“A nadie le sirve cerrar los ojos a la realidad”.
Abel Pérez Rojas

Si Enrique Peña Nieto comprende el valor del “fuera Peña”, todavía podría rescatar algo de prestigio para él y su administración.

Bajo la consigna “Fuera Peña” se ha sintetizado el encono generalizado en México que ha quedado claro en las múltiples manifestaciones a lo largo y ancho del país.

La consigna no es nueva y surgió desde aquellas protestas que denunciaron la andanada de anomalías del proceso electoral en el 2012, sólo que ahora en cualquier protesta de los últimos meses, sin importar que se trate de asuntos totalmente locales, son infaltables las peticiones de renuncia del presidente Peña Nieto.

Lo anterior puede comprobarse al hacer una simple revisión en los registros fotográficos de las marchas, y de forma clara puede usted corroborarlo en la recopilación audiovisual semanal que el escritor Joe Barcala ha realizado de las mismas en su sitio web.

La consigna es una materialización del altísimo nivel de desaprobación del presidente Peña y de su gabinete, que de acuerdo con las más recientes encuestas rondaría el 86 por ciento.

Pareciera que ante los altos índices de rechazo hacia el presidente, estaría por demás poner el índice en el grito de guerra de quienes se manifiestan, pero no es así.

Las protestas y la consigna como punta de lanza deben entenderse como un intento de quienes se manifiestan de poder incidir de alguna manera en los problemas que tenemos enfrente y en la forma en que la están abordando las autoridades.

Mal hacen Peña Nieto y sus asesores en desestimar la fuerza social del “Fuera Peña” de las manifestaciones.

El poner al presidente en el centro de cualquier protesta en el país debe entenderse como la terminación de la paciencia que hasta ahora han mostrado los mexicanos hacia Peña Nieto, pero también en términos generales hacia los políticos.

La impaciencia popular está acortando los márgenes y el tiempo de maniobra del presidente.

Ante tal encono, ninguna válvula alcanzará para desfogar la inconformidad y expresiones de rechazo que ahora azoran.

Por ejemplo, el “jitomatazo” emprendido por Arne aus den Ruthen y su Poder Anti Gandalla, quedarán como un juego de niños.

Nadie en su sano juicio desea la violencia, por eso es importante que el presidente, como máxima figura política de este país, demuestre que le ha calado el mensaje de las multitudes y que está dispuesto a echar su resto en un viraje de timón verdaderamente patriótico.

Peña Nieto debe reinventarse en lo que le queda de presidente si no quiere consumir cualquier margen de negociación con su sucesor –del partido que sea- que le salve de juicios futuros en tribunales internacionales, además de cerrarle definitivamente todas las puertas a su grupo político, ya no en el 2018, sino en cualquier otro proceso presidencial futuro.

Por el bien de todos, Peña Nieto debe entender el mensaje.

¿Está usted de acuerdo?

Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

Nació en Tehuacán, Puebla, el 6 de enero de 1970. Es poeta,conductor de programas de radio, académico y gestor de espacios educativos. Funda y coordina Sabersinfin.com