Columnistas-VeronicaMastretta

El Mago de Oz es un relato lleno de significados ocultos detrás de una narración anecdótica y lineal. Con el paso del tiempo encontré los significados sutiles de esta historia y me intrigaron mucho. Los cuentos fueron inventados por varios motivos: para dar lecciones de moral, para espantar a los niños e inducirlos a portarse bien mediante el miedo, para aprender lecciones necesarias para enfrentar los peligros del mundo o para dejar en las almas infantiles lecciones más profundas que les ayudaran a vivir más sabiamente. Jung fue especialista en entender eso, que la inteligencia colectiva necesaria para sobrevivir podía venir encapsulada en los cuentos y en las historias que se iban transmitiendo de generación en generación. Historias lineales que vistas desde otro ángulo contienen profundas enseñanzas. Jung decía que mientras no hagamos conciencia de lo que está en nuestro subconsciente, nuestra vida sería manejada por él y lo que nos sucede lo etiquetaremos como parte de un destino fatal e irremediable que no podemos controlar.

En el cuento de El Mago de Oz , Dorothy es una niña que acaba de quedar huérfana y llega a vivir con unos tíos bondadosos que la han acogido en su casa. Lo único que trae de su pasado es su pequeño perro. Vive en Kansas, un lugar en donde los tornados turbulentos arrasan con casas completas. La primera noche en casa de sus tíos, Dorothy se acuesta a dormir pensando que lo ha perdido todo y que no tiene hogar. Está, literalmente, perdida de sí.¿Quién no ha estado así en algún momento de su vida? A la mañana siguiente la despierta el ruido aterrador de un tornado; ella no logra refugiarse a tiempo en el sótano, por lo que la poderosa fuerza del viento la transportará con todo y casa al Mundo de Oz , tan solo acompañada por su perrito, el símbolo de su conciencia a lo largo del cuento. El país de Oz tiene un ambiente raro, como el que suele regir en los sueños. Se dice que en Oz reina un misterioso mago que tiene la solución a los problemas de todos. Háganse de cuenta que posee la magia de las promesas de un político en campaña y que solo es cosa de llegar a él para resolver cualquier problema. Dorothy desea regresar a Kansas, a casa, pero no sabe cómo. En Oz hay una bruja malvada, la bruja del Este, que desea que los habitantes de Oz no sean felices y no encuentren solución a sus problemas. Esta bruja es la personificación y el símbolo de la envidia y los prejuicios. En particular odia a Dorothy porque la casa en la que el viento la llevó a Oz cae sobre la ella y le destroza sus vestidos y su orgullo. La bruja comete un grave error humano que es el de tomar las cosas a personal y opta por juzgar en lugar de pensar. Pensar- decía Jung – es difícil, así que es más fácil juzgar y prejuiciar.

Mientras huye de la bruja mala, Dorothy encuentra y recibe ayuda de una bruja buena que representa a la sabiduría. Le regala unos zapatos rojos y le indica que debe de seguir el camino amarillo-dorado ,el camino del pensamiento y el aprendizaje que te convierte en sabio y que la puede llevar al lugar en donde se encuentra el mago que puede decirle cómo regresar a su casa. En el camino ella conocerá a un espantapájaros de paja que quiere ir a Oz en busca de un cerebro porque está cansado de ser tonto; luego a un hombre de lata enmohecido y rígido por la falta de un corazón , y por último a un león que se siente inadaptado e inútil porque es cobarde. Los cuatro amigos acompañados y el perrito, que representa también a la intuición, se acompañarán en la búsqueda del mago para pedirle lo que cada uno desea y necesita. En el camino a Oz irán sorteando peligros que los ayudarán a crecer: el hombre de paja aprenderá a pensar, el hombre de lata a sentir amor y afecto por sus amigos, y el león encontrará el valor que se requiere para defenderlos con su fuerza de los ataques de la bruja del Este y todo lo que ella significa.

Al final llegan al palacio en el que hay un gran teatro con una enorme cortina de fondo. Detrás de la cortina se escucha una voz fuerte y misteriosa, la voz del mago que no se deja ver ni tocar por nadie. Los cuatro amigos hacen sus peticiones con toda la fe que les es posible. En ese momento el perrito descorre con su hocico la cortina y detrás de ella aparece un viejito que amplifica su voz por medio de un megáfono: ese es el poderoso mago de Oz, un anciano que no puede darles nada que ellos no puedan conseguir por sí mismos. Si el mago de Oz fuera mexicano creo que fundaría un partido político.

Una vez descubierta la verdad, el león se da cuenta de que ya es valiente, el hombre de lata de que ya puede sentir y el hombre de paja ha demostrado tener un cerebro poderoso. Todo lo han aprendido y practicado a lo largo del camino para llegar a Oz. Dorothy ya tiene el valor para usar el cerebro y el corazón de manera equilibrada y ha tomado consciencia de ello.

En el momento en que se despide de sus amigos, los ladridos de su perrito la despiertan: está en la casa de sus tíos, afuera brilla el sol de la mañana y su tía entra al cuarto a saludarla con una charola en la que le lleva cariñosamente su desayuno .Dorothy cree que todo ha sido un sueño: “No hay nada como el hogar” es la última frase del cuento. El hogar está en nuestro interior y nos acompaña a dónde quiera que vayamos.

En la historia lineal del cuento aparentemente todo ha sido un sueño, pero a mí me gusta pensar que en la orilla de la cama ella encontrará unos pequeños zapatos rojos al levantarse. Los zapatos rojos son el símbolo de la pasión con que la vida debe de ser vivida, el recuerdo de que el movimiento se demuestra andando y que tenemos el poder para hacer cosas que nadie más hará por nosotros. Hoy nuestro país pareciera estar en el aire. Muchos de nosotros estamos confundidos, zarandeados por vientos huracanados , no solo cargados de ruido de amenazas , sino también del ruido cegador de los espejismos de múltiples voces políticas gritando por un altavoz, llenas de promesas mágicas para resolver nuestros problemas. Todos tenemos una tarea que hacer, algo que aportar, mucho que aprender.Sin ese conocimiento de nuestras fortalezas seguiremos siendo juguetes y nunca jugadores. Ni políticos, ni religiones, ni milagros, ni amigos, nadie nos hará nuestra tarea personal. Cerebro, emociones y valor trabajando juntos en el raro equilibrio necesario para recorrer el sinuoso y sorprendente camino de la vida.

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