PrimerPlano-LoQueDicenLasColumnasDe-Mexico

2018: “Ya vimos esta película”

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, indica que Andrés Manuel López Obrador se está convirtiendo en la profecía autocumplida. En la república de las opiniones hay la sensación generalizada de que el jefe de Morena alcanzará la presidencia de la República en su tercer intento, con lo que se ha ido atemperando el sentir de grupos que antes le temían, como el sector empresarial. El daño que le ha hecho al PRI la controvertida gestión del presidente Enrique Peña Nieto, ha llevado incluso a que en los análisis de riesgo del gobierno de Estados Unidos, contextualizados por el discurso del presidente Donald Trump contra el Tratado de Libre Comercio y los migrantes, se hable abiertamente de que el beneficiado de las desavenencias entre los dos países será López Obrador. Los inversionistas extranjeros también están preocupados ante la posibilidad de la victoria del líder de la izquierda social en las elecciones de 2018, quien ha dicho que su primera acción de gobierno será someter a consulta ciudadana las reformas económicas de Peña Nieto, altamente impopulares.

No obstante, el argumento que hace prácticamente inevitable el arribo de López Obrador a la presidencia parece responder más a las ansiedades que a una realidad objetiva. En primer lugar, faltan casi 16 meses para la elección presidencial, tiempo en el que puede pasar absolutamente cualquier cosa. En segundo, el primer lugar de López Obrador en las encuestas de preferencia electoral son, en este momento, más el reflejo del conocimiento por encima de sus potenciales adversarios, que necesariamente una opción clara en la urna. En tercero, no hay candidatos aún, por lo que tampoco hay campañas.

En este sentido, ni el PRI ni el PAN han desplegado sus recursos estratégicos para lograr los contrastes, ni tampoco se sabe con exactitud qué pasará con el PRD. Algunos factores que servirán para 2018 se asomarán este verano, cuando se ponga en juego la gubernatura del Estado de México, donde se verá la profundidad de la crisis de la izquierda y qué tan profundo es el daño en el PRI. Morena probará si la fuerza de López Obrador hace competitiva a la candidata de su partido, y si el PAN trabaja unido y con eficiencia por la victoria.

Por lo demás, todo está abierto. Y más. “Ya vimos esta película”, dice Francisco Abundis, director asociado de Parametría. “Esto ya nos pasó en 2005 y 2006, y la diferencia de López Obrador era mayor”. Abundis se refiere a que la ventaja de López Obrador en las encuestas no es mayor que la que existía hace 12 años, ni tampoco los protagonistas son distintos. En aquél año, también era el PAN y luego Felipe Calderón, contra el PRD y López Obrador. El PRI no era un competidor fuerte, ante la crisis provocada por la candidatura de Roberto Madrazo, como tampoco se considera, por la caída en preferencia electoral por partido, que lo sea en 2018.

En la Encuesta Nacional de Vivienda de Parametría realizada en la última semana de enero, los mexicanos que mostraron mayor identificación partidista fueron los de Morena (22 por ciento), seguidos por los del PAN (21 por ciento) y los del PRI (14 por ciento), que han visto una caída sistemática en lo que solía llamarse voto duro. Esa militancia que se pensaba cautiva por el historial de voto, se esfumó en las elecciones federales de 2015 y las de gobernadores en 2016. El norte votó contra la reforma fiscal, inclinándose por el PAN; los estados del Golfo votaron contra la reforma energética, que le dieron al PAN victorias contundentes e impulsaron a Morena a un punto donde estuvo a punto de dar campanazos, como en Veracruz. En el sur y el centro miles de mexicanos votaron contra la reforma educativa, fortaleciendo una vez más las candidaturas de Morena, cuyo jefe López Obrador ha sido un crítico permanente de esa y todas las reformas de Peña Nieto. Estos datos, sin embargo, no significan la creación de nuevas clientelas. Según la encuesta de Parametría, lo que se aprecia es una tendencia a no votar por el mismo partido: de 47 por ciento del electorado que lo hacía en 2013, cayó a 31 por ciento de los que lo hicieron en 2015.

