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Escenarios rumbo al 2018

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que hacer prospectiva sobre quiénes podrían ser los candidatos de Puebla en 2018 resulta muy complicado por una serie de variables impredecibles a estas alturas, que modifican cualquier escenario.

Lo que sí resulta claro es que la elección del domingo 4 de junio en el Estado de México (EdoMex) tendrá repercusiones nacionales y locales, dependiendo de quién gane o quién pierda esa gubernatura.

Si el PRI logra retener el EdoMex, en alianza con el PVEM, Nueva Alianza (Panal) y el Partido Encuentro Social (PES), lo más probable que estas organizaciones se apuesten a una gran coalición en las presidenciales del 2018 y en los comicios para gobernador de ocho estados: Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, y para la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

El eventual triunfo del Alfredo del Mazo Maza no sólo revitalizaría al PRI, sino que le ayudaría a evitar el éxodo masivo de cuadros en algunas entidades del país —Puebla incluida— hacia el partido de Andrés Manuel López Obrador: Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Si, en cambio, Morena se alzara con la victoria en el Estado de México, la figura de López Obrador como futuro presidente de México no sólo se potenciaría por encima de otros aspirantes, sino que el PRI, el PRD y otros partidos —con excepción del PAN— se desfondarían en casi todo el país.

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Sube tensión preelectoral en el panismo

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que lejos de desaparecer, las diferencias políticas existentes entre Rafael Moreno Valle y Eduardo Rivera Pérez parecen condenadas a incrementarse, a partir de la elección de gobernador que se celebrará este año en el Estado de México.

La definición del ex presidente municipal de Puebla como delegado del CEN del PAN para la contienda de gobernador en esa entidad le da más motivos al ex mandatario poblano para ver con peligro un eventual triunfo de Josefina Vázquez Mota.

Si la elección del Estado de México fuese ganada por Vázquez Mota, por cierto nacida en Teziutlán, el dirigente panista Ricardo Anaya se sumaría un importante triunfo personal, por haber orquestado la designación de la candidata, y Moreno Valle perdería la oportunidad de alentar –en beneficio propio—un discurso interno en contra de las “imposiciones”.

En pocas palabras, el líder del CEN ascendería en la puja por la candidatura presidencial y el ex gobernador poblano retrocedería.

Esa condición, el enfrentamiento indirecto entre aspirantes panistas a la presidencia de la república, es la que ha obligado a los poblanos a mirar con especial interés el desarrollo de los comicios en el Estado de México.

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Libro, video, futbol y lo que haga falta

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que dicen los especialistas en marketing político que la primera etapa para posicionar a un político es la más cara, pero a su vez la más sencilla. Llegar de cero a 50 en el porcentaje de conocimiento requiere de dinero, dinero y solo dinero.

En esa lógica, el ahora Señor de Las Fuentes siguió los consejos de sus asesores, invirtiendo una millonada para crecer en ese renglón.

Desde sus tiempos de gobernador, se nos apareció a los mexicanos hasta en la sopa, alcanzando un mediano nivel de conocimiento, nada despreciable, pero muy alejado de los punteros.

Ahora que anda por 40 por ciento de posicionamiento, se confirma que la segunda etapa para lograr crecer al nivel de sus posibles rivales ya no se alcanza con dinero.

Por eso es que el estancamiento del último mes, una vez que dejó la gubernatura, ha encendido focos de alarma en el equipo cercano al suspirante poblano.

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En el Cecyte manda ex dirigente del Panal, pese a no tener ningún cargo oficial

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que una bomba de tiempo que amenaza con estallarle al gobierno de Antonio Gali Fayad es la crisis por la que atraviesa el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Puebla (Cecyte), el cual formalmente dirige la panista Miriam Mozo, pero quien realmente toma las decisiones importantes, quien remueve al personal u otorga plazas de trabajo es el ex dirigente del Partido Nueva Alianza (Panal), Roberto Villarreal Vaylón, quien no tiene ningún puesto formal en ese organismo descentralizado.

