La mañana de este sábado fueron despedidos los tres agentes de la Fisdai “levantados” por huachicoleros el jueves en Atzitzintla y posteriormente ejecutados en Maltrata, Veracruz, donde fueron hallados sus cuerpos.
Con una ceremonia luctuosa realizada en las instalaciones de la Fiscalía de Secuestros y Delitos de Alto Impacto (Fisdai) sus compañeros y familiares dieron el último adiós a los elementos que murieron a manos del crimen organizado tras estar investigando varios delitos en la zona desde hace varias semanas.
El acto fue encabezado por el gobernador Antonio Gali Fayad, quien junto a los deudos realizó guardia de honor a los oficiales fallecidos.
Previo a eso, se ofició una ceremonia religiosa para pedir por el descanso de los agentes.
Después, en grupos de seis personas se realizaron las guardias a los tres féretros y, delante de ellos, se colocaron tres fotografías con los rostros de cada uno de los investigadores.
En un ambiente de silencio se realizaron varios cambios de guardia que eran anunciados desde un templete colocado a un lado de los ataúdes.
Posteriormente, a eso hubo un cortejo fúnebre de unidades de la policía estatal y FGE sobre el bulevar Atlixcáyotl y prendieron las sirenas al avanzar sobre la misma.
Crimen se ha “infiltrado” en policías
Luego del cortejo fúnebre el mandatario se reunió en privado con los familiares de los agentes por alrededor de media hora, tiempo tras el cual se retiró sin dar declaraciones a los medios de comunicación.
Lo mismo hicieron Diódoro Carrasco Altamirano, titular de la Secretaría General de Gobierno (SGG); Víctor Carrancá Burget, de la Fiscalía General del Estado (FGE) y Jesús Morales Rodríguez, de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
En un encuentro con medios de comunicación la tarde del viernes, Gali Fayad reconoció que el crimen y la corrupción se han “infiltrado” en las corporaciones de policías municipales e incluso en la estatal, pero aseguró que se “enfrentará con todo el peso de la ley” a las organizaciones delictivas.
Los tres agentes fueron privados de la libertad el jueves tras enfrentarse a balazos con un grupo de criminales en el centro de Atzitzintla, quien posteriormente los ejecutó y abandonó sus cuerpos en Maltrata, Veracruz.
Tras el hecho, alrededor de 500 elementos de seguridad pública, entre el Ejército, la Gendarmería, así como policías federales y estatales realizaron un operativo en el lugar de la balacera, lo cual concluyó con la detención de 87 personas ligadas al robo de combustible, secuestro y otros delitos.
Entre las personas aseguradas destaca el presidente municipal de Atzitzintla, José Isaías Velázquez Reyes, varios de sus regidores y policías municipales; además, se detuvo a casi todos los integrantes de una célula de “Los Zetas”, conocidos como “Los Bucanans”.