Así reza el dicho popular, tras de corneado, apaleado, y sí vea usted cómo nos han informado acerca de las penurias, maltratos, vejaciones y todo tipo de abusos de que son objeto los migrantes mexicanos que han sido deportados ya de los Estados unidos de América, ante el endurecimiento de la política migratoria de Donald Trump, un personaje aberrante, caprichoso, indigno de la raza humana, sí porque personas como él y algunos nefastos personajes que a lo largo de la historia se han significado por infringir dolor y malestar a sus congéneres, no son dignos de la raza humana, y de esos precisamente es el presidente de los norteamericanos.
Se quejan de recibir malos tratos, y a simple vista se puede ver, los atan de las manos con esposas, los confinan en vehículos incómodos y en lugares insalubres y también incómodos, los deportan sin mayores investigaciones y ante la evidencia de cualquier pretexto que hasta se inventan en el acto los policía americanos; vimos las imágenes del presidente de los Estados Unidos, instar a la policía a detener y denunciar a cualquier sospechoso de inmigrante, bajo el pretexto, de ustedes los conocen, saben dónde andan y hasta donde viven, es decir, les dio amplio poder para proceder en consecuencia.
Pero por si esto no fuera poco en el peregrinar angustioso de los migrantes, de aquellos que muy probablemente apenas hayan ingresado a los Estados Unidos, los que ya tienen una familia allá, a los que sin misericordia alguna, los deportan apartándolos de sus hijos y esposos, no importan las consecuencias, el método es aplicar una ley, una decisión absurda en todos los sentidos en su contra, causando, rabia, frustración y encono en cada deportado a nivel individual, pero también a nivel nacional e internacional, porque los gobiernos de los deportados se involucran, de todas formas deben tomar cartas en el asunto y entonces las relaciones internacionales, no deben ser muy buenas, o no se encuentran por lo menos en los mejores términos.
Por eso los migrantes están sufriendo tras de corneados, apaleados, perdiendo familia, estabilidad familiar, y emocional, separación física de su familia impuesta por el odio racista, y por la discriminación anti inmigrantes, por el abuso también de quienes están ahora encargados de efectuar redadas, detenciones indebidas, violaciones flagrantes de sus derechos humanos etcétera, circunstancias que ahora ya se encarga el gobierno mexicano de amortiguar y mitigar un poco los abusos, mediante la defensoría en los consulados y a nivel de la Embajada de México en los Estados Unidos de América.
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