Es poeta,conductor de programas de radio, académico y gestor de espacios educativos. Funda y coordina Sabersinfin.com