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Mano dura contra Donald

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que ¿Cómo hacerle con un presidente que se desmiente a sí mismo? ¿Cómo negociar con negociadores que carecen de empoderamiento? ¿Cómo lidiar con quien actúa con esquizofrenia y pasión? ¿Cómo tratar con una persona superpoderosa, pero emocionalmente inmadura? Cómo enfrentar, pues, a Donald Trump, que todos los días juega apuestas con la Presidencia de Estados Unidos en la Oficina Oval. Con mano dura, dice el expresidente Felipe Calderón. “Como dice el dicho: ‘con esta yunta hay que andar’”, subrayó. “Hay que intentar todas las herramientas. Creo que tenemos judiciales, comerciales, diplomáticas, políticas, mediáticas (para) poner todas en juego para defender. Más vale hacerlo hasta donde tope. No es una actitud valentona, es una actitud y hay que ponernos las pilas. Ojalá haya coraje y audacia en quienes están tomando esta serie de decisiones”.

Calderón abrió el abanico de posibilidades de negociación durante una reciente conversación en Radio Capital y Efekto TV, y sin mencionar directamente al presidente Enrique Peña Nieto o al canciller Luis Videgaray –el director de orquesta del equipo mexicano que lleva casi un mes enfrentando a un mercurial Trump, lleno de incontinencia retórica–, que han buscado en estas semanas un enfoque tradicional y convencional en su trato con la Casa Blanca, estableció un espejo inopinado con su administración. Como presidente, Calderón enfrentó un boicot a los transportes mexicanos en la frontera, en violación al Tratado de Libre Comercio de América del Norte. La respuesta, discreta, fue imponer aranceles a casi un centenar de productos exportados por Estados Unidos.

Pero no fue una retaliación general. Calderón reveló –por primera vez mencionó la estrategia– que todos esos productos fueron seleccionados en los distritos de los legisladores que apoyaron el boicot a los transportistas mexicanos. El golpe quirúrgico los sacudió y no tardaron mucho en replegarse y permitir que los transportes cruzaran la frontera de Estados Unidos. El diseño de la represalia jugó con las reglas en aquella nación, donde los electores sí juegan un papel decisorio, no sólo en las urnas, sino de presión a sus representantes en el Capitolio cuando se sienten afectados. Golpeando los distritos de los legisladores belicosos, se acabó el diferendo del transporte.

“En lo comercial no estamos mancos”, afirmó Calderón. “El tratado puede dar instrumentos de retaliación selectiva, de acuerdo con el derecho, los cuales eliminen algunos flancos que son el soporte de Trump. Simplemente dejar de importar maíz amarillo para alimento de ganado. Vamos a importarlo de Argentina, de Brasil. Pongamos un arancel selectivo”. El gobierno de Peña Nieto no ha estado en esa lógica. Ni en la actitud ni en el discurso ha enfrentado con energía a Trump.

El que más directo ha sido es el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, quien deslizó esta semana en una declaración soslayada en la opinión pública, que si no hay TLCAN, como amaga Trump, tampoco deberá haber cooperación en materia de migración y seguridad. Poco se habla de esto, pero desde los 90, cuando el gobierno de Carlos Salinas puso a los agentes migratorios mexicanos a cerrar las rutas de tráfico humano que les indicaban en Washington, la colaboración entre los dos países en ese campo ha sido continua. Para Estados Unidos, México es un buffer state, un tapón para reducir la inmigración indocumentada entre el Suchiate y el Istmo de Tehuantepec.

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Cuando los políticos se comportan como bufones

Leo Zuckermann en su columna Juegos de Poder, publicada en Excelsior, indica que una de las cosas que más me chocaba de las épocas del autoritarismo priista era el exceso del formalismo en la política. Me daba flojera tanta floritura. En los eventos públicos, por ejemplo, la presentación de los presidiums podía tomar más de media hora. O, cuando un político se refería a otro, las fórmulas eran larguísimas: “Mi amigo y colega, el señor licenciado Fulanito de Tal, presidente de la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados del Honorable Congreso de la Unión, mexicano probo y revolucionario intachable, etcétera, etcétera”. Las sesiones del Poder Legislativo eran aburridísimas: se cantaba el Himno Nacional, se guardaban minutos de silencio por revolucionarios fallecidos, se leían minutas que no decían nada y, desde luego, se alababa la figura del señor Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, el licenciado, blablablá.