Tal situación ya desató una crisis de ingobernabilidad ya que los padres de familia, por un lado, y el grueso de los trabajadores, por otro, en varias ocasiones han amagado con emprender paros de labores en protesta por la caída en la calidad de la educación y los abusos laborales.

Se dice que es cuestión de días para que se paralice la institución, la cual es un organismo descentralizado del gobierno del estado de Puebla que se creó en 1997 y en la actualidad cuenta con nueve planteles de educación media superior y ocho centros de capacitación para el trabajo. En algún tiempo se le consideró al Cecyte como la mejor opción para egresados de secundaria con habilidades en ciencias exactas e interés en el desarrollo tecnológico. Ahora la calidad educativa ha caído por los suelos como consecuencia del arribo de una larga lista de nuevos maestros sin formación como docentes o con respaldo académico.

Miriam Mozo fue regidora del PAN en el ayuntamiento de la capital encabezado Eduardo Rivera Pérez. Al concluir su periodo, el entonces gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas la designó directora general del Cecyte, demostrando una nula capacidad para conducir al colegio, ya que de inmediato delegó en Roberto Villarreal Vaylón, quien es su esposo, el control y manejo del conjunto de centros de educación media superior y para el trabajo.

Roberto Villarreal Vaylón tuvo un paso efímero como encargado de despacho de la dirigencia estatal del Panal, luego de que asumió el cargo en julio de 2016, fecha en que dejó el liderazgo del partido Gerardo Islas Maldonado, quien cumplió cinco años de haber estado al frente de esta fuerza política –surgida del SNTE– y en ese entonces fue nombrado titular de la Secretaría de Desarrollo Social del estado, puesto que sigue ocupando.

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La sucia Auditoría de Puebla; Villanueva, jefe de la banda

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que David Villanueva Lomelí es el Auditor del Estado de Puebla que utiliza el morenovallismo para inhabilitar al ex alcalde panista Eduardo Rivera Pérez.

Y el pillo auditor recurrió ni más ni menos que a un corrupto marinista para construir el entramado legal para dejar fuera a Rivera de cualquier cargo de elección popular en el 2018.

Villanueva es el jefe de los sicarios. El brazo de control del morenovallismo contra los enemigos del grupo y supervisa -vía las cuentas públicas- a los aliados para evitar que incumplan con su patrón.

Amparado en la protección política de que él puede auditar a todos, pero nadie a él, ha amasado una fortuna, repartida en propiedades e inversiones en Guadalajara, Jalisco, su lugar de origen.

A nadie le rinde cuentas, pero eso sí, ya le prometió a Moreno Valle que tiene todo bien armado para que Eduardo Rivera, el ex alcalde, se quede un buen tiempo inhabilitado para no aspirar en el 2018.

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PRI será tercera fuerza política en Puebla en 2018

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, señala que en la oficina del líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, se encuentran ya los primeros sondeos mandados a hacer por el partido, sobre su posicionamiento electoral en todas las entidades federativas del territorio nacional, de cara al proceso del 2018.

Es la materia prima con la que el tricolor definirá su estrategia con la que intentará mantenerse en Los Pinos: ganar las gubernaturas que estarán en juego el próximo año y hacerse de la mayor cantidad de posiciones en ambas cámaras del legislativo federal y en los congresos de los estados.

Puebla, en el presupuesto partidista, ha sido clasificado como un estado prácticamente perdido, en donde será imposible que se recupere el gobierno estatal, se perderán la gran mayoría de los municipios importantes y se tendrá una mínima representación en el congreso local, además de que será prácticamente nula la aportación poblana a las bancadas priistas de diputados federales y absolutamente nada al Senado de la República.

De acuerdo con la frialdad de los números, aquí el PRI conseguiría únicamente cuatro diputaciones federales de las 15 que corresponden a Puebla después de la redistritación aprobada por el congreso y ocho diputaciones locales de las 26 de mayoría simple que estarán en juego.

