El martes 14 de febrero, El Sol de Puebla publicó una nota intitulada “Votan regidores en contra de estados financieros de la Comuna de Puebla”. En su interior, dice: “Por incluir el pago de 32 mil 500 pesos a la organización Antorcha Campesina para la renta de 10 autobuses con destino al municipio de Tecomatlán por la celebración de la “Espartaqueada” 2017, los regidores del PAN, Guadalupe Arrubarrena García y Adán Domínguez Sánchez, votaron en contra de los estados financieros del Ayuntamiento de Puebla del mes de enero”. De acuerdo con la misma nota de El Sol de Puebla, Guadalupe Arrubarrena explicó que “el cheque no fue cobrado”, pero que ella “votó en contra del estado financiero” porque “no puede avalar apoyos económicos sin ninguna relación con la capital poblana”.

Sí, leyó usted bien: ¡El cheque no fue cobrado! A pesar de eso, el regidor priista Iván Galindo Castillejos “consideró que la autorización de ese apoyo es inmoral -según publicó Tribuna Noticias-. Definitivamente, es algo inaceptable -dice el impoluto Galindo- que no solamente raya en la ilegalidad; es decir, estaríamos apoyando a una organización política para ir a un evento fuera del municipio y que en nada beneficia a la ciudad”.

En efecto, a principios de enero, con motivo de la XIX Espartaqueada Cultural Nacional del Movimiento Antorchista, los artistas capitalinos seleccionados para representar al estado en estas competencias artísticas nacionales solicitaron al ayuntamiento poblano apoyo para trasladarse a Tecomatlán. Colonos que ensayaron a coro y en italiano la canción “Va, pensiero” de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi, estudiantes que ensayaron durante meses para bailar “Qué chula es Puebla”, niños que declamaron “Canto a Aquiles Serdán” del genial poeta poblano Gregorio de Gante, y otros 500 jóvenes humildes que cultivan el cuerpo y la inteligencia con el folclor nacional y el genio de los grandes autores de la humanidad, no dudaron en solicitar el apoyo de la Comuna capitalina seguros de que encontrarían a hombres y mujeres sensibles y decididos a apoyar la cultura. No pidieron ni un peso para los trajes, que son muy costosos; tampoco pidieron para instrumentos, que también son caros; menos aún para pagar a los maestros de danza, baile, declamación, música y canto; y ya ni pensar en subsidio para la comida durante las competencias. Todos esos gastos los cubrieron, en buena parte, los propios grupos con actividades económicas. Lo único que los artistas se atrevieron a pedir –inmoralmente, según Iván Galindo- fue apoyo para el transporte. Pero el alcalde Luis Banck, unos días antes de las competencias -que reunieron a 21 mil artistas de todo el país- les negó cualquier apoyo con una cortante negativa. No insistimos en nuestra demanda, que consideramos justa, porque el alcalde fue muy claro cuando dijo que no, que para Antorcha nada.

De manera que los artistas capitalinos rentaron el transporte con sus propios medios, sin ningún tipo de ayuda gubernamental. Por tanto, del famoso cheque de la discordia, que Iván Galindo pelea como el perro al hueso, no sabíamos absolutamente nada: ni que existiera, ni que alguien tuviera la facultad de cobrarlo. ¿Y, entonces, por qué el dinero fue liberado, según el informe de la Comuna? ¿Si ya había sido negado el apoyo, quién dio la orden de liberar un dinero que no se usaría en el transporte de los artistas? ¿Es que acaso algún funcionario del ayuntamiento pensaba cobrarlo por su cuenta y para su beneficio? Eso es lo que debería investigar el nuevo cancerbero de la moral y la ética de gobierno, Iván Galindo Castillejos.