Por fortuna, el largo proceso de democratización fue minando este exceso de formalismo en la política mexicana. La llegada de un ranchero campechano e informal como Vicente Fox a la Presidencia hizo que el péndulo, definitivamente, se moviera hacia el otro lado. Se desvirtuaron las formas como un elemento indispensable y civilizador de la convivencia política. Del exceso de formalismo pasamos a la guasa.

En la Cámara de Diputados hemos atestiguado esta transformación. Del lacayismo con el Poder Ejecutivo el día del Informe Presidencial a la chunga contra el jefe del Estado mexicano que terminó con su expulsión definitiva del Congreso. Diputados que se suben a la tribuna sin orden alguno, cuelgan mantas ofensivas, insultan, escupen, enseñan sus dientes y prometen, cual machos alfa, que le van a romper el hocico a sus adversarios. Los medios de comunicación, fascinados por el lamentable espectáculo, reportan lo que hacen los payasos del Congreso. Transitamos de una Cámara de Diputados que parecía una acartonada versión del Sóviet Supremo, a una que semeja una troupe de bufones vergonzosos.

A lo largo de estos años he tenido la oportunidad de observar cómo operan distintos parlamentos en el mundo. Me gusta mucho el británico. Ahí he visto debates brillantes, de un vigor que sólo se entiende en una sociedad comprometida con la democracia liberal desde hace décadas. En la Cámara de los Comunes los golpes verbales son durísimos, pero con reglas muy estrictas. Está prohibida toda expresión que insulte a uno de los legisladores. Hay palabras impedidas como cobarde, imbécil, rata, puerco o traidor. El presidente de la Cámara puede expulsar del recinto a cualquier miembro que rehúse disculparse por haber utilizado un lenguaje inapropiado. En las prácticas parlamentarias ni siquiera se contempla qué hacer en caso de que algún miembro despliegue una manta ofensiva. Nadie, en sus cincos sentidos, lo hace porque esto implicaría la suspensión del parlamentario.

De hecho, un legislador que no cumpla con las reglas puede ser “nombrado” por el presidente de la Cámara, quien simplemente dice “nombro a Zutano”. En ese momento, el líder del partido al que pertenece Zutano se levanta y demanda que se debata y vote la suspensión de dicho parlamentario de la Cámara. Si la moción es aprobada, el legislador es suspendido por cinco sesiones. Una segunda ofensa lleva a la suspensión de 20 sesiones y la tercera queda a discreción de la Cámara. Lo mejor de todo es que el parlamentario deja de percibir su salario por el periodo en el que está suspendido.

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¿No que no…? ‘Los 43’, ¡bandera para 2018!

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, señala que aquí lo dijimos hasta el cansancio. Dijimos que era vergonzoso y de náusea que políticos sin escrúpulos y supuestos defensores de derechos humanos usaran la bandera ensangrentada de Los 43 de Iguala para financiar y construir candidaturas presidenciales para 2018.

Dijimos que era imperdonable que antes, durante y después de muertos, Los 43 fueran convertidos en pingüe negocio político y que el dolor de las familias y la memoria de los masacrados se conviertan en votos para los ambiciosos sin límite que buscan competir en la presidencial de 2018.

Lo lamentable es que esa denuncia —que cada que la hicimos nos valió miles de mentadas de madre y decenas de amenazas de muerte— hoy se cumplió.

Y es que, con la bandera de Los 43, el ex presidente de la CIDH, Emilio Álvarez Icaza, busca ser candidato presidencial. ¿Por qué durante meses negó que ese era su objetivo y por qué rechazó el uso grosero de los muertos de Iguala con fines político-electorales?

¿No sabían los padres y familiares de Los 43 que la muerte de sus hijos y la memoria de su sacrificio fue usado por uno de los más censurables vividores de la tragedia para convertir la muerte en votos? ¡Si no lo sabían, ya lo saben!

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Es mejor hablar con ellos

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que hablando se entiende la gente. O no. Florestán

Enrique Peña Nieto tendrá hoy, en Los Pinos, uno de los encuentros más difíciles de su gestión presidencial, cuando reciba a los enviados de Donald Trump, el secretario de Estado, Rex Tillerson, y al de Seguridad Interna, John F. Kelly, en medio del endurecimiento, a nivel persecución, de millones de mexicanos en Estados Unidos y tras el anuncio de la construcción del muro en El Centro, California, (deben referirse a Calexico, al sur de El Centro, que colinda con Mexicali); en Tucson, Arizona, limítrofe con Nogales, y en El Paso, Texas, al otro lado de Ciudad Juárez.

