Columnistas-VeronicaMastretta

Hace unos días el procurador general de la república Raúl Cervantes Andrade partió a Brasil en un viaje relámpago con la tarea de echar una ojeada al expediente Odebrecht, expediente que consigna cuidadosamente los sobornos entregados a funcionarios públicos de muchos países latinoamericanos por el empresario brasileño Marcelo Odebrecht, jefe de la expoderosa compañía constructora del mismo nombre. Sobornos a cambio de verse beneficiados por enormes contratos de obras públicas. Como lo mencionó Mario Vargas Llosa en su artículo de ayer en El País, tanto en Brasil como en Estados Unidos y otros países existe una figura jurídica que él llama “delaciones premiadas“, es decir, se reduce la pena del delincuente a cambio de que entregue información valiosa a las autoridades que investigan delitos, información que les permite perseguir a otros cómplices ocultos. Marcelo Odebrecht pasó unos meses en prisión y en la soledad de su celda decidió contar mucho de lo que sabía a cambio de una catafixia que le redujera su triple pena, la de estar encerrado, desprestigiado y viviendo en el horror de una prisión.

Como fichas de dominó han ido cayendo presidentes y expresidentes latinos. Dice Vargas Llosa que este caso de escarmiento será más útil para erradicar la corrupción que todos las leyes emitidas y los banales discursos barrocos e incumplidos alrededor del tema.

De acuerdo a las declaraciones de Marcelo, la compañía Odebrecht gastó cerca de 800 millones de dólares en sobornos a lo largo y ancho de Amércia Latina. Todo empezó con la investigación de un sencillo juez brasileño del fuero común llamado Sergio Moro, investigación que implicó a muchos directivos de la empresa Petrobras , así como a partidos políticos y mandatarios y ejecutivos gubernamentales de otros países. Entre los señalados está el expresidente de Perú, Alejandro Toledo , a quien Marcelo dice haber entregado 20 millones de dólares a cambio de obras, entre ellas el gasoducto del sur. De momento el expresidente está prófugo y es buscado por la Interpol a petición del gobierno peruano, argumentando la necesidad de “prisión preventiva” mientras se le juzga y se defiende. Toledo se dice víctima de persecución política, pero hay demasiados bienes dentro de su familia que lo inculpan. Amor y dinero no pueden ser disimulados.

Entre los múltiples señalamientos de fraude en varios países, Marcelo Odenbrecht menciona también la entrega de un soborno de 10 millones de dólares a un alto funcionario de Pemex, de cuyo nombre no sabemos ni las iniciales. Quizás a eso partió con tanta premura la cabeza de la PGR de nuestro país. ¿Quería ver a solas el expediente y a tomar una cucharada de azúcar para el susto antes de regresar a entregar el parte a México? De los implicados en otros países ya sabemos mucho, de los mexicanos aún no se sabe nada, excepto que uno o varios anduvieron en las chequeras del magnate.

Asegura Vargas Llosa y con razón, que nada desmoraliza tanto como advertir que los gobernantes utilizan el poder para enriquecerse. Por eso el caso del ex presidente Toledo ha puesto de cabeza a su país. Por lo pronto, el presidente de Perú, el empresario de 78 años Pedro Pablo Kuczynski, ha difundido las siguientes medidas :

1o.Se ha promulgado un decreto legislativo para que las empresas condenadas por corrupción nunca más puedan contratar con el estado.

2o. Se ha dispuesto la muerte civil de los funcionarios corruptos para que nunca más puedan ser contratados por el estado.

3o. A partir de hoy todos los contratos de concesión del estado peruano incluirán la clausula anticorrupción con la finalidad de resguardar los intereses de Perú. ( fianzas que protejan los contratos, multas en caso de incumplimientos, por hechos de corrupción en la obtención del contrato o en la ejecución de las obras y un largo etcétera)

4o. Perú duplicará el presupuesto de la Fiscalía para atrapar a los corruptos.

5o. Quienes ayuden a acorralar y sentenciar a los corruptos serán premiados y protegidos.

6o. Ante el incumplimiento financiero de Odebrecht para construir el contrato del gasoducto del Sur el gobierno de Perú ha cobrado la garantía de 262 millones de dólares para continuar con las obras mientras se licita un nuevo contrato de manera honesta.

7o. Los ministros del Perú y su presidente han publicado toda su información personal y exhortan a todos los funcionarios públicos del Perú a hacer lo mismo ( declaración de bienes patrimoniales y conflictos de interés)

8o: Con respecto al expresidente Alejandro Toledo el gobierno ha tomado todas las decisiones y actos jurídicos pertinentes para lograr que se presente en el país a enfrentar los cargos de los que se le acusa.

9o. Todas las empresas que han aceptado culpabilidad o que fueron acusadas y sentenciadas por corrupción, no podrán retirar dinero de Perú hasta que finiquiten todos sus compromisos con los trabajadores y con el estado peruano. Tampoco podrán retirar o vender sus activos, mismos que irán a un fondo hasta que se paguen las multas correspondientes por el incumplimiento de sus compromisos. Las obras se terminarán debidamente, pero con contratos licitados en un marco ético y transparente.

10o. De acuerdo a la revista The Economist, el gobierno de Perú es el que más compromiso y persistencia ha mostrado en el camino del combate a la corrupción.

Suena bien padre ¿Paso a pasito llegaremos? Los peruanos y los mexicanos, América latina toda, batalla con el estigma de la corrupción desde hace siglos. En México se está construyendo un marco jurídico cada vez más completo para acotar la corrupción, pero hechos son amores y no buenas razones. Mientras las campañas ganadoras sigan costando miles de millones de pesos prohibidos por la ley, todo lo que de eso derive estará torcido. Si los que llegan a los altos puestos llegan chueco, no podemos esperar de ellos que luego se enderecen. Tendríamos que empezar por fiscalizar el dinero que lleva al poder a los que ganan. Se supone que todos los partidos tienen dinero para competir, pero que por “fuera”, el que quiere ganar necesita millones ocultos para lograrlo. Para nadie es un secreto que los límites de campaña a gobernadores o a presidente de la república se rebasan. Se gastan tanto, que cuando ganan tienen que llegar a reponerse y a reponer a otros. Hay buenos candidatos que jamás tendrán una oportunidad porque “no hubo lana”. El mal de la corrupción está en la raíz de nuestro torcido sistema electoral. A ver en el 2018 cuanto se avientan. Y después de eso a ver si pueden mantenerse derechos. No lo creo.

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