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Desvían en la SEP recursos públicos a través de asesorías fantasma

Rodolfo Ruiz en su columna La corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que una práctica común en la Secretaría de Educación Pública del estado, durante la administración del gobernador Rafael Moreno Valle, fue la entrega de millonarios contratos a favor de empresas, despachos de asesoría y consultoras que eran utilizadas para desviar recursos públicos a otras actividades totalmente ajenas a la educación.

El modus operandi de este presunto peculado era más o menos el siguiente: la SEP a través de algún organismo público descentralizado —como el Instituto de Educación Digital o alguna universidad tecnológica— bajaba recursos del gobierno federal para capacitación de profesores o alumnos en diferentes tópicos; estos cursos se contrataban por adjudicación directa a despachos o firmas previamente seleccionados; y estos despachos simulaban la impartición de los mismos, a cambio de un porcentaje del contrato, mientras el grueso lo regresaban a la SEP en efectivo.

Llama la atención que estos contratos se ocultaron en los listados completos de resultados de procedimientos de adjudicación del gobierno del estado, lo que no significa que no existan.

Los convenios más elevados de transferencia de recursos se dieron entre el propio Instituto y la SEP. Esta última le otorgó más de 46.73 mdp dizque por servicios de capacitación y de investigación científica dentro de los programas Fortalecimiento de la Calidad Educativa, Convivencia Escolar, Inclusión y Equidad Educativa.

Para tener una magnitud de este millonario desvío de recursos, que para el Congreso de Puebla y la Auditoría Superior del Estado (ASE) pasó de noche, baste mencionar que sólo el Instituto de Educación Digital —a cargo de Miguel Ángel Pérez Maldonado— firmó entre junio y agosto de 2016 más de 60 contratos y convenios por un monto global de 130 millones de pesos (mdp).

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¿Militarización de México?

Tania Damián Jiménez en su columna Coordenada, publicada en Ángulo 7, señala que organizaciones no gubernamentales han señalado que es urgente que el Ejército deje de realizar funciones de seguridad pública en el país, pues esa no es su función.

El mismo titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos Zepeda, pidió que se delimite la labor de las Fuerzas Armadas con la Ley de Seguridad Interior, coincidiendo que deben dejar paulatinamente las calles y los gobiernos municipales y estatales se responsabilicen del tema. Asimismo, pidió un mayor debate de esta iniciativa.

No obstante, una parte de la élite política insiste en institucionalizar la militarización, pese a las críticas de las organizaciones civiles que señalan que durante el sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa no resolvió el problema del crimen organizado y por el contrario agudizó los homicidios y desapariciones.

En tanto, la militarización del país también tiene molestos a los soldados que están en el campo, pues afirman que cada vez tienen más carga de trabajo, no se han incrementado sus salarios y las vacantes que dejan elementos para formar parte de la policía militar no se han repuesto.

La alternativa que ellos proponen es que se aumente el número de plazas en las fuerzas armadas, pues –indican—20 mil son “muy pocas” para combatir al crimen organizado del país y opinan que el PAN es el partido que les garantiza la contratación de nuevos elementos, mientras que con Andrés Manuel López Obrador de Morena –dicen– les irá muy mal.

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¿Y el plan del alcalde?

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que “No me conocen porque no hice campaña”.

La pronunciación de esa frase fue uno de los momentos más aplaudidos en el informe de gobierno del presidente municipal de Puebla, Luis Banck Serrato, hace ya casi tres semanas.

Que el edil expresara esa afirmación frente a sus invitados, reunidos en el Centro Integral de Prevención y Participación Ciudadana de Bosques de San Sebastián, era el reconocimiento explícito a una carencia personal en términos de posicionamiento público.

Banck Serrato se ganó esa vez las palmas no nada más por aceptar sus bajos niveles de conocimiento entre los ciudadanos de la capital, sino por dar una explicación y asegurar que ello tenía que ver con la manera en la que había arribado a la presidencia municipal de Puebla.

“No hice campaña”, expuso, e implícitamente trasladó a sus oyentes al método de designación empleado por el Congreso del Estado, en febrero de 2016, para hacerlo alcalde sustituto de la ciudad.