Reunión que también se efectuará en el contexto de medidas que fragilizan aún más la frágil situación de nuestros paisanos que ahora podrán ser deportados fast track a criterio de los agentes federales que se incrementan en 15 mil. Y pregunto: ¿cuál puede ser el criterio de estos novatos para decidir una expulsión? Y me contesto: el perfil étnico.

Estos anuncios se dan, además, en medio del único contexto cierto: la incertidumbre económica-financiera, que no se tratará hoy, no obstante haber convocado el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, pero para el tema de la inteligencia financiera y los controles al patrocinio del terrorismo.

En esta mesa participarán, además de Luis Videgaray y el propio Meade, los titulares de Defensa, Salvador Cienfuegos; Marina, Vidal Francisco Soberón y Gobernación, Miguel Ángel Osorio, central en los temas de migración, seguridad fronteriza y acuerdos bilaterales de inteligencia y seguridad, muchos de los cuales son desconocidos para los visitantes, no obstante su rango, ya no se diga por su jefe que no tiene la menor idea de este capitulado central en la seguridad de su país.

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La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, señala que hay decretazo contra Donald Trump

Desde hace un par de semanas, a partir de las acciones ejecutivas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los migrantes y de su plan de construir un muro en la frontera con México, un grupo de senadores comenzó a trabajar en un decreto para delinear una política de Estado en las relaciones bilaterales con Washington. Nos explican que el documento que debe ser aprobado en el pleno de la Cámara Alta tiene cinco ejes: protección a los migrantes, defensa de los derechos humanos de los connacionales en EU, rechazo a la valla en la franja, seguridad fronteriza y promoción del comercio con el vecino país (mantenimiento del TLC). Desde el inicio, el proyecto y su contenido, nos indican, ha sido acompañado por el canciller Luis Videgaray y no tendría que pasar por la aprobación de la Cámara de Diputados. El punto central es el acompañamiento del Senado en los lineamientos de política exterior con EU. Viene un decretazo antiTrump, que puede ser votado la próxima semana, nos adelantan.

La sonrisa de Larry Rubin

Con tremenda sonrisa, Larry Rubin salió del hotel de la Ciudad de México al que llegó el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson. Tan pronto como aterrizó en la capital mexicana para cumplir con agenda de reuniones con funcionarios mexicanos, don Rex tuvo un encuentro con don Larry, uno de los prospectos del nuevo gobierno de Washington para ocupar la representación diplomática estadounidense, en relevo de la embajadora Roberta Jacobson. ¿Hay buenas noticias?, se le preguntó a Rubin. “Estoy feliz”, respondió. Por la noche, el secretario estadounidense tuvo una cena con el canciller Luis Videgaray y los secretarios de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, y de Marina, Francisco Vidal Soberón. ¿Qué señales recibió don Larry para salir tan contento de su encuentro con Tillerson?Luz verde en la bancada azul

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que la reunión privada entre el canciller Luis Videgaray y los líderes parlamentarios en la Cámara de Diputados alcanzó momentos de tensión cuando el perredista Agustín Basave reclamó al funcionario lo que, a juicio del legislador, ha sido una total falta de firmeza ante el bullying del presidente estadunidense, Donald Trump.

Asistentes a la encerrona afirmaron que el titular de la SRE “aguantó vara” y respondió punto por punto, sin perder la compostura, mientras que el coordinador de la bancada del PRI, César Camacho, le dio un espaldarazo y el jefe de los verdes, Jesús Sesma, de plano le ofreció el acompañamiento de sus legisladores como “escuderos”.

Que quien se fue a meter al otrora peligroso territorio de Tejupilco, al sur del Estado de México, fue el director general del IMSS, Mikel Arriola, quien cumpliendo una orden presidencial no deja de peregrinar con los mejores médicos y enfermeras por los lugares más pobres del país para llevar salud donde nadie llega.

Arriola fue a clausurar el encuentro médico de urología en el que, en tres días, se operó gratuitamente de próstata a 57 pacientes sin ser derechohabientes del Seguro Social. El alcalde Lino García dijo emocionado que nunca un director del instituto se había parado en el lugar, a pesar de ser un municipio importante en la geografía mexiquense, colindante con Guerrero.

Que algo se está cocinando en la Cámara de Diputados en materia de aeropuertos y aerolíneas.

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