Aquí la columna completa

¿Y la corrupción?, señor Presidente

Leo Zuckermann en su columna Juegos del Poder, publicada en Excelsior, señala que México ha cambiado para bien. En el pasado, el gran evento de la semana hubiera sido el discurso del Presidente en el aniversario del PRI. El sábado pasado, en cambio, observamos a un mandatario tremendamente impopular defendiendo a su gobierno en la sede de su partido. Nada menos y nada más. Se acabaron las épocas del Gran Tlatoani hablando desde la cúspide de la pirámide del poder como si sus palabras fueran divinas. Ahora, en una normalidad democrática, vemos a un Presidente de carne y hueso dar un discurso, más bien mediocre, sin una pizca de autocrítica y sin mencionar el tema que más ha afectado a su partido a lo largo de este sexenio: la corrupción.

Como si no existiera, ni el presidente Peña ni el dirigente nacional del tricolor, Enrique Ochoa, hablaron de los abusos de poder, el dispendio de los dineros públicos, los conflictos de interés, el enriquecimiento inexplicable de gobernantes y el robo en despoblado. En suma, de la corrupción. Lo que vimos el sábado fue a un enfermo de cáncer, probablemente terminal, que evita el tema de la enfermedad que lo aqueja.

Tanto Peña como Ochoa optaron por otra narrativa. En su visión, el PRI es el partido que ha modernizado a México y este sexenio no ha sido la excepción. Tienen razón en presumir las reformas estructurales que este gobierno sacó adelante durante sus dos primeros años. Lo que es injusto es criticar las administraciones panistas por no haber hecho nada durante dos sexenios, ya que fue el PRI el partido que, desde la oposición, con su mayoría de votos que tenía en el Congreso, el que bloqueó las reformas que querían los presidentes Fox y Calderón. Reformas que se hicieron realidad cuando el PRI regresó a Los Pinos y los panistas les dieron sus votos: una postura muy generosa frente a la mezquindad pasada de los priistas.

En la narrativa de Peña, su popularidad es baja porque su gobierno ha sido responsable en tomar decisiones difíciles como las reformas estructurales y la liberación del precio de la gasolina este año. Se equivoca. La impopularidad no viene de ahí. Como demuestran las encuestas, la popularidad presidencial comenzó a bajar en 2014. Primero por la reforma fiscal: a nadie le gusta pagar más impuestos, mucho menos cuando se entera cómo se están abusando de ellos. A finales de ese año, recordemos, comenzaron a salir a la luz pública las muy sospechosas casas de Peña, su esposa y sus dos secretarios más importantes: de Hacienda y Gobernación.

Cuando en enero de este año el gobierno liberó el precio de la gasolina, tanto Peña como el PRI ya estaban en la lona en las encuestas. Esta medida profundizó más la caída del Presidente y su partido. Es lógico. A nadie le gusta pagar un 36% de impuestos en las gasolinas, mientras que a los presuntos políticos corruptos que se robaron el dinero de los contribuyentes no les pasa nada. Por ejemplo, aquellos que alguna vez el Presidente afirmó que eran la nueva generación de gobernantes priistas que supuestamente habían cambiado: Medina de Nuevo León, Duarte de Veracruz y Borge de Quintana Roo. El primero está siendo procesado, pero en libertad. El segundo está misteriosamente desaparecido. Y el tercero esquía confortablemente en Colorado.

Aquí la columna completa

¡Las 35 peleas de AMLO!

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, indica que el político mexicano más peleonero se llama Andrés Manuel López Obrador. Ha peleado con todos: con su familia, con su nombre y con su padre político.

1. El primer pleito de AMLO fue con un hermano, al que en su infancia mató de un balazo.

2. También mató políticamente a su padre, Cuauhtémoc Cárdenas, en un sonado parricidio político.

3. AMLO también peleó con su nombre de pila: Manuel Andrés, el que cambió porque su acrónimo era MALO. Hoy es AMLO.

4. Lleva más de 20 años peleando con Carlos Salinas, su villano favorito y jefe de “la mafia del poder”.

Aquí la columna completa

Nueva ofensiva sobre la salud de AMLO

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, señala que Denme un punto y coma de apoyo, y también moveré el mundo. Florestán

Ayer en Radio Fórmula, le pedí a Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI, que respondiera a las descalificaciones de Ricardo Anaya sobre el pronóstico presidencial, el sábado en el 88 aniversario de la fundación del PRI, en el sentido de que van a ganar todas las elecciones de junio, y se fue contra él y la candidata panista al Estado de México, Josefina Vázquez Mota, diciendo que son una fórmula perdedora.

