Desde el momento en que el priista Marco Antonio Mena Rodríguez tomó posesión como gobernador de Tlaxcala, el día 1º de enero de este año, los antorchistas del estado se acercaron a su oficina para plantear un pliego de demandas justas, necesarias y de su absoluta competencia. La premura con que los antorchistas hicieron su petición al nuevo gobierno obedece a dos razones fundadas: primero, que el gobierno anterior, encabezado por Mariano González Zarur, se negó en redondo a resolver ninguna y, aún más, obstaculizó con saña y perfidia aquellas que los antorchistas habían logrado en el nivel federal. Es decir: una criminal sequía de respuestas positivas a las legítimas demandas de un numeroso grupo de trabajadores tlaxcaltecas. Segundo, que días antes de salir del gobierno, Mariano González destruyó con maquinaria pesada la pequeña Casa del Estudiante “Tlahuicole”, en la que vivía un grupo de estudiantes universitarios y de preparatoria cuya pobreza les impide rentar un cuarto individual para continuar con sus estudios en la capital.

Por estas razones, el día jueves 29 de diciembre del año pasado, el Movimiento Antorchista publicó un desplegado en El Sol de Tlaxcala dirigido a Marco Mena Rodríguez, quien tomaría las riendas del gobierno estatal tres días después. En el desplegado se reseñaban los abusos, ilegalidades y falta de soluciones del gobierno saliente y se pedía, de manera respetuosa, su intervención urgente para resolver los problemas que, de manera breve, expongo a continuación:

1. Dado que los colonos cumplieron con los requisitos, pidieron la regularización de las colonias “La Independencia”, en San Cosme Xaloztoc, y “La Antorcha”, en Tlaxcala. La no solución, impide que se construyan viviendas y se introduzcan los servicios básicos.

2. Solicitaron la reinstalación de la energía eléctrica en la colonia “Héroes de Antorcha” en Huamantla, porque, es obvio, la falta de luz afecta a las familias que habitan ahí.

3. Exigieron un alto a los intentos de desalojo en la colonia Ixtenco, en donde un grupo de mercenarios, respaldado y protegido por el ahora exgobernador, pretendía adjudicarse ilegalmente la propiedad del terreno.

4. Ante la nula solución de las demandas en el gobierno estatal, los antorchistas lograron 22.5 millones de pesos en la Cámara de Diputados federal para obras en el estado; sin embargo, González Zarur se negó a reconocer la existencia de estos recursos, a pesar de que había firmado el convenio con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público el 1º de diciembre de 2016. El Gobierno sólo debía proporcionar un número de cuenta bancaria para que el dinero llegara al estado, pero no lo quiso hacer porque se trataba de “obras antorchistas”.

5. Finalmente, dice el desplegado, “la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (Fnerrr) desde el año 2002 ha buscado el respaldo de los gobiernos estatales para la atención de las necesidades de jóvenes estudiantes pobres a través de la creación y mantenimiento de un albergue estudiantil; sin embargo, durante el gobierno de Mariano González los estudiantes no han encontrado apoyo. Esto los movió a recurrir al cobijo de los antorchistas, quienes mediante sus diputados federales lograron etiquetar 16 millones de pesos para la construcción del albergue, proyecto que no inicia porque las autoridades estatales se niegan a ejercer el recurso para la construcción. En cambio, han optado por intimidar a los jóvenes, pues por tercera vez intentan desalojar a los estudiantes del inmueble que actualmente habitan, con amenazas que ejecuta personal de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET), quienes por la fuerza pretenden obligar a los estudiantes a desalojar, aun cuando legalmente esta dependencia no es la encargada de emitir notificaciones de desalojo ni mucho menos de ejecutarlas con la fuerza pública”.