Más allá de las bravatas pendencieras del regidor priista, más allá de la frase corta y majadera que lo distingue, más allá de su vocabulario de granadero, agradeceríamos bastante que ahondara en el razonamiento y respondiera: ¿Por qué un apoyo para los artistas capitalinos “raya en lo ilegal”? ¿Por qué la inversión del ayuntamiento en la cultura es “inmoral”? ¿Por qué el hecho de que algunos colonos de la capital aprendan a cantar en italiano no tiene, desde su torcida visión, nada que ver con el progreso de la capital? ¿Por qué el ataque fanático, cuando el recurso ni siquiera fue entregado? Este desplante de primitivo sectarismo (nada para Antorcha, sólo porque es Antorcha) y repugnancia a que los pobres se eleven a través del conocimiento del arte y la cultura, nos muestra de cuerpo entero a un perfumado regidor enemigo de todo progreso del pueblo, material o espiritual, y que, por tanto, no merece el cargo que hoy ostenta.

Ah, pero no fuera para sus compañeros regidores panistas, porque entonces ¡sí hay dinero y de sobra! El día 17 de octubre de 2016, una nota del portal Reto Diario afirmó lo siguiente: “Desde junio de 2015 la Página de Transparencia del Gobierno Municipal en el apartado “Gastos de Viajes y Viáticos de Funcionarios de Primer Nivel” no ha sido actualizada. (…) El último reporte de los gastos generados por los regidores de la Comuna, es con fecha de mayo de 2015. Sobre este rubro, se informa que el gobierno de esta ciudad aportó poco más de 300 mil pesos para viajes hechos por algunos cabildantes, entre ellos, Adán Domínguez Sánchez”, etcétera, etcétera. ¿Es este Adán el que se enfurece porque los artistas se atrevieron a pedir 32 mil pesos para transportarse a una competencia? ¿Es el mismo que, siguiendo las órdenes del priista Iván Galindo, truena contra el apoyo a los antorchistas? ¿Y qué dice de los 300 mil pesos del erario que él y otros regidores gastaron en viajes, según informa la propia Comuna?

Pero esto no es todo. Según el Presupuesto de Egresos del Gobierno de la capital de Puebla para el año 2017, los funcionarios del ayuntamiento tendrán a su disposición 6 millones de pesos para “servicios de traslado y viáticos”, que contemplan 700 mil pesos para “pasajes aéreos”, 700 mil para “viáticos en el extranjero”, 800 mil para “gastos de representación” y 3 millones 800 mil pesos libres de impuestos para sus viajes. ¿En dónde queda la congruencia, señor Iván Galindo? ¿En dónde queda la ética y la moralina que vomita, dándoselas de impoluto? ¿Ya le dijo a los poblanos que mientras usted niega con la izquierda apoyo para los artistas populares, con la derecha se embolsa un salario que va de los 55 a 70 mil pesos al mes? ¿En dónde queda, entonces, la austeridad que usted finge ante los medios? El buen juez, reza el adagio popular, por su casa empieza.

Antorcha es una organización que se preocupa por inculcar entre sus integrantes de todos los niveles la práctica del arte. Aquí también hemos librado una dura lucha contra el modelo neoliberal que dedica sus mejores esfuerzos a la creación de un hombre sólo consumidor de cultura, aunque muchas veces se trate de basura maquillada, con el objetivo de que la compremos e hinchemos los bolsillos de quienes se han apropiado de ella. Antorcha hace arte porque para nosotros lo más importante es la educación, la concientización de la gente, el que ésta despierte, abra los ojos y se dé cuenta de que una vida mejor es posible, pero que esa vida mejor no la va a poder alcanzar si no se organiza y lucha, que nadie se la va a dar gratis. Y en esa tarea, hemos dicho, mucho ayuda el trabajo cultural, que esculpe el cuerpo, aviva la inteligencia y amplía los horizontes de la gente, cerrados a fuerza de vivir en la pobreza y la miseria. Pero Iván Galindo, con ese rebuzno agudo y molesto que lo caracteriza, no se cansa de gritar: ¡Muera la inteligencia! Muy bien. Allá él y sus famosos 32 mil pesos, que se los coma y ojalá que le hagan provecho.

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