Ganaría los municipios de Ajalpan, Zacatlán, Tecamachalco y Acatlán, entre los más representativos, como modestísimos trofeos a exhibir en su cada vez más raquítica vitrina de triunfos electorales.

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El súper blindaje de Lalo: ya no lo van a poder inhabilitar

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, indica que el morenovallismo ha llegado a una encrucijada en la que cualquier decisión en torno a Eduardo Rivera Pérez va a ser costosa. Con todo cocinado para inhabilitarlo por 12 años, además de imponerle una fuerte multa económica, el CEN del Acción Nacional blindó al ex alcalde al designarlo como delegado en el Estado de México, atando tal designación al resultado electoral de ese estado, así como al futuro de la disputa en Puebla por la candidatura en 2018.

Con ese nombramiento como delegado del CEN en el Edomex, es virtualmente imposible que la Comisión Inspectora proceda a la inhabilitación de Lalo pese a tener probadas todas las irregularidades ocurridas en la cuenta pública 2013, en la que destaca la desaparición mágica de 90 millones de pesos.

¿Por qué ya no pueden hacerlo?

Porque inhabilitar a Eduardo Rivera sería considerado como un ataque directo a la campaña de Josefina Vázquez Mota. ¿Cómo tomarían los medios de comunicación de esa entidad, además de los equipos de campaña del PRI y del PAN, que el enviado nacional del albiazul fuera acusado de ratero y demás linduras durante su periodo como alcalde?

Pues le pegarían con todo a Josefina. Sus rivales dirían que claro, cómo no, así son todos los gobiernos del PAN, y si ya de por sí se encuentra en tercer lugar, terminaría de hundirse, con lo que su derrota sería atribuida a Rafael Moreno Valle.

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Los Canallitas de Dudosa Calidad de AMLO en Puebla

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, señala que si los comicios fueran hoy, Andrés Manuel López Obrador ganaría ampliamente una elección de 3.

Eso sí: sin una mayoría en las Cámaras de Diputados y Senadores, sin los hilos en la mano de la Suprema Corte de Justicia, del Banco de México y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

En otras palabras, y como diría el poeta Javier Sicilia, tendría todo para administrar el Infierno.

En su libro El Deshabitado, tras hacer un retrato terrible de López Obrador (lo acusa de lo peor, menos de deshonesto), Sicilia se abre de pecho.

Venían las elecciones de 2012, y en el movimiento que encabezaba había un debate: o votar en blanco —como proponía el poeta— o votar por AMLO.

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¿Soapap o Concesiones Integrales (Agua de Puebla)?

Tania Damián Jiménez en su columna Coordenada, publicada en Ángulo 7, indica que el mal manejo de los sistemas operadores de agua en el país no se inscribe solo a cuando están privatizados, pues en el caso de Puebla, el Soapap fue una “caja chica” de los gobiernos priistas de Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres, más del segundo que del primero.

La gestión de Marín Torres dejó una deuda en la paraestatal de más de 3 mil millones de pesos, de los cuales fueron pagados por Concesiones Integrales mil 528 millones de pesos para hacerse cargo del servicio, pero faltan mil 888.8 millones de pesos.

Por ello, la consultoría Fitch Raitings alertó que en 2019, el Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (Soapap) necesitará recursos estatales para continuar operando, pues los fondos para solventar la deuda con Banobras -que al cierre de 2015 ascendía a mil 888.8 millones de pesos– solo durarán tres años más.

Privatización no resolvió problemática
Lo anterior significa que la privatización del servicio no resolvió el endeudamiento que traía el organismo, pero además usuarios han acusado a la empresa por fallas en el suministro de agua potable, así como por cobros excesivos.

En un informe sobre la situación crediticia de la entidad poblana, Fitch Ratings reiteró que de no adquirir recursos extraordinarios del estado, el Soapap se convertirá en una “contingencia”, pues sus activos serán insuficientes para cubrir la deuda y los gastos de operación.

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