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Seguridad, unas de cal y otras de arena

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, señala que en el tema de la seguridad en Puebla, van unas de cal por otras de arena.

Respecto a la batalla en “La Franja del Huachicol”, parece que va en serio el anuncio del gobernador Gali y que se empiezan a dar los primeros golpes contra esta mafia.

Sin embargo, el arraigo de estas bandas en “El Triángulo Rojo”, después de operar todo un sexenio bajo la protección de la Policía Estatal y las municipales, les dio una fortaleza tal, que parece misión imposible erradicar este mal, pese a que la disposición de Casa Puebla se ha hecho latente.

Por otra parte, después de mi columna escrita el miércoles pasado, donde denuncié los errores operativos en el patrullaje del helicóptero por parte de la Secretaría de Seguridad Pública sin francotiradores en los patines de la aeronave y a una altura que impide una visibilidad suficiente para vigilar la ciudad, empezamos a ver que ahora sí ya hay policías armados en el exterior y que bajaron la altitud de vuelo para hacer un eficiente patrullaje de inhibición.

El problema de la coordinación entre los mandos de tierra con el helicóptero aún no se corrige y además, ahora iniciaron un falso patrullaje por tierra con torretas y sirenas encendidas por toda la ciudad.

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Dilema de AMLO para Puebla: evitar el “graquismo” o hacer una amplia alianza política

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que en Puebla, Andrés Manuel López Obrador enfrenta un complicado dilema: elegir entre evitar lo que en Morena le llaman el “graquismo”, que consiste en hacer aliados y que éstos después traicionan al lopezobradorismo, o en decidirse a abrir las puertas del Partido Movimiento de Regeneración Nacional para que entren destacados priistas, ex morenovallistas y ex colabores de izquierda que le permitirían armar una estructura electoral sólida para enfrentar los comicios de 2018, pero que son vistos como personajes ajenos a la lucha ideológica que el tabasqueño ha estado librando desde el año 2000.

¿Qué es “el graquismo”? Es un término acuñado entre miembros de la dirigencia nacional de Morena para hablar de políticos que han ganado importantes plazas electorales por el impulso que recibieron de Andrés Manuel López Obrador, y que una vez instalados en el poder le han dado la espalda al líder de Morena, para acabarse aliando con el PAN o con el PRI, además de convertirse en furibundos anti–lopezobradoristas.

Es claro que ese término surgió directamente por el comportamiento del actual gobernador de Morelos, Graco Ramírez Garrido Abreu, quien durante muchos años fue un opositor de izquierda en su estado, pero sin posibilidades de conquistar el gobierno de esa entidad.

En el año 2012 Graco Ramírez, aprovechando que había una ciudadanía cansada de la corrupción de los gobiernos del PRI y del PAN, que convirtieron esa parte del país en un bastión de un par de cárteles del narcotráfico, y por el impulso decidido que le dio López Obrador, pudo arrasar en la renovación de la titularidad del Poder Ejecutivo.

Una vez instalado en el poder, Graco Ramírez echó a andar un gobierno ajeno a las propuestas centrales del movimiento lopezobradorista. En Morelos la mayoría del electorado votó por el PRD por la expectativa de que la presente administración estatal estaría basada en los principios ideológicos enarbolados por López Obrador, desde que fue jefe de Gobierno del Distrito Federal, lo cual no ocurrió así. El mandatario morelense lleva una administración errática, sin cumplir con el cambio prometido, que se ha enfrentado con la sociedad civil y no ha podido frenar el clima de inseguridad.

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Marín anuló inhabilitación contra José Juan Espinosa

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, señala que el alcalde de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa, estuvo inhabilitado en 2003 para ejercer o postularse para cualquier cargo público, pero en 2004 fue diputado local plurinominal, gracias a la intervención de Mario Marín Torres, el llamado Góber Precioso.

La historia no tiene desperdicio. Se encuentra contenida en la sanción impuesta por la entonces Secretaría de Control y Desarrollo de la Administración Pública (Sedecap), misma que tuvo que revocar su propia resolución, porque Espinosa formaba parte del círculo cercano del marinismo y operaba para el entonces partido de Convergencia.