El desplegado que comentamos terminaba con dos cosas que me parecen importantes: “Los antorchistas sabemos bien del cambio de gobierno que se dará en estos días; muestra de que somos respetuosos a ello no nos hemos movilizado a pesar de las evidentes provocaciones (la destrucción de la casa estudiantil), pero no dejaremos de denunciar la miopía oficial para resolver los problemas del pueblo humilde organizado en Antorcha”. Y, finalmente: “Lic. Marco Antonio Mena Rodríguez, lo hacemos conocedor de estos graves problemas que aquejan a muchas familias pobres de Tlaxcala, por lo que una vez que tome posesión de su cargo solicitamos respetuosamente sea usted el conducto para resolverlos de forma definitiva para bien de nuestro estado”. Hasta aquí lo que dijimos el día 29 de diciembre de 2016.

Pero el problema se ha agravado. A inicios de febrero de este año, personal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público nos informó que los 16 millones de pesos que la Cámara de Diputados destinó para la construcción de la Casa del Estudiante “Tlahuicole” sí fueron cobrados, pero el Gobierno decidió gastarlos en otra cosa. ¿En qué otra cosa? No lo sabemos. Y nadie nos da razón de ese dinero, lo cual constituye un delito federal. Esto movió a los jóvenes fenerianos a protestar en justo reclamo del dinero para su albergue estudiantil y para pedir que a tres bachilleratos se les otorguen las claves de funcionamiento para que puedan ser objeto de mejoras en su infraestructura por parte del gobierno federal.

Nadie en el gobierno se dignó siquiera a recibirlos. Y los jóvenes, en lucha justiciera, se plantaron frente al palacio de gobierno estatal en la capital de Tlaxcala. Y ahí han permanecido ya ¡un mes!, sin que nadie haga caso a sus reclamos que son, en resumidas cuentas, tres trámites burocráticos y el dinero para construir su casa estudiantil que, sobre decirlo, no se los darán a ellos, sino a la empresa que el gobierno estatal destine para realizar la obra. En lugar de eso, desde la Secretaría de Educación Pública del estado se ha orquestado una vergonzante campaña mediática contra los jóvenes, en la que las injurias, mentiras y exageraciones, son la constante de los amanuenses del perfumado señor secretario Manuel Camacho Higareda.

Por otra parte, las demandas de los antorchistas siguen durmiendo el sueño de los justos, a pesar de las muchas “mesas de trabajo” a las que se ha convocado a su dirigencia. Ni una sola de ellas ha caminado un centímetro. Por el contrario, y quizá como una respuesta al plantón de los jóvenes y las demandas antorchistas, el miércoles 15 de marzo, un brutal operativo policiaco en Huamantla, municipio de Tlaxcala, ordenado por el presidente municipal priista Jorge Jasso, desalojó una protesta de comerciantes informales, cuyo saldo fue la detención ilegal y arbitraria de los líderes antorchistas Rosana Esther Morales Saraoz y Mauricio Herrera Oidor, así como a los comerciantes Leonardo Mangle Luna y Arnulfo Sorrosa Olmedo. Según versiones del antorchismo tlaxcalteca, los cuatro detenidos fueron golpeados y vejados sistemáticamente por los policías municipales desde el momento en que fueron detenidos hasta que, por la noche del mismo día y tras una larga jornada de protesta de sus compañeros, fueron liberados dado que no habían cometido ningún delito.
La duda, para todos, es: ¿esta probadita de tolete es la respuesta del gobierno estatal a las demandas de la FNERRR y Antorcha? ¿Estamos en la antesala de la represión del plantón de los jóvenes? ¿Seguirán con la política gansteril y de cero soluciones implementada por Mariano González?

Si no es así, los tlaxcaltecas humildes piden soluciones rápidas y efectivas del Gobierno y respeto al derecho constitucional de manifestación y petición. Si es así, no queda más que hacer el llamado a los jóvenes y a los antorchistas para que nos alistemos para una lucha larga: que todos estén prestos a defender el derecho a una vida digna. Recuerden que la lucha templa, educa y fraterniza a los pobres, así que nada tenemos que perder. Nosotros, sus hermanos poblanos, estamos con ustedes para apoyarlos hasta donde sea necesario, tope donde tope.

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