El reducir de 10 a 4 las formas de titulación en las universidades podría ser sólo para mejorar los indicadores de educación, con lo cual habría una “simulación académica”, ya que los egresados no tendrán las capacidades para ejercer una profesión.
Así lo advirtió Miguel Calderón Chelius, académico de la Universidad Iberoamericana de Puebla, quien señaló que el acuerdo entre los rectores y la Secretaría de Educación Pública (SEP) podría tener fines políticos, es decir, que al facilitar la entrega de certificados mejorarán los indicadores en educación de quien esté en el poder.
En entrevista, afirmó que este fenómeno tiene ya varios años en el nivel básico, donde se está generando una “credencialización hueca” debido a que los niños no son reprobados aunque lo merezcan “por instrucciones de la SEP”.
Sin embargo, puntualizó que aunque las estadísticas de reprobados o personas sin título disminuyan, la realidad social “no cambiará”, pues aunque los alumnos egresen y obtengan su certificado, su conocimiento no será el necesario para ejercer adecuadamente lo que estudiaron.
Es así que aseveró que este fenómeno “podría ser peligroso” pues si se facilitan los tramites de titulación, en un futuro habrá gran cantidad de “profesionales”, pero pocos serán quienes realicen bien su trabajo.
Por ello, consideró que se tendría que reconsiderar la iniciativa y, en lugar de flexibilizar, imponer estándares altos de certificación en todas las carreras de todas las universidades, a fin de que solo obtengan títulos quienes acrediten tener el conocimiento para ello.