Y se apoyó en dos encuestas que colocan a Alfredo del Mazo y al PRI a la cabeza, y otra en la que está adelante Miguel Riquelme en Coahuila, sobre Guillermo Anaya. En el primer caso apuntó que cuando Vázquez Mota fue candidata presidencial en 2012, obtuvo 18 por ciento de la votación en el Estado de México, contra 43 por ciento de Enrique Peña Nieto.

Y de paso cepilló a Ricardo Anaya diciendo que está viendo solo su candidatura presidencial, no las elecciones de junio, refiriéndose a su encuentro en Alemania con Angela Merkel. ¿Qué tiene que ver con las elecciones?, dijo, y su discurso en la Universidad de Georgetown, nada que ver con los migrantes, como presentó.

Cuando le pregunté sobre los tiempos del candidato presidencial del PRI, cuando ya están en campaña el mismo Anaya, Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Andrés Manuel López Obrador, se prendió con éste:

Aquí la columna completa

Tres senadoras del PRD a las filas de AMLO

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, indica que nos aseguran que la bancada del PRD podría sufrir una nueva desbandada hacia las filas de Morena. En este caso nos adelantan que tres senadoras: Iris Vianey Mendoza, Lorena Cuéllar Cisneros y Luz María Beristáin están muy cerca de seguir el camino de su líder de bancada, Miguel Barbosa, y declarar que se suman al proyecto de Andrés Manuel López Obrador en la búsqueda de la Presidencia en 2018. Al igual que lo han hecho algunos otros legisladores que se han pasado a las filas de AMLO, es previsible que las senadoras se mantengan en la fracción parlamentaria del PRD, pero trabajando a favor del líder nacional de Morena.

Una de cal por dos de Morena

Y como si fuera una de cal por las que van de arena, el PRD recibió en sus filas a seis diputados de otros partidos que decidieron abandonar a Morena, PRI, PVEM y PAN para sumarse al partido amarillo. Aquí, les garantizó la presidenta Alejandra Barrales, no hay persecución contra quien piensa diferente. Los nuevos legisladores perredistas rindieron protesta y hasta recibieron un ejemplar del Estatuto del PRD, ése que, dicen los mismos del partido, un día sí se saltan y otro también. Para empezar, ese documento marca que hay un proceso de afiliación que incluye la autorización de su respectivo comité estatal o municipal cuando se trata de funcionarios o legisladores de otras siglas, lo que en este caso, nos aseguran, no ocurrió.

Aquí la columna completa

La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que en el Senado sí están valorando seriamente que el tema de seguridad nacional se discuta en esta cámara si los diputados no avanzan, porque ya se fue febrero y el priista César Camacho había ofrecido ese mes como plazo al Ejército.

Dicen el panista Roberto Gil, el priista Emilio Gamboa y el ecologista Pablo Escudero que si en San Lázaro no hay definición tras el encuentro de la semana pasada con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ellos sí pueden resolver ese asunto, porque ya tienen dos iniciativas en la materia.

Que a pesar de la tan cacareada urgencia de la Cámara de Diputados por celebrar la Reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos para discutir los temas de migración, muro fronterizo y renegociación del TLC, al final de cuentas hay prioridades.

Resulta que los líderes del PRI, César Camacho; del PAN, Marko Cortés, y del PRD, Francisco Martínez Neri, entre otros, acordaron en la Junta de Coordinación Política posponer dicho encuentro, previsto para los días 3, 4 y 5 de junio, pues ese fin de semana habrá elecciones en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, y ningún legislador mexicano está dispuesto a distraer su atención en asuntos internacionales.

Que en el PRD dicen que la intención real de la dirigencia es ya dar carpetazo al asunto Miguel Barbosa, pues antes tendrían que analizar otros casos como el de la corriente Galileos en Chihuahua, que apoyó a Javier Corral, además de que ven pocas posibilidades de poderlo remover de la coordinación senatorial, pues cuenta con el apoyo de casi toda la bancada.

Aquí la columna completa