Marín acababa de obtener de la candidatura del PRI a la gubernatura y preparaba a su equipo para el arranque de la campaña electoral del 2004.

El expediente de marras es el 16/2003, cuyo resolutivo impedía a Espinosa Torres participar en la elección de ese año, donde resultó diputado plurinominal, cargo que asumió gracias a la revocación administrativa, ordenada por Marín.

A José Juan, hoy ferviente militante de Morena, se le inhabilitó porque como empleado de la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social, durante la gestión de Francisco Bárcena Compeán, se robó un teléfono, una computadora portátil y realizó llamadas por 18 mil pesos con cargo a Finanzas.

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Ubicar a Peña

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que el discurso político-triunfalista del presidente de la República, augurando un futuro de ensueño para el Partido Revolucionario Institucional en el marco de un aniversario más de su fundación, no es producto de una bravata publicitaria con fines de encender los decaídos ánimos de militantes y simpatizantes, a punto de entrar de lleno a coyunturas electorales importantísimas para ellos.

Al contrario, se trata de un reflejo fiel de cómo el actual grupo en el poder está leyendo la realidad política nacional.

Una realidad que, sobra decirlo, dista mucho de coincidir con la promesa de “carro completo” y la diatriba anti-oposición, ensayadas con peculiar fervor por el jefe del ejecutivo federal, al calor de los vítores de sus correligionarios.

La miopía oficial es tan avanzada a estas alturas del sexenio, que los obliga a minimizar el repudio casi unánime que ha generado en el país el regreso del tricolor a Los Pinos y el bajísimo nivel de aceptación de su jefe máximo, el cual se acerca peligrosamente al abismo de un dígito.

La negación sistemática de lo anterior, juega como un lente que distorsiona la obtención y el procesamiento de información para la toma de decisiones estratégicas al interior de las instancias que conforman la mal llamada “inteligencia nacional”.

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Si saben contar, no cuenten con Moreno Valle en el Estado de México

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, señala que por decisión propia o por carecer de invitación, Rafael Moreno Valle no apareció en el templete principal de la toma de protesta de Josefina Vázquez como candidata panista al gobierno del Estado de México, y como nunca antes, evidenció la distancia con la cúpula nacional de su partido. Y es que, ahí, en Toluca, estuvieron todos los que son algo en Acción Nacional, o lo van a ser en 2018. ¿Qué tipo de presidenciable se ausenta del gran arranque de batalla del 2017?

En Toluca, en primera fila, estuvo Ricardo Anaya alzando la mano de Josefina y también los Calderón —Margarita y Felipe—, así como Santiago Creel, Diego Fernández, los gobernadores emanados del albiazul, senadores y diputados federales. Todos ‘acuerpando’ a la ex candidata presidencial en la batalla que encarrilará el rumbo del 2018, ya que si el PRI pierde el Estado de México con uno de sus príncipes, no tendrá nada qué hacer en la presidencial.

Mientras el panismo se tomaba la foto de familia, Moreno Valle se fue a Guadalajara a encabezar un mitin sin mayor trascendencia que evidenciar su toma de distancia respecto del proyecto diseñado por Ricardo Anaya para el Estado de México, así como deslindarse del destino ganador o perdedor de la candidatura de Josefina.

Dos son las únicas opciones: o no fue invitado, o decidió ausentarse deliberadamente de la toma de protesta con los costos que ello implica.

Si no fue invitado —aunque circula un boletín que señala a Max Cortázar como su representante—, se confirma la tensa y gravísima situación que vive Moreno Valle con la cúpula nacional del PAN derivado de la amenaza directa para que, en caso de que juegue las contras a Josefina, el CEN prepare atraer la designación de candidato en Puebla de acuerdo con sus facultades estatutarias, tal como lo señalamos en este mismo espacio.

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Joan Sebastian y Mario Marín: la Delgada Tela de una Amistad

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, indica que ¿Qué tenían en común el cantante Joan Sebastian y el ex gobernador Mario Marín?

Algunas cosas.

Vea el hipócrita lector:

Ambos venían de abajo, del pueblo, de esa zona marginal de la cultura mexicana que sigue siendo segregada y discriminada.

Ambos tuvieron infancias difíciles, con limimitaciones económicas y marcadas por los internados.

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